Carolina Aló era una adolescente que asistía a la E. E. S. N° 9 “Marcos Sastre” de Tigre. Allí también concurría su novio, Fabián Tablado, quien el 27 de mayo de 1996 la asesinó de 113 puñaladas. A 26 años del femicidio, la escuela realiza proyectos pedagógicos para prevenir los noviazgos violentos y toda clase de violencia de género.
En una demostración de cómo la Educación Sexual Integral (ESI) puede ser transversal a todas las materias, les estudiantes interiorizan los contenidos a través del arte. A través de un vídeo de la Dirección General de Educación y Cultura de la provincia de Buenos Aires, elles cuentan las tareas que realizan y lo que significa en su construcción de vínculos afectivos.
En la materia Imagen y procedimientos constructivos, les chiques trabajan los ejes de la ESI “Estereotipos y Género” y “Afectividad y Sentimientos”. En particular, abordan el tema de los noviazgos con la creación de piezas textiles. Entre sus actividades, bordan retazos de arpillera con lo que cada une considera que es el amor, con dibujos de animales, personas, entre otros.
“La idea no solo es mostrar la violencia en el noviazgo, sino también construir desde el amor; ver la forma de salir de eso, de no llegar a lo que sucedió”, compartió en el video la profesora Patricia De Benedicto, a cargo del proyecto. También aseguró que la ESI se aborda desde todas las disciplinas.
Además, les estudiantes de la escuela pintaron un mural en su patio: “Es para la memoria”, aseguraron. El dibujo muestra una mujer junto a una mano que la ayuda. También, una margarita que muestra el antiguo juego de “me quiere, no me quiere”, quitando un pétalo por vez.
“La flor representa que el que te quiere también te puede hacer daño”, explicó Patricia De Benedicto. “Hay cosas que quizás no sabía y ahora sí, gracias a la ESI”, dijo Azul, una estudiante que contó lo que significaba aprender esos conocimientos en el colegio.
Carolina Aló: prohibido olvidar
En la secundaria N° 9 “Marcos Sastre” de Tigre también colocaron una placa conmemorativa en homenaje a Carolina Aló. El acto se dio el pasado 27 de mayo, fecha en la que, en 1996, ocurrió su femicidio.
Pero no es solo su antiguo secundario el que recuerda el terrible caso. En enero de 2021, el Gobierno bonaerense promulgó la “Ley Carolina Aló”, N° 15.246. Así, se declaró en la provincia el 27 de mayo como “Día de la Visibilización y Lucha contra la Violencia en los Noviazgos”. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), la Legislatura sancionó en 2013 esta misma normativa.
La legislación dice que, además, deberán realizarse actividades y campañas de difusión. También, brindar información sobre las implicancias de los diferentes tipos de violencia en los noviazgos adolescentes.
En diferentes ocasiones, frente a los medios de comunicación, Edgardo Aló (papá de Carolina) explicó que es necesario visibilizar la violencia de género en las relaciones entre adolescentes y jóvenes. El hombre dirige la Fundación Carolina Aló, que promueve la difusión de información útil para reconocer dichas situaciones.
La Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires también ofrece en su página web el Recursero Carolina Aló. Esto es una compilación de materiales pedagógicos para el abordaje en las aulas de la ESI; incluye una selección de propuestas audiovisuales (conversatorios; conferencias; campañas; etc.)..
Cuando los femicidios aún no tenían nombre
El caso de Carolina Aló no se catalogó como femicidio porque en la década de 1990 todavía no existía esa figura legal. Sin embargo, se trató de asesinato por motivos de género, lo que en ese momento se conocía como “crimen pasional”.
La joven tenía 17 años cuando el 27 de mayo de 1996 su novio Fabián Tablado la mató de 113 puñaladas. El hecho sucedió en la casa del femicida, en la localidad bonaerense de Tigre. Les dos asistían al turno noche de la Escuela 9 Marcos Sastre de Tigre.
El juicio a Tablado se realizó en 1998. Su defensa planteaba que era inimputable o que, al menos, debía tener una pena reducida por actuar en “estado de emoción violenta”. Al final se lo condenó a 24 años en la cárcel por homicidio simple y así evitó la prisión perpetua.
El femicida se casó en 2006 con una docente llamada Roxana Villarejo, con quien tuvo mellizas y luego se separó. Años más tarde, su exmujer lo denunció por maltrato psicológico y por amenazas telefónicas, tanto a ella como a su madre.
De esta forma, el 21 de noviembre de 2013, la Justicia en lo Correccional de San Isidro lo condenó a otros dos años y medio de prisión. Además, lo declaró reincidente y se le fijó una pena única de 26 años y 6 meses de prisión que debía agotarse a fines de 2022.
Por el beneficio de la derogada Ley del “2×1” y los cursos que hizo en prisión como “estímulo educativo”, la condena de Tablado se redujo. El 28 de febrero de 2020 abandonó la Unidad 21 de Campana y se fue a vivir a la misma casa de Tigre donde hace 26 años cometió el femicidio. Una vez más, la Justicia demostró su accionar ineficaz para garantizar la seguridad de las víctimas.