Se cumplen 150 años desde la publicación de El Gaucho Martín Fierro, y el Museo Histórico Nacional conserva uno de los tesoros nacionales más valorados de la literatura. Se trata de la libreta de José Hernández donde escribió a puño y letra el poema nacional. Además, es el único manuscrito que se conoce de “La Ida”. Se puede visitar en la muestra “Grandes Éxitos”, una selección de las piezas más icónicas de la colección del museo.
Nota al Pie dialogó con Melina Acosta, investigadora del museo para conocer más detalles sobre la obra. “En este borrador ensayó algunas correcciones que se leen en la novena edición de 1875, de Rosario”, explicó. Hernández escribió el Martín Fierro en contexto de exilio y el texto fue censurado en ese entonces por Domingo Faustino Sarmiento.
“Con este poema quiso representar la experiencia gaucha en una denuncia en su defensa. Se entroncó entonces en la larga tradición de la poesía gauchesca como arma política, pero ya no con un tono burlesco, sino con uno dramático”, agregó Acosta. La libreta se encuentra en el museo desde 1998, gracias a la donación de Pedro Simoncini.
¿Qué contiene la libreta?
De tamaño pequeño y habiendo sufrido el desgaste del tiempo, esta libreta personal fue lo que luego le dio forma a una de las grandes obras del periodista y escritor. “Esta no es una libreta para entregar a imprenta. La primera parte abre con un largo poema de amor y desengaño”, detalló la investigadora. Además agregó: “De vez en cuando aparece una letra infantil garabateando un nombre, Mercedes, las letras del abecedario, los números del 1 al 10”.
Con respecto a esto, se cree que fue su hija Mercedes, nacida en 1867, familiarizándose con la escritura de su padre. “O tal vez alguna niña que se cruzó en el sinuoso y escolar camino de la libreta”, planteó.
El recorrido de la libreta de Hernández
La historia reconstruyó que, alrededor de 1930, una maestra tucumana le dio a su nieto la libreta para que se la llevará como regalo a su maestra. Según ella, tenía mucho valor, ya que la había recibido de las propias manos de José Hernández durante una visita que hizo a la provincia de San Juan.
Lo que se sabe es que, a mediados de 1882, Hernández fue enviado como empleado del Consejo Nacional de Educación a San Luis. Su trabajo era redactar un informe sobre la educación de esa provincia. Además, el año anterior varias maestras habían iniciado una huelga en reclamo por sus magros salarios.
Durante enero de 1886 realizó un viaje al norte del país para la campaña del candidato a la presidencia Dardo Rocha por el Partido Autonomista Nacional (PAN). Esto sucedió nueve meses antes de su muerte. “¿Llevaba la libreta a modo de talismán? ¿Fue un regalo amoroso a aquella maestra tucumana? Estas preguntas quedan en conjeturas”, dijo Acosta.
El Martín Fierro: la identidad nacional
En las páginas del poema, Hernández logró describir la vida del gaucho: sus costumbres, su estilo de vida, sus pesares y hasta sus pensamientos. Esta obra fue considerada como parte de la construcción de la identidad nacional. Por eso, con los años se convirtió en un ícono de la Argentina.
De esta forma, en 1913 Leopoldo Lugones propuso que sea considerado como poema épico nacional. Con el correr de los años, esto se hizo realidad. “Hacia el final de su vida, su obra se multiplicaba en doce ediciones y decenas de miles de ejemplares”, explicó la investigadora.
Además, hay una segunda parte: “La Vuelta”. “Es probable que la libreta se haya escapado de sus manos para pasar a otras, así como los versos de Fierro se multiplicaron tanto en lecturas escolares, como en payadas, voces y cuerda”, concluyó.