El pasado lunes, en la ciudad de Brasilia, Lula da Silva presenció un acto de homenaje y fue galardonado con un diploma. Durante la ceremonia, el presidente electo de Brasil realizó un discurso emocionante tras recibir el reconocimiento del TSE. Sin embargo, hubo grandes disturbios a raíz de la detención de un dirigente indígena vinculado con Jair Bolsonaro.
La entrega del documento estuvo a cargo de Alexandre de Moraes, ministro del Supremo Tribunal Federal de Brasil. El electo vicepresidente, Geraldo Alckmin, también obtuvo este certificado de cara a su asunción y la de Lula el próximo 1 de enero. Ambos estarán al mando durante los próximos cuatro años.
El acto tuvo como objetivo oficializar el resultado del balotaje en medio de la falta de reconocimiento por parte de la derecha. De hecho, el Partido Liberal de Bolsonaro presentó una denuncia por supuestas irregularidades en las urnas electrónicas. No obstante, la Justicia electoral brasileña rechazó su demanda y reconoció al nuevo presidente.
La apertura de la ceremonia tuvo al mandatario entrante como protagonista. “Quiero decir que mucho más que la ceremonia diplomática de un presidente electo, es la fiesta de la democracia”, explicó da Silva. Asimismo, anticipó que “habrá un país más desarrollado y justo”.
Aún en una jornada de alegría, la violencia se adueñó de las calles, cuando comandos bolsonaristas vandalizaron la ciudad. Primero, intentaron ingresar a la sede de la Policía Federal y luego, incendiaron vehículos. Las fuerzas policiales respondieron con gases y balas de goma.
Las palabras de Lula
El presidente de Brasil brindó su testimonio en la gala de reconocimiento y se refirió a la importancia de la democracia. “Pocas veces en la historia reciente de este país, la democracia ha estado tan amenazada”, confirmó. En medio de la emoción, reconoció que “pocas veces en nuestra historia la voluntad popular ha sido tan puesta a prueba”.
Aún así, certificó que “la historia superó obstáculos para ser escuchada”. En este sentido, rememoró su paso por la cárcel de Curitiba tras la Operación de Lava Jato y su proscripción en Brasil. Invadido por las lágrimas, enfatizó: “Sé cuánto costó, no sólo a mí, sino al pueblo brasileño, la espera para reconquistar la democracia”.
Por esta razón, explicó que “se envenenó con mentiras producidas por el crimen organizado en las redes sociales”. En consecuencia, agradeció al TSE por este reconocimiento en medio de la escalada de violencia. Además, se comprometió con el pueblo ante les 400 invitades presentes en la sala.
“Haré de Brasil un país más desarrollado y más justo, con la garantía de la dignidad y calidad de vida para todos los brasileños, especialmente para los más necesitados”, concluyó. De este modo, finalizó el acto que reconoció a Lula da Silva por tercera vez en su historia.
Los ataques en Brasilia
En medio de la oficialización de Lula como nuevo presidente de Brasil, manifestantes pro Bolsonaro atacaron dependencias policiales y quemaron vehículos. Les agresores incendiaron autos y ómnibus en las calles de Brasilia. Incluso algunes asistieron a la residencia presidencial del líder del Partido Liberal para fomentar un golpe de Estado.
Asimismo, les violentos bloquearon algunos accesos a la Explanada de Ministerios. Por este motivo, la seguridad nacional reforzó los controles y medidas de preservación de da Silva, quien tras recibir el certificado por parte del TSE, se alojó en el hotel Meliá 2.
Los incesantes ataques de Bolsonaro y su no reconocimiento a los resultados de las últimas elecciones incrementan el estado de alarma en Brasil. La detención del cacique José Acácio Serere Xavante se dio tras señalarlo como organizador de “manifestaciones antidemocráticas en diversos lugares de Brasilia”.
Este hecho desencadenó en los episodios de violencia que se vivieron ayer en el país limítrofe. De hecho, un vocero policial reconoció ante CNN Brasil que “la situación es extremadamente tensa”. No obstante, el ministro de Justicia y Seguridad Pública, Flavio Dino, certificó que “la seguridad de Lula está siendo asegurada”.