Cada 13 de diciembre se celebra el Día del Oftalmólogue y del Óptique en honor a Santa Lucía, patrona de la vista. Les oftalmólogues son les médiques encargades de diagnosticar y tratar todas las enfermedades oculares, mientras que les óptiques son les encargades de confeccionar anteojos según las indicaciones de oftalmólogues.
Uno de los efectos que tuvo la pandemia involucra a la salud visual. En ese marco, muches pacientes dejaron de atenderse por miedo a contagiarse y, cuando volvieron a controlarse, sus patologías se habían complicado.
Para celebrar este día y tomar conciencia del cuidado de la visión, Nota al Pie dialogó con el Dr. Pablo Daponte, oftalmólogo de la Cámara de Medicina Oftalmológica (CAMEOF).
El verano y el uso de anteojos de sol
Con la llegada del verano, hablar de salud visual es hablar de cómo cuidar los ojos del sol. El uso de anteojos con filtros que protegen de la luz solar se torna un aliado para evitar la aparición de patologías como el pterigión.
“Aparece en la parte externa del ojo y puede comprometer en grado severo la visión. Es como una carnosidad que aparece en la conjuntiva, avanza sobre la córnea y genera preocupaciones visuales, molestias y dolor”, detalló Daponte.
Por ello, según detalla el profesional, a la hora de comprar anteojos de sol deben adquirirse aquellos que tengan protección UV de 400 nm, y que sean de tipo envolvente, ya que protegen a la mácula, la córnea y el cristalino. “Quizás estos no sean tan estéticos, pero son los que protegen a todo el ojo”, indicó.
Los efectos de la pandemia en la vista
Con la nueva normalidad debido al aislamiento, la virtualidad adquirió mayor protagonismo en miles de trabajadores. El uso de la computadora puede traer disconfort natural en aquellas personas que no parpadean lo suficiente.
“Se sabe que frente a la computadora la frecuencia de parpadeo suele bajar entre un 15 y 30%. Si tenemos que parpadear entre 12 y 15 veces por minutos, esa gente lo hace entre 8 y 10 veces por minuto”, aseguró el especialista. Esto disminuye el aporte de la lágrima basal, generando molestia, dolor en el ojo y fotofobia, que es el rechazo a la luz.
Para cuidar la vista, además de la recomendación de utilizar anteojos con filtro de luz azul, se debe aumentar la frecuencia con la que se parpadea. Además, se debe disminuir la presencia frente a la computadora.
“Cada 20 minutos se debe mirar al horizonte durante 30 segundos. Esto podría disminuir las miopías de baja intensidad”, contó el profesional.
Por otro lado, aseguró que la menor cantidad de las consultas llevó a una crisis económica del sector. “Se creó entonces la CAMEOP, una cámara empresarial porque muchas clínicas estuvieron a punto de cerrar por la pandemia”.
Controles durante toda la vida
“Todo bebe que nace debe ser controlado por un oftalmólogo. Hay enfermedades infectocontagiosas, como la gonorrea, que se transmiten en el canal del parto y pueden causar ceguera”, indicó.
Entre los controles se encuentran el reflejo rojo, que no tengan cataratas y el estado de madurez de la retina. Además, al año de vida se debe chequear que no tenga glaucoma congénito, cataratas ni enfermedades congénitas propias como el retinoblastoma, un tumor maligno.
En la etapa preescolar se debe controlar que ambos ojos tengan la misma capacidad visual y que no tengan patologías asociadas. Estos controles deben realizarse cada 2 o 3 años para descartar patologías como por ejemplo cataratas o glaucoma congénito. Luego, en la adolescencia pueden aparecer indicios de miopía que debe ser tratada con anteojos.
“La etapa más importante es desde el nacimiento hasta los 12 años, donde podemos estimular y hacer que el niño vea bien por el resto de su vida, usando anteojos por astigmatismo, por miopía o por hipermetropía y que los dos ojos estén parejos”, mencionó Daponte.
Luego, a los 40 años, comienzan las dificultades para ver de cerca y las personas se acercan preocupadas al oftalmólogue. “A esa edad se pueden detectar glaucoma, retinopatía diabética (en el caso de los diabéticos), hipertensión, tumores endocraneales como tumores de hipófisis, u otros tumores que alteran la visión por el daño en el cerebro”, concluyó el especialista.