Luego de la muerte de Juliana Gómez, quien integraba el plantel de Argentino de Merlo, futbolistas y entrenadoras decidieron realizar una asamblea en la Plaza del Congreso. La misma fue impulsada en un principio por la agrupación de futbolistas “Unidas por el fútbol femenino”.
Allí se leyó un extenso y contundente comunicado oficial, en el que evidenciaron las precarias condiciones laborales en las que trabajan día a día. «Lo que sucedió el sábado 8 de octubre, nos conmovió a todas, de tal manera que nos motivó a organizarnos”, anunciaron.
Por la misma vía, continuaron: “Todas sentimos el miedo de haber sido ella. Hoy, todas somos Juliana Gómez. Hoy, más que nunca la recordamos y homenajeamos su figura, como un símbolo de justicia e igualdad”.
Una vez adentrados en el comunicado, exponen la cantidad de situaciones que viven de forma habitual las futbolistas de diversas categorías, sin importar si es el Campeonato YPF, Primera B, Primera C, divisiones inferiores o el fútbol del interior argentino.
Soportan a diario que, al momento de viajar, no cuenten con un transporte dispuesto por el club. Mucho menos concentraciones para descansar previo al encuentro. Pero por sobre todas las cosas, lo peor: la alimentación. Se ven obligadas a llevar sus propias viandas.
Similar es lo que ocurre con los campos de juego, que se encuentran en estados deplorables incluso para entrenar. ¿Por qué no pueden utilizar los estadios principales, como sucede con el fútbol masculino?
Es momento de regulaciones en el fútbol femenino
Todo lo mencionado ocurre en plena competencia, pero cuando la pelota frena y se abre el mercado de pases, las jugadoras sufren otro calvario. No pueden marcharse libres de sus clubes que así limitan la libertad de ellas, de forma irregular.
Les exigen que, para entregarles el pase libre mediante el Sistema COMET, devuelvan su indumentaria, o incluso deban abonar dinero en efectivo. Una completa locura, que es necesario que la Asociación del Fútbol Argentino empiece a regular estos acuerdos ilegales y autoritarios.
Muchas veces, esta problemática dificulta la carrera de las futbolistas con proyección. Una jugadora de 18 años que, tras formarse en un club decide marcharse a otro más grande para continuar creciendo, suele vivir este tipo de situaciones.
Un antecedente reciente
El lunes 30 de abril de este año, se realizó una marcha en las puertas de la Sede de AFA, en calle Viamonte. En este caso, fue para reclamar justicia por la decisión de la FIFA de no sancionar al director técnico Diego Guacci, tras ser denunciado por acoso sexual y conducta abusiva hacia cinco jugadoras.
Cabe destacar que la acusación se hizo oficial el 6 de mayo de 2021, mediante el Sindicato Internacional de Futbolistas Profesionales (FIFPRO). A su vez, las denuncias sucedieron cuando él se desempeñaba como DT en UAI Urquiza y River Plate, entre 2012 y 2015.
Además, se exigió que lo aparten de su cargo como Coordinador del fútbol femenino de Defensa y Justicia, institución de Florencio Varela que compite en la segunda categoría de la disciplina. Esto último sucedió, y Guacci abandonó su cargo en el Halcón.
En ese entonces, Mónica Santino, directora técnica de La Nuestra, fútbol feminista y referente del sector, le manifestó a Télam: “Para las futbolistas es muy difícil el acceso a la justicia y el miedo que tienen de quedarse sin jugar». Parece que nada cambió.