Solo el 28% de las mujeres posee registros para conducir vehículos particulares o profesionales. Así lo determinó un informe que se difundió la semana pasada, llevado a cabo por la socióloga del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y especialista en movilidad urbana, Leda Pereyra.
El número corresponde a 2021. Implica una mejora, ya que es el valor más alto desde 2010, según los datos de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV). Sin embargo, continúa existiendo una gran diferencia a la hora de animarse a manejar.
Las cifras indican que entre 7 y 8 de cada 10 mujeres no cuentan con licencias de conducir. Además, la edad promedio en que empiezan a hacerlo supera a la de los varones. La mitad de ellos obtienen su licencia alrededor de los 18 años.
El informe se realizó en conjunto con La Caja Seguros y la organización Mujeres al Volante. Se basó en una muestra de 400 casos compuesta por 50% mujeres y 50% varones de 18 a 60 años. La encuesta tuvo como base el AMBA (50%), Mendoza (15%), Córdoba (15%), Tucumán (10%) y Río Negro (10%).
Inseguridad de las mujeres al manejar
Durante muchos años, se naturalizó el dicho de que las mujeres conducen peor que los hombres. Los estereotipos de género conciben a lo femenino como emocional o inestable, y a lo masculino como racional y estable. Esto influyó para estigmatizar a las mujeres al volante.
El estudio de Leda Pereyra demostró que ellas tienen más miedo a la hora de manejar y sufren más violencia en la vía pública. Además, la brecha salarial las perjudica a la hora de acceder a comprar un vehículo.
“Este fenómeno se condice con el menor incentivo que de jóvenes reciben las mujeres para aprender a manejar o sacar la licencia”, afirmó la investigadora. Lo relacionó incluso en los juguetes que se utilizan de pequeñas: ¿cuántos “autitos” se les regalan a las nenas?
En esa línea, el informe identificó que el 91% de las encuestadas considera al miedo una barrera, a pesar de su deseo de aprender a manejar. “Incluso mujeres que ya sacaron su licencia no logran vencer los temores para poder conducir en las calles”, señaló Luly Dietrich, creadora de la comunidad Mujeres al Volante.
El mismo informe resaltó que 7 de cada 10 personas que encuestaron coincidieron en que las mujeres manejan igual de bien o mal que los varones. “Comienzan a desarmarse en el imaginario social los prejuicios que históricamente asociaban a las mujeres con manejar mal, situación que las exponía a situaciones de violencia cotidiana en su tránsito vial”, resaltó Leda Pereyra.
En lo que refiere al motociclismo, el número de mujeres que conduce motos es el 14% en el AMBA y el 30% en Córdoba. Además, la bicicleta se presenta entre ellas como el modo de transporte que aporta mayor confianza y seguridad.
¿Y en el transporte público?
Los números que reflejan a pocas mujeres al volante se transmiten directamente a su proporción en colectivos, trenes y subtes. Diferentes análisis en provincias argentinas demostraron que son ellas las que más utilizan estos transportes.
En Tucumán, por ejemplo, el 50% de las mujeres se traslada con transporte público, mientras que sólo un 32% de los hombres lo hace. Ellas son también las que más caminan y usan taxis. Así lo determinó en 2022 la encuesta “Origen y destino”, de la arquitecta Inés González Alvo, integrante del Observatorio de Fenómenos Urbanos y Territoriales de la FAU-UNT.
Esta realidad viene de larga data. Ya en 2018 lo demostraban los datos de la Subsecretaría de Movilidad Sustentable del Gobierno de la Ciudad. Los hombres hacían un promedio de dos viajes por día, generalmente del trabajo a casa y de casa al trabajo. Las mujeres, por su lado, rondaban los seis viajes por día. Además del traslado por motivos laborales, se les sumaba el llevar a niñes al colegio, al médico o al club. También, realizar mandados y compras.
Esta diferencia de porcentaje tiene preocupantes consecuencias. Son ellas las que más sufren el impacto de los aumentos en transporte público. Asimismo, se exponen a situaciones de violencia de género, como el acoso a la hora de utilizar colectivos, trenes, subtes o taxis.
Otra realidad que vale la pena cuantificar es la incipiente participación de las mujeres como conductoras profesionales. Todavía son pocas las que trabajan como choferes de transporte público.
En ese sentido, el Ministerio de Transporte de Nación cuenta con el Programa para la Promoción e Inclusión de Mujeres en la Actividad del Transporte Automotor. Este registro está disponible para que se inscriban las mayores de 21 años que quieran trabajar como conductoras de colectivo y ya posean licencia habilitante.
Donde más se ve el avance femenino es en la conducción de remises y taxis. Tanto es así que hasta se crearon compañías que ofrecen este servicio solo con mujeres al volante. Una de ellas es Remifem, una iniciativa que se formó en La Plata, capital bonaerense.