La Unión de Emprendedores de la República Argentina es la entidad que agrupa a quienes desarrollan emprendimientos productivos en todo el país. Creada para representar los intereses de ese sector.
Actualmente, el ente está concentrando sus esfuerzos para lograr la aprobación de una ley que contempla varias medidas de apoyo a emprendedores. El proyecto aspira a lograr la reactivación mediante incentivos que incluyen créditos y microcréditos, asistencia técnica y pago progresivo de impuestos.
También se propone que se establezcan estímulos para la generación de empleo en grupos vulnerables e incentivos para la formalización laboral de personas que perciben planes sociales.
Nota al Pie dialogo con Rodolfo Llanos, presidente de la entidad para conocer las actividades emprendidas para lograr sus objetivos.
El día viernes pasado ustedes hicieron una manifestación tanto frente a la Cámara de Diputados de la Nación como en la Cámara de Senadores de la Nación. ¿Cuál era el objetivo de esa manifestación?
Se había cumplido un año desde que presentamos un proyecto en ambas cámaras. La propuesta de ley había sido firmada y acompañada por muchos diputados y algunos senadores.
El objetivo era concentrarnos para presentar un petitorio a la presidente del Senado Cristina Fernández de Kirchner, para que trate la iniciativa. También se lo presentamos al senador Carlos Caserío, presidente de la Comisión de Hacienda y al senador Daniel Lobera de la Comisión de Legislación Laboral, para que no siga cajoneando el proyecto. Luego fuimos a la Cámara de Diputados, y entregamos el proyecto para que sea tratado sobre tablas o en comisión, ante la situación caótica que vive nuestro sector de emprendedores.
¿Qué conclusiones sacaron del acto?
El acto nos sorprendió la cantidad de policías que habían puesto alrededor nuestro, nos sorprendió el operativo de seguridad que se había montado. Nos sorprendió también la buena disposición del personal de ambas cámaras para atendernos, puesto que ellos conocían sobre el proyecto que habíamos presentado. También la gente que pasaba en la calle, nos preguntaba qué hacíamos y se ponía de nuestro lado.
Nosotros no habíamos hecho una convocatoria multitudinaria pero habíamos llevado muchos dirigentes de organizaciones de consumidores, organizaciones sindicales, cámaras empresarias, algunos periodistas. La conclusión es que hay un consenso en general que el proyecto debe ser tratado y sancionado.
En la manifestación, si bien se observó que había un cierto número de personas, era una cantidad de personas considerablemente menor que la que reúnen otro tipo de convocatorias. Las marchas donde se piden planes sociales o aquellas donde se solicita a las autoridades gubernamentales el incremento del salario mínimo logran tener una convocatoria mucho mayor. ¿A qué se debe eso?
No había sido una convocatoria masiva. Hubo representantes de movimientos sociales que nos ofrecieron colaborar para hacer algo más masivo. Pero queríamos un acto controlado, pequeño, que sirviera para mostrar a la sociedad que estamos presentes y dispuestos para salir a la calle.
Además nos queríamos diferenciar de las convocatorias que hacen los partidos políticos que son masivas, pero con personas que van porque les pagan. La nuestra fue una convocatoria donde cada persona fue por sus propios medios. Tampoco queríamos organizar la actividad un fin de semana como hace otro espacio opositor para no quedarnos pegados con eso.
La Unión de Emprendedores no es oficialista ni opositora, simplemente defiende los intereses de los comerciantes, monotributistas, emprendedores y Pymes. Simplemente queríamos entregar el petitorio sin poner en riesgo la salud de la gente, respetar el distanciamiento social en una actividad que no queríamos que se nos escapara de las manos.
¿Considera que la sociedad, le está dando las espaldas a los emprendedores y las pymes?
No creo que esté dando la espalda. Fue un año y medio de repiqueteo en la cabeza donde se transmitía que juntarse es contra la salud. Nosotros no podemos correr el riesgo de trabajar contra la salud de la sociedad. Como organización debemos ser responsables en ese sentido. Quedarnos en nuestras casas no sería útil, hacer algo masivo, tampoco. Y también queríamos evitar abrir el espacio para que sectores políticos canalicen sus intenciones políticas.
Nosotros tenemos otra dinámica. El emprendedor, el día que no va a trabajar es un día que no cobra. Entonces en estos momentos de desastre económico no podemos pedirle a nuestros asociados que regalen un día de trabajo para hacer una manifestación. El día que se trate el proyecto de ley en la Cámara de Diputados, probablemente convoquemos a todos, pero lo del viernes fue solo entregar un petitorio.
En un discurso brindado frente a la Cámara de Senadores, usted expresó que estaban allí “no para pedir planes, ni subsidios, ni créditos prebendarios ni negocios para el Estado. Lo que solicitan es que su actividad comercial sea respetada”. ¿De qué modo la actividad de emprendedores es irrespetada?
El segmento emprendedor y comerciantes ha sido el que más invirtió recursos propios para garantizar normas de seguridad. Las medidas gubernamentales que obligaron a cerrar comercios a las siete de la tarde, son medidas que señalan a nuestro sector como el responsable del coronavirus. Mientras tanto, había fiestas clandestinas y actos políticos masivos que fueron permitidos.
Las manifestaciones de los movimientos sociales han sido enormes, las convocatorias de la oposición también, y los actos oficialistas desarrollados por el propio presidente o la vicepresidente o gobernadores, no fueron controlados. Mientras tanto a los comerciantes les obligaron a cerrar a las siete de la tarde. Ha sido un maltrato a nuestro segmento.
Se transmitió la idea de que el dueño de un bar, que paga impuestos, que paga sueldos, es un turro porque quiere abrir hasta las 11 de la noche. Muchos le decían al propietario del bar “flaco cerra porque si no cerras nos contagiamos”. Eso está muy mal, porque si no abre tiene que despedir al personal y eso genera un perjuicio enorme, si no paga el alquiler tiene que cerrar, si no paga los cheques genera problemas graves. Ese sector fue desprotegido, pero como no forma parte de las grandes cámaras empresariales ni tampoco de los sindicatos, lo dejan a la deriva, o van con palos a clausurarlo. Tal como hizo Larreta, jefe de gobierno de CABA, que se llevó las mesas de determinados bares porque habían abierto. Una locura así no sucede en un Estado de derecho.