Un día como hoy se cumplen 20 años de la aprobación de la Ley 25.673, la cual implicó la creación del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable. Pasaron los años, se sumaron nuevas normas, pero ¿se cumplen los derechos de todes?
Promulgada en noviembre de 2002, la Ley 25.673 menciona como uno de sus objetivos “alcanzar para la población el nivel más elevado de salud sexual y procreación responsable”. De modo que la misma busca que todes puedan tomar decisiones libres de discriminación, coacción o violencia.
Sobre la Ley 25.673
Dentro del ámbito del Ministerio de Salud, la Ley 25.673 busca disminuir la morbimortalidad materno-infantil, prevenir embarazos no deseados. También contribuir a la prevención y detección precoz de enfermedades de transmisión sexual, garantizar a toda la población el acceso a la información. Así como también potenciar la participación femenina en la toma de decisiones relativas a su salud.
En sus artículos detalla que las prestaciones establecidas por ley serán incluidas en el Programa Médico Obligatorio (PMO), por lo que los servicios de salud públicos y privados deben incorporarlas a sus coberturas. Por otro lado establece que se deberá realizar la difusión periódica de dicho programa.
Nuevos derechos
A lo largo de estos veinte años nuevos derechos se han incorporado con el fin de favorecer la salud sexual y reproductiva. Por ejemplo, en el 2006 se sumó el derecho a acceder a las prácticas de ligadura de trompas de falopio y vasectomía como procedimientos quirúrgicos de esterilización. Del mismo modo, en 2007 el programa médico obligatorio incorporó la Anticoncepción Hormonal de Emergencia (AHE), como método anticonceptivo.
En tanto, en el año 2006 también se sancionó la Ley de Educación Sexual Integral (ESI). La norma se incorporó al programa educativo como Ley 26150, cuyo objetivo se relaciona con la transmisión de conocimientos sobre intimidad; derechos sexuales y reproductivos, así como también la promoción de actitudes responsables.
En enero de 2021 entró en vigencia la Ley 27.610, conocida como Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). La misma regula el acceso a la interrupción voluntaria y legal del embarazo sin causales hasta la semana 14. Así como también la atención postaborto de todas las personas con capacidad de gestar.
Cabe mencionar que estas leyes son de aplicación obligatoria en todo el país. Sin embargo, distintas instituciones, alumnes y agrupaciones feministas manifiestan que no todas se cumplen. Por ejemplo, organizaciones sociales denuncian que los anticonceptivos gratuitos no se encuentran en salas barriales ni en hospitales.
En cuanto a la ESI, en el año 2020 un estudio reveló que sólo dos de cada diez alumnos de escuelas secundarias, públicas y privadas de Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires recibían contenidos vinculados a educación sexual integral de manera habitual.
Lo mismo sucede con el aborto, meses atrás desde Socorristas en Red denunciaron que muchas veces no se cumple con los protocolos en los centros de salud. Dentro de las principales denuncias se encuentran la objeción de conciencia y la falta de turnos para dichas prácticas. Así como también el maltrato hacia les pacientes y dilatar los tiempos para que pierda vigencia la posibilidad de interrumpir el embarazo.
Métodos
Actualmente los planes de salud sexual y reproductiva deben contemplar métodos anticonceptivos como pastillas hormonales; inyectables; diu; implantes subdérmicos y preservativos para pene. Sin embargo, existe el reclamo por otras posibilidades que contemplen las relaciones homosexuales entre personas con vulva o más métodos para hombres.
Hasta el momento, todos los preservativos producidos están orientados a las prácticas sexuales con penetración. Sin embargo, existen otras que también requieren de métodos barrera, como la frotación genital, y hoy no cuentan con uno. De ese reclamo surgió el Proyecto Preservativo para Vulvas.
Por otro lado, en las últimas semanas se conoció que científicos del Instituto Indio de Tecnología desarrollaron el primer método anticonceptivo no hormonal para hombres. Los ensayos realizados en 300 personas arrojaron una eficacia del 97%.
El método, el cual podría salir a la venta en 2023, consiste en insertar dos sustancias que forman un gel en el conducto que transporta a los espermatozoides para ser eyaculados y bloquea su paso. Si alguno llegara a superar esa barrera, tampoco podría fertilizar al óvulo porque las sustancias anulan su capacidad reproductiva.
Embarazos adolescentes y no deseados
El incumplimiento de la ESI y de los programas de salud sexual y reproductiva conllevan a embarazos adolescentes. Cada año, en todo el mundo, quedan embarazadas 16 millones de niñas entre 15 y 19 años y 2 millones de menos de 15 años. De acuerdo a estimaciones de las Naciones Unidas, nacen aproximadamente 14 millones de niñes de madres adolescentes, De elles casi 2 millones ocurren en América Latina y el Caribe.
En este sentido, según el informe “Embarazo en la adolescencia en Argentina” de Amnistía Internacional, cada tres horas una nena de entre 10 y 14 años atraviesa un parto. Además, el 80% de los casos de embarazos en niñas es producto de abuso sexual intrafamiliar, según indica el estudio “Embarazo y Maternidad en Adolescentes y menores de 15 años”, elaborado por Unicef Argentina.
De acuerdo a los últimos datos disponibles del Ministerio de Salud, sólo en 2017, 2.493 niñas se convirtieron en madres. De ellas 506 tenían entre 10 y 13 años, mientras que en 1.987 apenas 14. Del mismo modo, en 2015 se registraron 45.968 egresos hospitalarios por causas relacionadas con abortos, de los cuales 414 fueron de niñas entre 10 y 14 años.
Por su parte, la agrupación Socorristas en Red ha manifestado su preocupación ante el acompañamiento a niñas y adolescentes en sus procesos de abortos. En 2019, el 84% de 2.221 niñas y adolescentes que acudieron a la organización en búsqueda de información decidió abortar. Mientras que durante el año 2020, 46 niñas tenían 14 años al momento de abortar y 2.171 entre 15 y 19 años.