Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 800 mil personas se quitan la vida cada año en todo el mundo. Asimismo, la entidad afirma que, por cada suicidio, “hay muchas más tentativas, que es el factor individual de riesgo más importante».
En este contexto, es clave abordar el tema respecto de cuáles pueden ser las causas, maneras de prevención y aspectos a considerar. Al respecto, Nota al Pie dialogó con les profesionales de salud mental, les doctores Pablo Wizenberg y Ana María De Lodovici.
Para Wizenberg, el suicidio tiene dos componentes fundamentales por los que una persona que los atraviesa, puede llegar a cometerlos. «Una es la ideación suicida. Es decir, que alguien piense en terminar con su vida porque es la manera que tiene el cerebro de recurrir a un elemento que le traiga alivio», precisó.
Más adelante, el psiquiatra señaló que «otra parte es la acción suicida” que ocurre “cuando la persona acciona algún mecanismo para terminar con su vida. Esta acción puede tener un rango que sea de intento o que ocurra definitivamente».
Causas
De Lodovici consideró que «lo que lleva a alguien a quitarse la vida es la desesperación por el vacío. Ya no hay esperanza, ya no tengo delante de mí un proyecto de mí mismo por el cual sostenerme».
Además, la entrevistada se refirió a «la depresión, que tiene que ser muy profunda, melancólica; no como los momentos de depresión que todos transitamos por distintas circunstancias de la vida».
«Puede ser que parezca que un hecho puntual lleva a alguien a quitarse la vida, pero eso implicaría, a mi entender, que era el único sostén del proyecto vital de esa persona. Sin embargo, no es puntual, hay una poli-causalidad por debajo que tiene que ver con la historia personal», añadió la especialista.
En sintonía, Wizenberg consideró que lo que más causa la ideación suicida son las depresiones profundas. «Otra versión importante es entender aquellos que pasan un proceso adictivo. Las drogas, especialmente alucinógenas, pueden llevar a ideaciones que no son suicidas, pero que llevan a actos suicidas», agregó.
Admás, planteó que «el acto suicida de aquel que tiene una enfermedad grave de personalidad, hace que vean en el suicidio una manera de corregir, en su fantasía interna, algo que tiene que ver con una cuestión no racional».
Prevención y atención del entorno
En estos casos, la prevención es un tema muy difícil. En principio, De Lodovici explicó que las personas que rodean al paciente tienen que estar atentos, sobre todo, en los cuadros profundos de depresión.
Asimismo, la doctora agregó que «la ideación suicida es algo que comienza a obsesionar al paciente en silencio. Es muy difícil a veces para los familiares descubrir lo que el paciente está tramando dentro de su cabeza».
La entrevistada hizo hincapié en que “la prevención es la salud mental”, así como el cuidado, acompañamiento y, en los casos de ideación suicida, “hay protocolos para nunca dejar solo al paciente».
Más adelante, distinguió entre el intento de suicidio y un suicidio frustrado. “El intento sería más vinculado al pedido de socorro; requiere ayuda profesional, que la familia esté atenta, y a veces necesita medicación. Por otro lado, el suicidio frustrado requiere internación», precisó.
En el mismo sentido se pronunció Wizenberg, quien consideró “siempre estar atentos. Quienes conocemos a las personas que están sufriendo y llevan un tiempo de depresión, ayudarlas, hacer una consulta, llevarlos y acompañarlos».
Y, recomendó preguntar a la persona, si en algún momento pensó que la mejor manera es terminar con la vida. Aunque sea una idea, hay que tenerla en cuenta porque es el primer paso hacia la acción», planteó el médico.
El psiquiatra dejó en claro que para ayudar a las personas que hacen algún intento hay que llamar a profesionales. “Por más que la familia quiera contenerlo hay que trabajar en equipo», sugirió.
«Por supuesto pacientes con depresiones muy profundas, seguramente están en tratamiento y si no es así hay que llevarlos por más que no quieran. Se puede pedir a un profesional que vaya hasta el domicilio, pero tiene que haber un profesional actuante y un servicio de contención muy importante», concluyó.