“En estos años logramos instalar que en la provincia de Córdoba existen las familias campesinas, algo que estaba muy negado”, dice Pablo Blank en las vísperas del vigésimo aniversario del Movimiento Campesino de Córdoba (MCC). El movimiento tiene base en el noroeste cordobés y una marca propia de alimentos: Monte Adentro. Nuclea a 500 familias del campo y de barrios populares de ciudades de la zona y su agenda de trabajo apunta a mejorar las condiciones de vida en los territorios: trabajo digno, acceso a la alimentación, la salud y la educación.
Para el productor, haber instalado al campesinado como un sector social y productivo fue una conquista muy importante del MCC, sostenida a través de dos décadas de inserción en bases territoriales. “Pudimos dar la disputa en términos de políticas públicas, haciendo que se entiendan las problemáticas de la vida en el campo”, destaca. Si bien algunas cosas se consiguieron, entre ellas insertar la producción campesina en las escuelas secundarias, Blank también sabe que todavía hay deudas. “Falta lo estratégico: el acceso a la tierra y al agua, avanzar en la formalización de nuestro trabajo y en una política impositiva que reconozca la particularidad del sector”, dice.
El integrante del MCC añade que también se requiere una política pública del sector que fomente y acompañe la comercialización, que haga que los alimentos que produce la agricultura familiar lleguen a los sectores populares a un precio justo sin que esa tarea recaiga solamente en las organizaciones.
Con esos logros y deudas en la cabeza de que productor y productora del movimiento en la cabeza llegan al congreso provincial del MCC, que este año se realizará el 13 y 14 de noviembre. Una instancia de reflexión y planificación interna de cara a lo que sigue. “A 20 años de andar el camino de la lucha en defensa de la vida campesina y popular en nuestra provincia, creemos necesario seguir construyendo unidad y fortaleciendo nuestro sector productor de alimentos sanos para nuestro pueblo”, convocan
El congreso de la organización, que integra el Movimiento Nacional Campesino, Indígena Somos Tierra también buscará fortalecer el rol de las mujeres, quienes, según la propia organización, sostienen mayoritariamente la producción, la comercialización y el sostenimiento de las comunidades. Por eso, el sábado 12 tendrá lugar la Asamblea Provincial de Mujeres y Disidencias y el 13 se desarrollará el congreso del movimiento. Ambas jornadas concluirán con una caminata, una feria y un festival el lunes 14 a partir de las 10 horas.
Monte Adentro: una experiencia cordobesa para el comercio justo
Los primeros almacenes campesinos Monte Adentro se abrieron hace cinco años en Córdoba capital y en Villa Dolores. Fue una estrategia del movimiento campesino para comercializar su producción con sello propio (cabritos, leche de cabra, queso de vaca, mermeladas de frutas de estación, mieles, artículos de cosmética natural) e ir incorporando en el almacén otros de la agricultura familiar y de cooperativas (fernet, legumbres, cervezas, yerba, néctar, frutas y verduras agroecológicas).
La idea surgió luego de años de comercializar los productos elaborados del movimiento en ferias. Con los almacenes se puso en marcha la creación de redes de comercialización en la ciudad con puntos fijos de venta. Actualmente hay cinco almacenes: a los dos primeros se incorporaron el de Deán Funes, Cruz del Eje y Río Seco. Además de la producción propia con el sello Monte Adentro, allí se venden productos de las zonas rurales del noroeste de Córdoba, de barrios populares urbanos y de otras provincias como Misiones, Buenos Aires, Jujuy, Mendoza o Entre Ríos.
“Se trata de generar otra forma de comunicación con la sociedad, a través del alimento”, define Blank, a cargo del área de Comercialización del MCC. De todas maneras, siguen participando en ferias, hacen venta mayorista y llevan productos a otros lugares como Rosario, Santa Fe, San Juan, Mendoza y Buenos Aires.
La red de almacenes es parte de las lógicas del comercio justo porque el precio se construye en conjunto desde la misma organización que produce los alimentos, buscando que el monto exprese el trabajo, la historia y la identidad que hay detrás de la elaboración. Asimismo, el circuito valora la comercialización como un factor clave e intenta generar precios accesibles para quienes consumen. “No solo construimos los precios sino la forma de llegada de los productos de los establecimientos al local y del local a los consumidores, construyendo permanentemente un diálogo que incluye a la producción, a la comercialización y al consumo”, afirma.