La minería del litio de Argentina cuenta, en la actualidad, con diez iniciativas en distintas etapas de evaluación y desarrollo. De esa forma, el país, con una de las mayores reservas del planeta, tiene la posibilidad de convertirse en el segundo exportador mundial de este mineral.
Se estima que para fines del presente año la producción de carbonato de litio, destinada a compradores externos, alcanzará las 60 mil toneladas.
Las autoridades del Gobierno Nacional nucleadas en la Secretaría de Minería tienen la expectativa de que se pueda alcanzar al menos el cuádruple de la producción actual de litio. Lo cual piensan que ocurrirá en cuanto entren en operación las ampliaciones de los dos emprendimientos que ya están en funcionamiento y se activen otros ocho que se encuentran en etapa de construcción.
Otro factor que va a favorecer la proyección estimada para el período 2022-2025 es que se apoya en más de una treintena de proyectos. En caso de entrar en funcionamiento parcial, permitirán elevar los niveles de producción e importación. Así, los beneficios crearán condiciones para un favorable impacto económico, exportación comercial y generación de empleo.
Las ventajas de dos proyectos en funcionamiento
La región privilegiada para la extracción de este mineral estratégico es la del noroeste argentino: Jujuy, Salta y Catamarca. El área de explotación cuenta con dos proyectos comerciales operativos: Salar de Olaroz, en territorio jujeño, a cargo de la compañía australiana Allkem; y Fénix, en la provincia de Catamarca, ejecutada por Livent de Estados Unidos.
En la actualidad, Argentina se ubica como cuarto productor a nivel global de litio (LCE), precedida por Australia, Chile y China. Estos datos ubican al país por encima de Estados como Brasil y Zimbabwe. Los relevamientos públicos y privados consideran que, en un período de tres años, la nación sudamericana podrá ser uno de los dos líderes productores del mineral.
Cotización y la determinación de los precios de venta
Un estudio de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM) y de la Secretaría de Minería Nacional considera como auspicioso el incremento en los precios internacionales del litio. Asimismo, la promoción de políticas públicas que impulsan al sector y la difusión de vehículos eléctricos incrementan la demanda de baterías elaboradas en base a este exportable.
El litio no está categorizado dentro de lo que se conoce como mercado especulativo a futuro o commodity. El precio es fijado por acuerdos privados que deben sostenerse, entre otros aspectos, sobre factores como la calidad del mineral para definir su venta. En la actualidad, su cotización internacional es de 70 mil dólares, en fuerte contraste con los 7 mil alcanzados en el 2020.
Los proyectos de litio en la Argentina
En Argentina, un proyecto precisa, usualmente, al menos dos años para su efectivo funcionamiento. Esto se basa en la disponibilidad del recurso natural, luego de una etapa de exploración avanzada, evaluación económica y estudios de factibilidad. Una vez que el emprendimiento se hace operativo, necesita al menos tres años para su plena capacidad productiva.
Una de las iniciativas más esperadas para fines de 2022 es la de Caucharí-Olaroz (Jujuy). Se trata de un emprendimiento de ampliación a cargo de la empresa china Ganfeng Lithium y la estadounidense Lithium Americas. A partir de una inversión de 741 millones de dólares, se calcula llegar a una producción de 40 mil toneladas de LCE.
Al momento del cierre del primer semestre del presente año, la producción comercial argentina de carbonato de litio tuvo como destino China en un 33%; Japón en un 24%; Corea del Sur en un 14% y finalmente Estados Unidos en un 7%.