El pasado martes 6 de julio la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCyR) junto con organizaciones ambientales, sociales y políticas se pronunciaron a favor de la presentación de una Ley de Envases con Inclusión Social en el Congreso de la Nación.
La mencionada Ley tiene sus fundamentos en el principio de Responsabilidad Extendida al Productor (REP), es decir, el deber de cada une de les productores de tomar responsabilidad objetiva por la gestión ambiental y el financiamiento respecto de los envases introducidos por ellos en el mercado nacional y los envases post consumo.
Se propone implementar una tasa ambiental para las empresas y productores que coloquen envases en el mercado, premiando a quienes provean envases hechos con materiales reciclables.
La finalidad de lo recaudado sería implementar el Sistemas de Reciclado con Inclusión Social que consiste en recuperar los envases para que vuelvan a la industria y dignificar el trabajo de les cartoneres.
La basura en Argentina
El gobierno de la ciudad informó alarmantes cifras sobre los residuos en el país. Se producen 1,15 kilos de desechos diarios por habitante; equivalente a casi 45.000 toneladas diarias; significando una tonelada cada dos segundos y alrededor de 16,5 millones cada año.
La FACCyR denuncia que la mitad de ellos termina en alguno de los 5000 basurales a cielo abierto que existen o en un relleno sanitario. Es decir, que este tipo de basural carece de medidas mínimas de seguridad siendo posible encontrar todo tipo de residuos, incluyendo patogénicos y peligrosos. A su vez, informan que el 20% son residuos sólidos urbanos, es decir envases post consumo y que solo el 10% se recuperan.
Al ser 5000 basurales a cielo abierto, se promedia más de dos basurales por municipio. El más grande, de la provincia de Buenos Aires, se encuentra en Luján.
A principios de año, el Intendente Municipal, Leonardo Boto, y el Viceministro de Ambiente de la Nación, Sergio Federovisky, encabezaron la presentación del proyecto de Saneamiento del Basural de Luján. Debido a que es considerado foco de contaminación tanto para los recursos naturales como para la población de los barrios aledaños.
Riesgos y consecuencias
Algunos de los riesgos refieren a que no cuentan con la impermeabilidad en los suelos donde se emplazan. A su vez, tampoco suelen poseer la distancia adecuada respecto de la primera capa de agua subterránea, los cursos de aguas superficiales, los centros urbanos u otras áreas susceptibles de recibir los impactos derivados de estas instalaciones resultando así focos de contaminación.
El líquido producto de la descomposición corre el riesgo de mezclarse con por ejemplo lluvias siendo así susceptible de pasar a través del piso de base y contaminar fuentes de agua potable o aguas superficiales. Mismo el biogás, también producto de la descomposición, el cual, liberado a la atmósfera contribuye al debilitamiento de la capa de ozono y al cambio climático.
Los basurales a cielo abierto suelen ser campo de cultivo para la proliferación de plagas y enfermedades diversas. Los daños a la salud humana son diversos, desde enfermedades como el dengue o la cólera hasta malformaciones congénitas o cáncer.
A todos estos riesgos son a los que diariamente se exponen les cartoneres no contando con un área de trabajo segura. La FACCyR denunció en las redes las pésimas condiciones laborales. “Miles de ellos lo hacen en los propios basurales sin baños, agua, ni techo para cubrirse del sol o la lluvia”.
Asimismo, afirman que existen alrededor de 150.000 personas que se desempeñan como cartoneres y que son ellos quienes evitan que el sistema residual colapse. De allí, entienden, radica la urgencia de la aprobación de la ley.