La modernidad ha sido caldo de cultivo de muchos problemas que aparecen como producto de la vida en grandes metrópolis. Creencias, estilos de vida, afecciones y, recientemente, una pandemia mundial ha cambiado de forma radical cómo vivimos. Bajo esta impronta llega Toxic Detective, donde Claudio Cerdán y Sergio Carrera exploran un mundo con una nueva afección.
Editada originalmente en España en 2021, Toxic Detective es una historia negra con toques punk y una visión crítica a la modernidad. La virtualidad, el recluirse en una casa, lo que genera en las personas y, sobre todo, lo que sucede cuando personas que ya tienen un desequilibrio se ven forzadas a esa situación. Todo, en un mundo que aún se maneja con antiguas reglas.
Sensibilidad Química Múltiple
En un popular show transmitido de forma virtual, el doctor Rutger Johanssen es entrevistado sobre una nueva afección que afecta a la gente: la Sensibilidad Química Múltiple (SQM). Como consecuencia de la cantidad de elementos sintéticos que se utilizan, hay personas que han desarrollado una suerte de alergia química.
Las personas con SQM responden de forma adversa al contacto con cualquier elemento con tratamiento químico. Esta gente busca recluirse en sus hogares, y mantenerlos como un lugar a prueba de estas sustancias. El problema es que la manifestación de la SQM aún no es comprendida por el pueblo, y la gente suele tratar a los que adolecen esta afección como personas desequilibradas.
Ray, un afectado por la SQM, sigue la entrevista desde su casa y considera que este doctor Johanssen realmente no sabe de lo que habla. Ray vive sin salir y se dedica al trabajo virtual componiendo música electrónica. Además, tiene una relación vía internet con Sweet, una desnudista virtual. Un día, Sweet desaparece y ante la negativa de la policía a actuar, el protagonista decide salir a ver qué sucedió.
La ficción imita a la realidad
El mundo creado por Claudio Cerdán y Sergio Carrera no dista mucho de la realidad post pandemia que se vive. En el año que salió originalmente, se acentuaron las problemáticas respecto a cómo la gente respondía a lo causado por el recluirse y la vuelta a la “presencialidad”. A partir de esa premisa se construyó una historia que explora diferentes ángulos de la vida cotidiana.
Ray es un hombre complicado, no es un tipo normal, y toda la historia es narrada por su propia voz en off, como toda una novela negra. La motivación de salir cuando deja de poder contactar con Sweet se justifica al saber que ella también padece SQM. Esto dice al espectador que ambos estaban afectados de forma similar.
Los recaudos que toma para salir: una vestimenta aislante de materiales, máscara, guantes, botas, entre otros recuerda a la vida en pandemia. El miedo de Ray a asomarse al mundo exterior es algo con lo que las lectoras y los lectores pueden identificarse. En Toxic Detective el mundo exterior desprende esa sensación de impureza que el miedo a contagiarse generaba.
Aquí es donde se genera el primer giro: Ray tenía razón, Sweet no estaba en su casa. La encuentra con las ventanas abiertas, algo que no responde a una persona afectada de SQM. Dos personas, que se descubrirán como policías, atacan a Ray y comienzan las intrigas típicas de una novela negra.
La corrupción de siempre
El sistema en el que Ray vive, está plagado de corrupción, y personas que buscan hacer algo más de dinero, de manera ilegal. Los policías, presentados en la habitación de Sweet, demuestran tener una actitud sospechosa y las cosas que Ray irá descubriendo, confirmarán esto. Pero no serán los únicos, y a lo largo del relato, incluso se dudará del mismo Ray.
La forma en que la historia se desarrolla para Ray, llevará a los lectores y lectoras a notar ciertos detalles discordantes con lo que él clama ser. Inclusive en su instancia en el exterior, se descubrirá que el SQM, si bien parece afectarle, no es tan grave como el dice.
Visualizando un mundo tóxico
Sergio Carrera es el encargado de dar vida a las viñetas, y toma decisiones muy interesantes. La cantidad de negro utilizado es proporcional a la toxicidad del ambiente, y esto aplica tanto a lo físico, como a lo mental. Cuando se repasa la lectura, resalta las intenciones de Carrera desde la primera página en relación con lo que vendrá.
La acción es dinámica, y el estilo narrativo busca ser fluido casi a nivel cinematográfico, lo que permite una lectura ágil. El diseño de personajes responde a varios estereotipos que funcionan con el género. Aún la pareja de policías corruptos entra en esta categorías, siendo uno caucásico con prominentes bigotes y el otro de ascendencia africana.
Toxic Detective es una historia algo cruel, y bastante gris sobre diferentes realidades. Hurga en las concepciones del mundo y cómo lo percibimos, así como en la forma en que esto afecta a todos quienes participan en él, con un mensaje final que compromete a quien la lea. Este tipo de historias en donde las líneas del bien y el mal desaparecen, para dar paso a un llamado de atención y reflexión acerca de cómo juzgamos al mundo.
Toxic Detective se editó de forma reciente en Argentina bajo licencia de la editorial Primavera Revolver. Es el número uno de la Colección Trouz, una serie que busca difundir obras argentinas de autor.