Otro caso de gatillo fácil conmueve a la comunidad, en esta oportunidad sucedió en Virrey del Pino, La Matanza, provincia de Buenos Aires. En el marco de un operativo de la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (UTOI), Esteban Bellido fue alcanzado por dos disparos. Según la autopsia, la causa de muerte fue una bala que ingresó por la espalda.
En este contexto, intervino la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) y se presentó como particular damnificado institucional en la causa que investiga el hecho. A raíz de este caso quedaron detenides 11 agentes de la unidad de la UTOI de la Policía bonaerense.
Nota al Pie dialogó con Rodrigo Pomares, miembro de la CPM, quien explicó: “Desde la Comisión tomamos conocimiento a través de personas que se comunicaron con la institución y a partir de eso pudimos vincularnos con los hermanos”.
Un operativo irresponsable
El pasado lunes a media mañana, un operativo de la UTOI invadió las calles del barrio Vernazza. Pomares indicó que la orden de servicio para la unidad decía que se trató de un “control de prevención de situaciones asociadas a violencia de género”.
La Policía asesinó a Esteban Bellido a cuatro cuadras de su casa. Les vecinos y testigues escucharon los disparos y, según indicaron, fueron varias detonaciones. La víctima era empleado de una fábrica de gaseosas y al momento de caer al suelo, vecines lo socorrieron. Aunque llamaron al 911, no tuvieron respuesta inmediata. Desde ese momento, su familia inició un pedido de justicia.
En este sentido, Pomares le dijo a Nota al Pie: “No había ninguna orden judicial de allanamiento, ninguna orden de registro o de secuestro. Tampoco para intervenir en el marco de una causa penal; estaban en una tarea de prevención que no estaba asociada a nada que tenga que ver con una situación de crimen organizado, ni de narcotráfico”.
No es el primer caso de gatillo fácil en La Matanza
A partir de la investigación, la autopsia preliminar y el pedido de la familia fueron detenides en total 11 agentes de la UTOI. Estos se encuentran detenidos por orden del Juzgado de Garantías interviniente. Además, el fiscal Duplaa indagó a todes como coautores del delito de “homicidio agravado por ser cometido por un miembro de una fuerza de seguridad”.
La CPM intervino en el caso, en su su calidad de Mecanismo Local de Prevención de la Tortura. “Hicimos las denuncias correspondientes, se instruyó una investigación de oficios y se pidió remitir los pedidos de informe a la fiscalía y a la auditoría de asuntos internos. También nos presentamos como principales damnificados”, dijo Pomares. Además, agregó que patrocinan legalmente a uno de los hermanos.
“Nosotros, como en todos los casos, apuntamos a que se establezcan las responsabilidades penales a través de una investigación exhaustiva. Hasta ahora hay mucha prueba recolectada que da cuenta de que los policías no intervinieron de manera aislada, sino que lo hicieron de manera conjunta y consensuada”, explicó el miembro de la Comisión a Nota al Pie.
Además, como en todos los casos, también insisten en ir más allá e investigar de manera estructural. “Todos deben quedar bajo la responsabilidad del homicidio que se cometió. Por otro lado hay que indagar sobre las responsabilidades funcionales, es decir quienes pueden tener algún grado responsabilidad por lo ocurrido”, sostuvo Pomares.
Sobre los casos de gatillo fácil en los barrios, la CPM realiza un relevamiento y desde la creación de la UTOI, a fines de octubre de este año las cifras ascendieron a 65. Este mes se sumaron dos más; en tanto la investigación arrojó que en 12 casos registrados el victimario fue parte de la unidad de UTOI.
Según Pomares, “lo importante es destacar que no son situaciones aisladas tiene que ver con un criterio de intervención policial que está convalidado hace muchos años que está avalado tanto de los discursos tanto de las políticas”.
Y por último, el miembro de la Comisión agregó que la idea “es saturar los barrios más empobrecidos y controlar y gestionar la conflictividad en esos barrios a través de la rutina y eso genera un sentido en los oficiales que es parte de lo esperable y aceptable. De hecho hay otras situaciones de violencia que no llegan a este extremo pero después llevan a casos de esta magnitud”.