Wakanda regresó a la pantalla grande para ofrecer acción de alto voltaje y desencadenar nuevas discusiones sobre cómo Hollywood representa a otras culturas. En 2018 Marvel Studios estrenó la primera película protagonizada por un superhéroe negro, Black Panther. Luego, se lanzó Wakanda Forever; una secuela de la historia que se convirtió en un símbolo de celebración y empoderamiento negro.
En el año 2020, tras el fallecimiento de Chadwick Boseman, protagonista y titular del manto de la Pantera Negra, el estudio tuvo que replantear el futuro de la franquicia. Tanto el director Ryan Coogler como el presidente de Marvel, Kevin Feige, decidieron no volver a refundir el papel de T’Challa.
El discurso del Rey
La escena postcréditos de Black Panther ve a T’Challa compareciendo ante las Naciones Unidas. En ese momento revela al mundo que su nación fue en secreto una superpotencia durante miles de años. En esa audiencia, ante otros representantes de las naciones del mundo, dejó en claro sus deseos de compartir los recursos y avances de su país con la humanidad.
Si bien el personaje continuaría apareciendo en algunas otras películas del Universo Cinematográfico de Marvel antes de que el actor perdiera la vida en una batalla contra el cáncer, una enfermedad que soportó con la privacidad que los wakandianos mantuvieron en secreto su nación, la declaración de T’Challa ha asumido desde entonces la angustiada urgencia del último deseo de un hombre.
El acto definitorio de T’Challa como Rey fue perforar la burbuja que protegió a Wakanda. A través de su pelea con Erik Killmonger (Michael B Jordan), un villano forjado tanto por el colonialismo como por el abandono de su propia gente, T’Challa aceptó que les ciudadanes de la Tierra están conectades entre sí. Lo cual puede ser para bien o mal.
Black Panther: Wakanda Forever
El film comenzó su producción apenas unos pocos meses después de la inesperada muerte de su protagonista, obligó a los guionistas Ryan Coogler y Joe Robert Cole a revisar la historia. Esta es una película que observa cómo sus personajes luchan contra el efecto dominó del último deseo de T’Challa, mientras cargan el dolor del duelo.
En sus 160 minutos de duración, el film se abre, a su pesar, al resto del Universo Cinematográfico de Marvel. Incluso lo hace cuando cada pizca de sinergia con la mega franquicia carcome la identidad autónoma que permitió que Black Panther brillara.
A pesar del impacto con el que su predecesora sacudió a la cultura y el trágico contexto de la muerte de Boseman, Wakanda Forever es casi por naturaleza más convencional y menos exultante que la primera entrega.
El duelo por T’Challa sublima el dolor por la pérdida de Chadwick
Como era de esperar, se aborda la muerte real de T’Challa con aplomo, ya que la película comienza con un prólogo independiente que se dirige a lo inevitable. A su vez, destaca cómo le afecta la pérdida a la hermana pequeña del difunto rey, Shuri (Letitia Wright).
Las imágenes de Shuri, quien en su dolor le ruega a su máquina de curación de enfermedades que salve a su hermano, es una forma adecuada de comenzar un blockbuster de $200 millones de dólares que fue desestabilizado justo antes de que entrara en producción.
Es como si la película misma se estuviera aferrando a su vida, una admisión sincera que permite que las escenas más íntimas de Coogler involucren a la audiencia en el duelo por alguien a quien también extrañan.
Namor, el submarino obtiene un nuevo origen
La historia de Wakanda Forever se centra en la agitación política dentro de la nación afro futurista tras la muerte de su rey. Diferentes facciones deben unirse para repeler los avances de un nuevo enemigo: la oculta civilización submarina de Talocan. Esta es liderada por Namor, interpretado por el actor mexicano Tenoch Huerta.
Con la avanzada nación africana en el centro del escenario mundial y con el conocimiento del poder que posee el vibranio, los países que dominan el planeta se lanzaron en su búsqueda implacable.
Namor y la civilización submarina que comanda también posee el recurso y se siente amenazado, una vez más, por el avance depredador del hombre blanco. Talocan se siente ofendida por la decisión de T´Challa de compartir la existencia del metal con el mundo industrializado y exige que Wakanda repare la situación.
Black Panther y una representación respetuosa de la cultura precolombina
En la antigua cultura azteca, Talocan era el hogar de Tlaloc y su consorte Chalchiuhtlicue, deidades asociadas con la lluvia y la fertilidad. Marvel Studios ha tomado prestado de la mitología precolombina para crear una civilización submarina visualmente exuberante. También basada en el personaje de Namor creado por Bill Everett para Marvel Comics #1 de 1939.
La combinación de una cosmovisión mesoamericana y un antiguo antihéroe de Marvel podría generar preocupaciones sobre la apropiación cultural. Sin embargo, Ryan Coogler, quien logró celebrar la cultura afro en Black Panther, subvierte los estereotipos y ofrece una amplia comprensión a la audiencia de los padecimientos de los nativos americanos durante la conquista.
Los ejemplos de cine convencional que representan civilizaciones precolombinas han sido raros y tienden a satisfacer la mirada de los turistas al simplificar demasiado la historia y la riqueza de la región mesoamericana. Películas como Apocalypto (Mel Gibson, 2006), Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull (Steven Spielberg, 2008), o la reciente versión live action de Dora la exploradora reducen civilizaciones complejas a un puñado de clichés.
Estas representaciones malinterpretan la historia de civilizaciones que eran muy avanzadas en ciencia y tecnología en comparación con sus contrapartes europeas. También tienen un impacto negativo en la forma en que millones de latinoamericanos se representan en pantalla y se perciben en la vida cotidiana.
Tenoch Huerta: el activista detrás del antihéroe
Apareciendo por primera vez en cómics en 1939, Namor ha sido representado como el rey de la Atlántida. Wakanda Forever reubica el hogar submarino de Namor en el Océano Pacífico y se basa en la cultura azteca y otras culturas precolombinas para dar vida a este nuevo héroe de Marvel.
El nuevo Namor usa un tocado y una armadura de inspiración azteca. Su reino submarino presenta edificios que se asemejan a las pirámides mesoamericanas.
El actor mexicano Tenoch Huerta, que interpreta a Namor, es una de las voces principales de una campaña en las redes sociales, #PoderPrieto, que lucha contra el lavado de cara de la industria cinematográfica mexicana.
A diferencia de otros actores mexicanos masculinos a quienes se les han brindado diversas oportunidades, hasta ahora, Huerta, de piel más oscura, ha sido encasillado en papeles de crimilanes y ha enfrentado discriminación en la industria cinematográfica mexicana. El cine y la televisión mexicanos favorecen el talento de aspecto europeo y sub representan a los nativos.
El lanzamiento de Wakanda Forever coincide con los renovados esfuerzos del gobierno mexicano en ejercicio y los activistas para revisar las historias indígenas y coloniales del país y abordar el racismo sistemático dentro y fuera de la pantalla.
Huerta ha hablado sobre la importancia de la inclusión y la representación de personajes no blancos en las películas de superhéroes. Cuando se reveló por primera vez que interpretaría al personaje icónico en la Comic-Con de San Diego, explicó a los miles de fanáticos que asistieron que: «No estaría aquí sin la inclusión».
Mientras que la primera película de Black Panther fue un hito en la representación negra en la pantalla, Wakanda Forever es tanto un espejo como un foco de atención para millones de latinoamericanos, así como para la gran diáspora latina dispersa en el mundo.
Parte del viaje es el final
Sin T’Challa y Boseman, por momentos, la película parece perdida, pero Ryan Coogler maneja esta duda con gracia y la convierte en un bello testimonio de lo que se ha perdido y un recordatorio de que la muerte no es el fin del legado de una persona.
Wakanda Forever es más fascinante cuando permite que su mundo se siente en su propio dolor y explore lo que eso significa para su futuro. Aunque la narración no es perfecta, su capacidad para manejar esta caminata en la cuerda floja entre la exploración de la pérdida y una película de superhéroes hace que esta sea una de las entradas del Universo Cinematográfico de Marvel más conmovedoras hasta el momento.
La muerte no es el final, ni para Talokan o Wakanda, ni para T’Challa o Chadwick Boseman, ni para nadie que inspire a las personas que los amaron a construir a partir de la memoria que dejaron atrás.