En el Día de la Militancia, el pasado 17 de noviembre, Cristina Fernández de Kirchner dio un encendido discurso en un colmado Estadio Diego Armando Maradona, en la ciudad de La Plata. El pacto democrático, el ingreso de los trabajadores y la organización política fueron los principales temas que abordó. ¿La gestión del gobierno que preside junto a Alberto Fernández? Ausente.
Orden y seguridad
“El 1° de septiembre se quebró el pacto democrático de respetar la vida”, planteó la vicepresidenta al comienzo de su alocución. El intento de atentado contra su persona, sucedido en septiembre y aún investigado, generó un quiebre en la dirigencia política en relación al respeto a la vida en un marco democrático. Cristina recordó aquel hecho para vincularlo con la inseguridad que viven las familias argentinas; en sus propias palabras, el “desorden” de sus proyectos de vida.
“¿Cuál es el orden para nosotros? Que las madres y los padres vayan a trabajar, los pibes al colegio, y que después coman juntos en su casa, no en los merenderos”, destacó la vicepresidenta. En efecto, la cuestión laboral fue reforzada durante todo el acto y relacionada permanentemente con la libertad de desarrollar un propio proyecto de vida. Lo mismo hizo con respecto al tema seguridad, asunto al que apuntó dejando varias reflexiones y convocando a un acuerdo político para terminar con los delitos.
Cristina criticó el “innecesario” despliegue de efectivos de Gendarmería Nacional en la Patagonia. Según la vicepresidenta, esos recursos deberían distribuirse en el Conurbano Bonaerense para lograr mayor seguridad en la población. Fruto de aquel despliegue en Bariloche, las fuerzas de seguridad realizaron un brutal desalojo a miembros de la comunidad mapuche en Villa Mascardi. Con los antecedentes del asesinato a Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, el Estado Nacional tiene una gran deuda. Con un panorama nacional en el que el PRO, a partir de la referencia de Patricia Bullrich, parece reforzar el discurso de “mano dura”, Fernández de Kirchner se mete de lleno en el debate.
Hacia un gran pacto político
Realizando un recorrido histórico de Argentina en los últimos setenta años, la vicepresidenta hizo énfasis en la consolidación del Partido Militar desde 1955 hasta 1983. Realizando un paralelismo, indicó que en la segunda década del siglo XXI, el poder financiero internacional ha utilizado otro método para quebrar la voluntad popular: el Partido Judicial. De hecho, repasó que a partir de su desarrollo el conjunto de los gobiernos populares de América Latina fueron debilitados. Detallando el caso boliviano, destacó que allí debieron apelar al tradicional golpe militar porque el Estado Plurinacional había avanzado en la democratización del Poder Judicial.
Cristina planteó que la existencia de una Justicia al servicio de una élite genera un gran daño para la democracia porque tutela la economía. En ese sentido, recordó que fue la Corte Suprema quien declaró la inconstitucionalidad del decreto Nº 690/2020 de servicios públicos para las TIC’s, por ejemplo. Sector que hoy aumenta el doble de la inflación en telefonía celular e internet, condicionando la economía de las familias argentinas.
Para poder avanzar en un proyecto político que subordine la economía y las finanzas a los intereses nacionales, la vicepresidenta convocó, una vez más, a un gran pacto político para vencer al neoliberalismo. “Necesitamos de todos”, resaltó en una clava convocatoria a ensanchar los márgenes del frente que conduce. A un año de las elecciones presidenciales, Cristina orienta sus fuerzas a fortalecer la heterogeneidad de la mesa de decisiones políticas de su gobierno y ampliarla.
Y mientras tanto, los trabajadores siguen perdiendo
“Podemos volver a hacer esa Argentina, porque ya la hicimos. La gente tiene que decidir si quiere volver a hacer esa Argentina que alguna vez tuvieron”, concluyó frente a miles de militantes en La Plata. A partir de la reivindicación de los 12 años de gobiernos kirchneristas, la vicepresidenta definió no realizar un balance de los casi tres años de gestión del Frente de Todos.
Mientras Cristina Fernández de Kirchner dio un discurso añorando épocas pasadas para convocar a la militancia a un año de las próximas elecciones presidenciales, los trabajadores siguen sufriendo. Mientras la vicepresidenta remarcaba la importancia del ingreso de los trabajadores en el PBI nacional, en el actual gobierno los salarios siguen perdiendo frente a la inflación descontrolada. A su vez, el precio de los alimentos escala aún por encima de la media inflacionaria, golpeando a los sectores más vulnerables de la sociedad.
Por otro lado, el gobierno nacional parece profundizar la decisión de auditar a los movimientos sociales que organizan laboralmente los programas Potenciar Trabajo, dándole sustento a más de 1 millón de argentinos. Un gobierno nacional que no enfrentó al fraudulento acuerdo con el FMI que heredó del gobierno macrista sino que es cómplice. En definitiva, un gobierno nacional que a un año de terminar su mandato ha traicionado su voluntad de “empezar por los últimos”, y fruto de su propia crisis interna, no repara en transformar su estructura.