El próximo jueves 17 llega a la gran pantalla Jeepers Creepers: La reencarnación del demonio. Bajo la dirección de Timo Vuorensola, la nueva propuesta pretendía dejar atrás a la trilogía original iniciada en 2001. Sin embargo, al mismo tiempo, este remake debía complacer a les fans de la franquicia.
¿El resultado? una mixtura difícil para el espectador, la cual se asemeja más a una película de televisión de pobre producción de los 80 que a una realizada con un presupuesto millonario. Si bien mantiene muchos elementos básicos de sus antecesoras y funciona como presentación de una nueva era, el monstruo de esta edición es bastante absurdo.
Al comienzo, la película recuerda mucho a la original. Una pareja de ancianos van por la ruta y son abordados por un extraño camión conducido por un desafiante conductor. Este no es otro que la criatura caníbal alada que tantas pesadillas supo despertar. Dicha parte es como un homenaje a las glorias pasadas del grotesco personaje y resulta ser la única parte buena de su renacimiento.
Cuando comienza la verdadera trama del film se puede entender porque fue incluida esta increíble escena. Lo que resta de duración es una seguidilla de ideas fallidas. Una secta, un bebe demonio, una feria de terror y una casa abandonada son los ejes centrales y ya tan usados y desgastados por el cine de terror. Con diálogos mediocres, una saturación de clichés sacados de viejas películas y efectos especiales en CGI que resultan poco creíbles y muy notorios, se podría clasificar a esta remake como de clase C.
Un elenco a la altura: malo
Más allá de los efectos especiales, que en conjunto hacen que todo el tiempo el espectador se salga de clima y tensión, otro desacierto del film es su elenco, quienes hacen unas interpretaciones más horribles que el personaje central. No hay un solo actor ni actriz rescatable y los diálogos son difíciles de sostener en los 89 minutos de duración. En este reinicio de la tan esperada franquicia, estamos tratando con actores principiantes. Parecen de cartón, falta expresividad y compromiso. El resultado son personajes tan torpes que difícilmente algunos de ellos podrían sobrevivir en la realidad a una batalla sangrienta frente a un verdadero asesino.
Como si fuera poco, el guion es rebuscado y no tiene puntos recatables. Jeepers Creepers: La reencarnación del demonio dista mucho de la originalidad hasta el punto que hace ver la última y mediocre entrega de la saga anterior, Jeepers Creepers 3, como algo interesante.
La propuesta actual está sobrecargada de momentos aleatorios que no conectan en sí. Es un vago intento de atrapar a les espectadores y asustarles, pero se queda a medio camino de todo lo que intenta hacer. Esto es especialmente evidente cuando la trama recurre al viejo recurso de situar a les protagonistas en una casa abandonada, donde el asesino juego al repetitivo juego del gato y el ratón, una y otra vez.
Lo peor es el cambio de actitud y manejo del personaje principal, que también se lo ve como mal maquillado y con una interpretación forzada al extremo. Es poco creíble que una criatura que sí causaba miedo al principio de los 2000, hoy se ve carente de habilidades, envuelta en peleas a puñetazos y que necesite la ayuda de otros humanos para conseguir su tan ansiado trofeo: comerse a sus víctimas.
Jeepers Creepers: La reencarnación del demonio: una película “de terror”
Esta promete ser la primera entrega de una nueva trilogía, pero viendo el resultado y el recibimiento de les fans su continuación queda puesta en duda. La saga anterior constaba de Jeepers Creepers (2001), donde se presentaba al personaje y gozaba de mucha originalidad, esto combinado con la alta cuota de acción y sangre daba como fruto un producto ganador. Luego, llegó Jeepers Creepers 2 (2003), la cual no era mala opción para pasar el rato. La saga se completó con Jeepers Creepers 3 (2017). Sin embargo, esta entrega no fue bien recibida, incluso llegó a ser bastante odiada por quienes esperaban ansioso el regreso de la criatura.
En esta nueva propuesta, las tres películas anteriores sirven como películas ficticias para el guion, y son citadas como una franquicia de la que les protagonistas son fans. Este factor hace que no tenga una continuidad la historia original, ni se profundice en el personaje maléfico. Así el nuevo director trata bastante de alejarse del pasado y, además, permite que el público nuevo no necesite haber visto las anteriores.
En resumen, Jeepers Creepers: La reencarnación del demonio sí da miedo, está mal escrita, terroríficamente actuada y sus efectos muy pobres. Inicia mal, y durante su desarrollo se pone peor, al límite de querer escapar del cine.