Mientras el mundo salía de forma lenta del letargo del aislamiento producido por la pandemia a raiz del COVID-19 en 2020, un monstruo emergió en la historieta argentina. En septiembre de ese año, se publicó la primera edición de MEGA de Salvador Sanz, publicada por Editorial Ovnipress. Una historia mística de perspectiva titánica en las costas de Argentina y Uruguay.
El escritor y dibujante oriundo de Buenos Aires decidió llenar las costas nacionales de Kaijus. La palabra “Kaiju” se utiliza para señalar monstruos gigantescos, y se origina en la lengua japonesa, el más famoso de todos es Godzilla. Este tomo es sólo el principio de una saga que tiene aún mucho que mostrar.
Un chico travieso
Un muchacho realiza un pastel, que tiene forma del continente antártico. El jóven toma un cuchillo de apariencia extraña y antigua con la que corta su creación. De forma inmediata, en la Antártida, se crea una grieta tal cual creaba el pastelero. De esta división surge un monstruo gigante que llegará a las costas de Montevideo para asolar la ciudad, bautizado como “La Salamandra”.
Tina es una niña que, junto a Elmo, su padre, van de viaje a Rosario para visitar a Renata, su abuela. Durante el viaje, la pequeña comienza a tener sueños donde aparece su abuelo, y le cuenta una historia, sobre la verdad del planeta y un deber muy importante. Tina tiene la misión de buscar un artefacto con el que puede llegar a salvar al mundo del monstruo que asola Montevideo.
Una mitología propia
Las historias de Kaijus suelen tener grandes semejanzas. Es clara la inspiración de Salvador Sanz en Godzilla, como el hecho de que Tina pueda “llamar” a un monstruo que rivalice con el que ataca Montevideo. Sin embargo, el autor, crea el concepto de un origen diferente de nuestro mismo planeta. Siembra junto a sus monstruos las semillas de una historia enorme a desarrollar.
Es claro que la acción visual se centra en “La Salamandra”, y en el apodado “Mega”, el Centinela al que Tina llama para combatir la amenaza. Siendo este último el que da título a la obra, les lectores se encuentran ante la génesis de una historia fantástica de enorme potencial. Esto se ve en los elementos místicos, como los sueños de la niña.
Sienta bases sólidas
Durante los cuatro capítulos que componen el primer tomo de MEGA, Salvador Sanz se toma su tiempo para plantar grandes semillas narrativas. La presentación de los personajes principales es sólida, y la dirección artística, muy efectiva. Felipe Riquena (el “joven travieso”) se establece como el antagonista definitivo, quien está detrás de todo, y es introducido en las primeras páginas.
Tina y sus sueños donde puede comunicarse con su abuelo “perdido” y la historia que él le cuenta, sirven para profundizar en la mitología. También se establece con elles una semilla a desarrollar respecto a su conexión con estas bestias y, por último, el gran enfrentamiento. El Centinela Mega y la Salamandra con su gran enfrentamiento a modo de clímax, es sólo el comienzo.
Sin palabras
La ventaja de ser dibujante y guionista en una obra propia es que las ideas se plasman con completa libertad. Salvador Sanz se encarga de forma integral de su obra. Por momentos la acción dramática se narra de forma exclusiva con imágenes, con una total ausencia de texto. Esto se utiliza tanto en la batalla de los Kaijus, como en algunos momentos con Tina.
En los momentos de la niña en solitario (o no tanto), Sanz incluye elementos de terror, que magnifican las sensaciones. Pese a que las figuras gigantes pueden ser atemorizantes, el autor incluye una variante que intensifica la sensación de pánico, sobre todo con Tina. El destino de su perro Dante, y lo que lo causa, aprovecha el silencio como arma narrativa, y enriquece el relato.
Durante la última edición de la Argentina ComicCon de diciembre de 2022, Salvador Sanz presentó en auditorio la salida del segundo libro. “MEGA 2: El Despertar del Cisne Negro” continúa la historia de Tina, Elmo, Felipe y los Kaijus. Es un proyecto que no puede pasar desapercibido para cualquier fan de los monstruos gigantes.