Faltan apenas 39 días para el evento más esperado a nivel mundial: la Copa del Mundo. El evento se disputará a partir del próximo 18 de noviembre en Qatar, quien continúa a paso firme realizando obras de remodelación y construcción para llegar de la mejor forma al Mundial 2022.
Está más que claro que, ser el anfitrión de este tipo de eventos deportivos tan grandes y esperados por cuatro años, trae un sinfín de beneficios. Lo más importante resultaría ser, por encima del valor deportivo, la promoción y difusión turística de dicho país. Además, para el emirato, será una gran oportunidad de romper con los tabúes preexistentes.
Pero, como el objetivo principal de les organizadores no es el turismo ni la imagen, sino las ganancias que deja este tipo de acontecimientos, surgen dudas claras: ¿hay beneficios económicos y/o ganancias para el país anfitrión post mundial?. Y en definitiva, ¿es rentable asumir el riesgo de organizar un evento de semejante magnitud?.
Nota Al Pie buscará responder a esas cuestiones, poniendo en énfasis la mirada FIFA del asunto. Además, se dejará en claro que el ente deportivo es, en definitiva, el gran ganador al momento de seleccionar las sedes mundialistas.
La FIFA: el gran monopolio deportivo
Existen importantes beneficios económicos para quién organiza el evento máximo. Sin embargo, los números finales no alcanzan para contrarrestar los valores obtenidos por la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA).
El ente posee el monopolio futbolístico (y deportivo) más grande del mundo. Obtiene su mayor ganancia con la venta de derechos de transmisión televisiva de los partidos, los ingresos de patrocinios, la venta de derechos de licencias para el uso de los símbolos de la Copa del Mundo y la venta de entradas de los partidos.
Quienes desconocen en números cuánto se lleva la FIFA solo con la venta de derechos televisivos y los patrocinios, se estima que los números finales rondan en alrededor de unos USD 25.000.000. Esos números se incrementan al saberse que, aproximadamente, unas 13.000 millones de personas, en más de 200 países, verán desde su casa o trabajo los partidos que se disputarán próximamente.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que no es para nada fácil ser el país anfitrión de la Copa del Mundo. Hay que contemplar que, se deben cumplir con algunos requisitos para que, el ente máximo futbolístico, apruebe a los países seleccionados para luego ser sorteados como anfitriones.
Si bien, los requerimientos de la FIFA son cada vez más rigurosos en cada torneo, la presión del país seleccionado se cuantifica en gastos excesivos con el objeto de tener las comodidades que se requieran. Obviamente, los anfitriones esperan poder recuperar dichos gastos finales y además, obtener ganancias.
Exigencias y urgencias para ser organizador de un Mundial
La FIFA establece que para que un país sea seleccionado como organizador del torneo deberá cumplir con una serie de condiciones. Entre ellas se encuentran: tener al menos 12 estadios con capacidad mínima de 40.000 espectadores, un estadio con capacidad para 80.000 personas para la inauguración y la final y dos escenarios con capacidad para 60.000 aficionados para las semifinales.
A su vez, otro de los requerimientos es la exigencia de instalaciones deportivas como villas, gimnasios y campos de entrenamiento de primer nivel. Cada país evaluará cuál será su inversión total pero, dependerá también de algunos factores como lo es, el estado de los estadios, la capacidad hotelera y el estado de los aeropuertos, rutas y autopistas.
En lo que respecta a Qatar, la inversión total estimada para el mundial 2022, será de USD 2.200 millones. Dicha cifra contempla la construcción prácticamente desde cero de los estadios en donde se disputarán los partidos de la copa, hoteles para acarrear con la llegada de turistas, el metro y la expansión del Aeropuerto Internacional Hamad.
Gasto o pérdida ¿Qué dicen los números?
Si analizamos los últimos cuatro mundiales (Alemania 2006; Sudáfrica 2010; Brasil 2014 y Rusia 2018) desde el ámbito económico, está más que claro que no es para nada fácil organizar este tipo de eventos futbolísticos.
Los gastos y las ganancias dependen de las exigencias que la FIFA coloque para el anfitrión. De los últimos cuatro mundiales, tanto Brasil como Sudáfrica sufrieron grandes pérdidas económicas y que al día de hoy, siguen padeciendo.
Hay que aclarar que no todos los ingresos son para el país sede. Como bien mencionamos, la FIFA se queda con los derechos televisivos, los patrocinios y la venta de mercadería alusiva al Mundial.
En cambio, el país sede se queda con una parte de la venta de entradas, con un porcentaje por organizar el torneo y la recaudación del turismo. Si bien, no hay nada asegurado con respecto a los números, hay muchas variables que deberán ser tomadas en cuenta.
Los números de los países que fueron sede del Mundial
En el 2006, Alemania fue sede de la Copa del Mundo y su campeón resultó ser la Selección de Italia luego de 24 años de espera. Si bien, en el año 2000 fueron seleccionados como país sede, se realizaron obras que beneficiaron al evento final, pero que no estaban contempladas en el presupuesto de gastos final.
Se invirtieron alrededor de US $4.200 millones en gastos de infraestructura deportiva. En cuanto a las ganancias, el mundial inyectó en la economía del país US$3.600 millones y dejó a la Federación Alemana de Fútbol con US$67 millones netos.
Para el 2010, Sudáfrica fue elegido como anfitrión del mundial, siendo la primera vez que un evento se celebraba en el continente africano. La selección campeona fue la sorpresiva España. La inversión fue alrededor de US$3.900 millones. Dicha inversión se utilizó para remodelar cuatro estadios y construir desde cero seis estadios.
Además, se realizaron importantes mejoras en las carreteras, trenes y aeropuertos. El torneo inyectó US$4.400 millones a la economía del país y los ingresos fueron de 3.640 millones de rands, aproximadamente USD 240 millones. Hablando de números, Sudáfrica tuvo pérdidas económicas debido al poco turismo y a la gran inversión que realizó en sus estadios, los cuales no se utilizan.
La misma circunstancia evidenció Brasil, tras realizar el evento en el 2014 y que proclamó ganadora a la Selección de Alemania. La organización del evento costó alrededor de USD$15.000 millones.
US$3.600 millones se utilizaron para la reconstrucción y adecuación de 12 estadios, los cuales algunos están en desuso. El torneo inyectó US$13.500 millones en la economía del país y según la FIFA, Brasil obtuvo más de US$7.000 millones por ingresos fiscales.
Finalmente, Rusia fue sede del último mundial, celebrado en el 2018. El campeón fue la Selección de Francia. La inversión fue alrededor de US$11.000 millones para la organización del torneo, generado entre 2013 y 2018.
Se construyeron seis estadios nuevos y se remodelaron seis. Además, se realizó la adecuación de 13 aeropuertos. El Mundial aportó US$14.468 millones a la economía y como ganancia, el turismo dejó US$3.000 millones.
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