Los enfrentamientos se produjeron en la ciudad sureña de Colombia, Puerto Guzmán. El alcalde, Edison Mora Rojas, informó a la cadena Caracol que “la misma comunidad” recogió los cadáveres para trasladarlos al cementerio.
La batalla se dio cuando se retomaban en Caracas las negociaciones de paz entre el Gobierno colombiano y la organización Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Hasta el momento, resta confirmar si entre las víctimas se encuentran combatientes de los grupos armados o, también, están incluidos civiles no involucrados con esas organizaciones. Como resultado de los combates, más de una docena de familias sufrieron una situación de desplazamiento interno dentro de la región de Putumayo.
Las agrupaciones en guerra son las denominadas “Comandos de Frontera” y el frente primero “Carolina Ramírez”. Tropas del Ejército nacional y autoridades judiciales se movilizaron hacia esta región del país.
Por otro lado, se convocó a un consejo de seguridad extraordinario para investigar lo acontecido y analizar la situación de orden público de la localidad colombiana.
Según la Defensoría del Pueblo, los protagonistas de la confrontación son dos facciones disidentes del acuerdo que desarmó a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Los hechos ocurrieron el sábado y el choque entre ambos bandos se desató en la zona rural de Puerto Guzmán a 60 kilómetros de la frontera con Ecuador.
Las intervenciones del estado y las organizaciones de DDHH
Según un boletín divulgado por el órgano estatal que vela por los Derechos Humanos, la Defensoría solicitó “la presencia de la Fuerza Pública y la Fiscalía en la zona”.
“Los cuerpos de los fallecidos han sido trasladados por la comunidad y permanecen en estos momentos en el cementerio de la Inspección de José María”, detalló el informe.
Activistas de la región en conflicto afirman que lo sucedido deja a 15 familias desplazadas. En este sentido, aseguran que “hay ausencia del Estado para reaccionar a este tipo de situaciones, que se vienen registrando desde el año 2018 y que se vienen denunciando”, según declaró Yuri Quintero, vocera de la Red de Derechos Humanos del Putumayo, en entrevista con Caracol Radio.
El frente Carolina Ramírez conforma la facción más numerosa que se apartó del pacto de paz que desmovilizó a las FARC en 2017. Por otro lado, el grupo Comandos de la Frontera es una organización armada que controla rutas de narcotráfico en la frontera selvática con Ecuador, según informaron fuentes oficiales del Ejército.
En los últimos tiempos, la agrupación Carolina Ramírez tuvo contactos con delegados del presidente colombiano Gustavo Petro en la que establecieron diálogos de paz. La agrupación había anticipado que mermaría los ataques contra la fuerza pública para favorecer un alto al fuego bilateral en Colombia.
El control por los territorios
Estos grupos guerrilleros operan y compiten en lo que se conoce como Bloque Suroriental o “Estado Mayor Central”. Se considera que el sector tiene unos 2 mil miembros disidentes, según el Centro de Estudios INDEPAZ. Estas organizaciones dominan el sur del país y la frontera con Venezuela lucrando con la minería ilegal y el tráfico de sustancias.
La ausencia eficaz y efectiva del Estado en esas zonas permitió que las organizaciones entren en disputas con el fin de controlar áreas estratégicas para la producción y tráfico de cocaína. Colombia es el principal productor mundial de esta droga y abastece a muchísimos mercados internacionales.
Acorde a los informes del centro INDEPAZ, se calcula que la totalidad de miembros disidentes en todo Colombia suman 5200. Los integrantes forman distintos grupos que se distribuyen en diferentes regiones del país de manera inorgánica y sin un liderazgo en común entre ellos.
El ministro de Defensa Nacional, Iván Velázquez, aseguró por medio de un comunicado oficial que estos enfrentamientos tienen el propósito de “asegurar el control territorial de las rutas para el narcotráfico y para presionar la iniciación de los diálogos de paz”.
El funcionario de la presidencia de Petro, además, explicó que estos grupos han expresado su intención de buscar la paz pero que en realidad no lo han demostrado.