Irán, desde el pasado 16 de septiembre, se encuentra sumida en una extendida ola de protestas por todo el país. El asesinato de una joven kurda irani de 22 años, tras ser detenida por la Policia de la Moral, tuvo como consecuencia el despertar de un movimiento de desobediencia civil liderado por las mujeres.
Luego de más de 2 meses de protestas, según precisaron autoridades militares iraníes, se estima un balance de más de 300 personas fallecidas. Por su parte, la ONG Iran Human Rights afirmó que, hasta el 29 de noviembre, 416 personas fallecieron a causa de la represión en las protestas.
En este marco, Nota al Pie conversó con la politóloga y analista internacional, María Constanza Costa, quien sostuvo que “las protestas iniciaron en el Kurdistán Irani y luego se regaron como pólvora por toda Irán”.
Las causas profundas de las protestas
La muerte de la joven kurda irani, de alguna manera, fue la gota que rebasó el vaso para un sector importante de la población de la República Islámica. No obstante, la ola de protestas tiene causas mucho más profundas que el fallecimiento de Mahsa Amini.
Para Costa, “hay varias cuestiones relacionadas con las protestas: en primer lugar la obligatoriedad del velo y más allá de eso, la condición de la mujer en Irán”. Según la politóloga, en Irán, “las mujeres son ciudadanas de segunda y tienen menos derechos que sus compatriotas varones”.
Por otro lado, según detalló la analista internacional, la dimensión de la juventud en Irán, las libertades civiles y la condición económica general aparecen como factores desencadenantes de la crisis. “Los jóvenes ya no se sienten identificados con los valores de la República Islámica y existe una necesidad de luchar por mayores libertades y también por una situación mejor en términos generales”, precisó Costa.
En este sentido, la especialista en Medio Oriente explicó que “dentro de Irán los jóvenes tienen muchos problemas para acceder al mercado de trabajo y una situación económica que es adversa”. Costa, de esta manera, recordó que Irán pesan las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y que “en el 2019 hubo protestas masivas que terminaron con una fuerte represión pero que eran más de carácter económico”.
Según Costa, las protestas expresan un rechazo al sistema político-iraní. “El régimen iraní sufre una deslegitimación muy grande dentro de la población y era algo que se había visto en las elecciones pasadas cuando la mayoría de los iraníes no fue a votar”, detalló la analista.
En este marco, el componente generacional es otra de las dimensiones de la crisis iraní. “Los que están en las calles son los nietos y las nietas de los que hicieron la revolución, por lo cual hay un pedido de cambio en general y un rechazo a la república islámica y a lo represivo del régimen”, explicó Costa.
DDHH, relativismo cultural e injerencismo
En las últimas semanas, sobre todo a partir del comienzo del Mundial Qatar 2022, el debate sobre la universalidad de los DDHH y el relativismo cultural fue un tema de discusión en la agenda pública. Mientras algunes sostienen que cada cultura debe entenderse dentro de su propia idiosincrasia, otres postulan que los DDHH más básicos deben respetarse más allá de la cultura de cada país.
Para Costa, «el relativismo cultural no puede servir para justificar a regímenes opresivos». Según la politóloga, al hablar de Irán, «entender que es otra cultura o que un país islámico, de ninguna manera significa justificar el trato que reciben las mujeres».
De esta manera, para la analista el debate sobre DDHH – relativismo cultural es una dicotomía falsa. «Una mirada que entienda diferentes realidades no puede negar lo que significan los derechos humanos universales, sobre todo si esas mismas sociedades son las que salen a rebelarse en contra de la opresión», precisó Costa.
En este sentido, la analista internacional remarcó que «más que interpretar desde los valores occidentales se trata de escuchar esas realidades». Un ejemplo de ello, según Costa, es el movimiento de mujeres iraní e, incluso, los sindicatos que se encuentran prohibidos en la República Islámica de Irán.
Por otro lado, si bien Costa precisó que EEUU debe tener intereses en el éxito de las protestas iraníes como en el resto de la región, sostuvo que «la injerencia de EEUU es un argumento usado por el régimen irani». De esta forma, la politóloga afirmó que los reclamos de la sociedad iraní son genuinos y que «en las protestas no existe una demanda para volver a la época del Sha o para que su hijo tome el poder».