Durante gran parte del siglo pasado, el cine ha silenciado o codificado las relaciones homosexuales en sus películas. Sin embargo, algunes cineastas pioneres de la erótica gay, como Pat Rocco, han logrado infiltrarse y distribuir sus producciones con éxito a través de clubes clandestinos en USA, aún en los días del Código Hays.
Pero la sexualidad nunca fue un verdadero desafío. La audiencia sabía que los homosexuales tenían relaciones sexuales. De hecho, la sociedad asumió que era el foco central de sus vidas; pero mientras esto se mantuviera fuera de la vista, no representaba una amenaza para su homofobia.
Lo verdaderamente peligroso era mostrar de manera explicita el amor romántico entre personas del mismo sexo y la posibilidad de una vida feliz en una pareja homosexual. Tal vez sea difícil para los espectadores de hoy entender cómo era crecer en una sociedad en la que, para las personas homosexuales, el amor parecía imposible y cada historia de romance queer terminaba en tragedia.
El documental Pat Rocco se atrevió, de los cineastas Morris Chapdelaine y Bob Christie, se propone explicar el impacto de la ausencia de esperanza, incluso mientras perfila al hombre que cambió esta situación en el cine. La película se encuentra disponible en la plataforma CONT.AR, a través de su inclusión en el catálogo del Asterisco Festival Internacional de Cine LGTBIQ+.
Pat Rocco, un activista de los primeros tiempos
Como cineasta erótico pionero, activista político, y cofundador de LA Pride, Rocco tuvo un asiento de primera fila en la historia LGBTIQ+. Esto lo colocó en la posición única de haber filmado el importante discurso sobre la “salida del armario” de Harvey Milk y el primer beso entre personas del mismo sexo jamás visto en la pantalla grande.
En los años 70, la revista Playboy lo apodó el “Rey de los desnudos”, pero era mucho más que un cineasta erótico. Rocco fue activista, artista, cineasta y animador. Tenía demasiadas aristas; pero lo más importante, cargaba con una historia más que contar: la suya.
Llegó a Hollywood con sus padres a la edad de once años. A los diecisiete sabía que era gay, se había mudado lejos de casa y vivía como un joven abiertamente homosexual. Era 1951.
Comenzó a vender sus películas de desnudos masculinos eróticos y románticos en las contratapas de las revistas locales. En 1968 le ofrecieron su propio festival en el Park Theatre de Los Ángeles; el primero de su tipo. Fue un éxito instantáneo, lo que lo llevó a seguir produciendo más películas lo más rápido que pudo; empujando nuevos límites con cada una.
En Un amigo muy especial, Rocco se atrevió a proyectar el primer beso entre dos hombres jamás visto en una pantalla de cine. Artísticas, eróticas y muy románticas, sus producciones fueron controvertidas no por lo explícitas que eran, sino por su audaz expresión política y artística.
A pesar de la notoriedad en su apogeo, tanto sus películas como su activismo fueron casi ignorados en las discusiones sobre el movimiento por los derechos de los homosexuales. Asumiendo la responsabilidad de corregir ese descuido histórico, el cineasta Charlie David analiza su vida, a través de entrevistas e imágenes de archivo.
Una revisión de su vida con un consejo para las nuevas generaciones LGTBIQ+
Pat Rocco se atrevió fue filmada durante los últimos meses de vida del cineasta, quien falleció en 2018. Aún con su salud deteriorada, se ve cálido y lleno de buen humor. Feliz de reflexionar sobre su trabajo y sus experiencias. En las entrevistas para la película, el cineasta enfatiza en la importancia de que les jóvenes LGTBIQ+ se tomen tiempo para escuchar a les mayores de la comunidad.
Su propia vida sirve como ejemplo del tipo de historias que buscaba contar. Rocco pasó 38 años al lado de su socio David Ghee. A pesar de los momentos de tragedia que lo asolaron, como la pérdida de Harvey Milk, encontró mucha alegría en la vida; sin avergonzarse de sus elecciones. Ayudó a organizar desfiles del Orgullo y estableció un refugio para personas LGBTIQ+ sin hogar que no podían encontrar un hogar seguro en otro lado.
Aunque la cinta tiene momentos comunes con otros documentales, la mayor parte se centra en sus elecciones como cineasta y la aplicación de su oficio. Siempre inclusivo, siempre de mente abierta, gran parte del trabajo de Pat todavía se siente audaz hoy en día. Y su compromiso apasionado por encontrar alegría en la vida parece más radical que nunca.
No es que no fuera consciente de lo que estaba mal: en el final de Ron and Chuck in Disneyland Discovery (1969), la pareja que retoza en el bosque siente la necesidad de soltarse la mano cuando camina de regreso por el parque en el que las parejas heterosexuales se acurrucan felizmente juntas.
Lo que esta película captura es su comprensión de que, incluso si a veces no es seguro tratar de vivir de la misma manera abierta que las personas cisgénero y heterosexuales, eso no significa que las LGBTIQ+ deban conformarse con menos.