Crédito: Impulso Negocios
El sistema de adopción en Argentina siempre ha sido controversial. Muchas son las críticas por la cantidad de años que les niñes permanecen en hogares o instituciones hasta que finalmente son adoptades debido a las trabas burocráticas. En estos momentos se da una situación particular: hay más personas que quieren adoptar que niñes a la espera. En total, hay 2200 niñes y adolescentes sin cuidados parentales y 2.583 personas que desean ser padres, pero la disponibilidad adoptiva no coincide con el perfil de los menores.
El 87,53% de las familias aspira a vincularse sólo con quienes tengan menos de 3 años. Por eso, les niñes mayores de 8 años, con discapacidad o problemas de salud y grupos de más de 3 hermanes son a quienes más les cuesta ser adoptades. Diferentes campañas buscan sensibilizar a la población y brindar información para ampliar la cantidad de familias dispuestas a adoptarles. Una de las acciones es el repensar el modelo de adopción en el que una familia tradicional, heterosexual, con poder adquisitivo adopta un bebé.
Según señalan desde el Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos, hay muy pocas posibilidades de que eso ocurra.
En este contexto, Nota al Pie dialogó con la Lic. Leonor Wainer. Es psicóloga de la Asociación Civil Anidar, una entidad fundada en 1990 que promueve la adopción. Acompaña y asesora a familias con deseos de adoptar durante todo el proceso y también una vez que comienza la vinculación y posterior adopción.
El camino de la adopción
Cuando un niñe o adolescente pierde a sus progenitores o no puede vivir más con elles, es institucionalizado e ingresa a un hogar o familia de tránsito. Mientras, el Estado trata en primer lugar de vincularlo con la familia más cercana, como abuelos, tíos, primos y otros parientes. En caso de no encontrarlos porque fue abandonado o sus padres murieron y se desconoce la filiación, que la familia ampliada decida no hacerse cargo del menor o que por distintos motivos no pueda hacerlo, un juzgado declara al menor en situación de adoptabilidad.
Quienes desean ser madres o padres deben inscribirse en el Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos de su provincia, de forma gratuita y sin abogades. Este organismo brinda asesoramiento y acompañamiento en materia de adopciones. Además, es el encargado de administrar la base nacional de los Registros de Aspirantes a Guarda en todo el país.
“Con el cambio en el Código Civil que marca nuevos plazos para que los organismos intermedios puedan tomar decisiones, el sistema de adopción está funcionando más ágilmente. Los chicos no pasan tantos años en instituciones como antes, que podían estar 5 o 10 años esperando. No es que se acortó a un año el plazo como marca la ley, pero sí está mejor que antes”, explicó la Lic. Wainer.
“Los trámites son fáciles. La documentación es simple, se piden antecedentes penales, fotocopia del DNI, certificado de domicilio, certificado médico, foto, recibos de sueldo o certificación de ingresos, acta de matrimonio, de unión civil o convivencia en el caso de las parejas. Después hay varias entrevistas con psicólogos y trabajadores sociales. En un máximo de tres meses ya tienen armado el legajo que pasa al registro único provincial y al nacional”, mencionó.
Vínculos que no conocen de edades ni rasgos físicos
Cuando se inscriben, las personas deben indicar la cantidad de niñes que pueden adoptar. En el caso de poder adoptar hermanos, cuántos podrían ser. También el rango de edad y el estado de salud. “Esas son las 3 características que hacen a la posibilidad de incorporar un niño a una familia, pero nunca el color del pelo o de la piel. Estos datos se pueden modificar en el proceso de espera con una justificación”, señaló la Lic.
“En el caso de las familias que nosotros conocemos, la gran mayoría de las adopciones son de niños grandes o de grupos de hermanos. También hay adopciones de bebes, pero son las menos. Nosotros trabajamos mucho para que las familias puedan entender que un hijo puede no ser un bebe y la verdad es que la mayoría han adoptado chicos que ya no son bebés.”
Pero en general esta situación no es tan frecuente. Les niñes de más de 8 años, con discapacidad o problemas de salud y grupos de más de tres hermanos son a quienes más se les dificulta encontrar una familia que los adopte. Según el informe de la Dirección Nacional del Registro Único de Aspirantes a Guarda con fines adoptivos (DNRUA), de cada 100 familias inscriptas, sólo 17 adoptarían a chiques con discapacidad o con problemas de salud, y apenas 2 lo harían con grupos de 3 o más hermanes, y sólo 1 familia está dispuesta a vincularse con adolescentes.
Adoptar también es dar amor
“La adopción es una forma más de tener hijos. Lo que tiene que existir previamente a pensar en la adopción es el deseo de tener un hijo. Tienen que saber que tienen una historia difícil porque fueron separados de su familia de origen”, comentó la Lic. Wainer.
Agregó que también deben “tener la mentalidad abierta, mucha tolerancia a la frustración, la capacidad de dar amor y poder acompañar a esos chicos en el proceso de inserción en la familia, que muchas veces no es fácil”.
“Muchas veces los mismos hijos tienen la dificultad de las diferencias en el color de la piel, los rasgos. Muchas veces les cuesta aceptar la situación porque les cuesta aceptar lo que les pasó”, añadió.
En cuanto a la identidad, la especialista en adopción indicó que “el derecho a la identidad es una obligación dada por la ley.
Pero también es una necesidad de todas las familias porque los chicos van a empezar a preguntar por cuando estuvieron en la panza de la mamá o por su historia, y es necesario acompañarlos en ese proceso”.
Aclaró que, si bien la ley marca que a los 18 años pueden ver su expediente, “nosotros recomendamos a los padres que pidan y guarden una copia, para que puedan tener los datos para transmitirles a sus hijos y acompañarlos en el momento. No todos quieren conocer a su familia de origen, pero si surge esa necesidad deben ser acompañados en la búsqueda”.