En Argentina se estima que hay más de 70 mil personas sordas y alrededor de 450 mil con algún tipo de discapacidad auditiva. Sin embargo, la cifra no parece ser suficiente para quienes ocupan espacios de poder. Sobre esto, Nota al Pie habló con Yahel Saint Paul, integrante de la Confederación Argentina de Sordos (CAS).
Al respecto, Saint Paul explicó que la mayor dificultad que deben atravesar las personas sordas “radica en la falta de accesibilidad por parte del Estado”. “Esto se traduce en servicios accesibles para que las personas sordas puedan desenvolverse sin barreras en la comunicación e información”, expresó. Y en esa línea, mencionó la necesidad de contar con una cobertura de intérpretes en las dependencias que lo requieran.
Sobre si se sienten acompañades por el resto de la sociedad, Yahel sostuvo que en realidad son más comunes las situaciones discriminatorias o de opresión. Según comentó, el problema radica en que hacen falta más políticas que brinden información acerca de las personas sordas y su situación. En tanto, remarcó la importancia de reconocer a la Lengua de Señas Argentina (LSA) como un idioma propio y natural de la persona sorda, “para generar conciencia y crear hábitos de convivencia”.
¿Qué es la Confederación Argentina de Sordos?
La Confederación Argentina de Sordos es la organización que agrupa a más de cincuenta asociaciones de personas sordas de todo el país. Sin embargo, también participan instituciones de personas oyentes. Creada en 1957, tiene como objetivo preservar, promover y proteger los derechos humanos, civiles, lingüísticos y políticos de la comunidad sorda. “Fomentando una mirada positiva acerca de las personas y asegurando el pleno goce de sus derechos y el respeto a la Lengua de Señas Argentina y su cultura”, explicó Yahel.
La conducción de la organización está a cargo de una Comisión Directiva compuesta por ocho integrantes y un responsable del órgano de fiscalización. Para brindar cobertura y asistencia a nivel nacional, posee departamentos internos destinados a cada área en particular. Entre ellos, el Departamento de Lengua de Señas Argentina; el de Jóvenes Sordos; de Cultura y Arte; el de Personas Sordociegas, etc.
Acerca de las actividades que realiza la CAS, Yahel Saint Paul comentó que ahora trabajan fuertemente en la campaña por el reconocimiento legal de la lengua de señas en todo el país. Denominada Ley Federal de Lengua de Señas Argentina, el proyecto busca establecerla como una lengua natural y originaria, que conforma el patrimonio cultural inmaterial de las personas sordas.
Que sea ley
Según contó Saint Paul, la Campaña de #LeyFederaLSA es producto de las mesas de trabajo realizadas el año pasado en diferentes regiones del país. En cada uno de los encuentros, desde la Confederación se encargaron de recabar información y vivencias diarias de personas sordas. De esta manera, lograron conformar siete ejes que consideraron esenciales para incluir en un tratamiento legislativo.
Consultada sobre qué cambiaría en Argentina si este proyecto se convierte en ley, la integrante de la CAS sostuvo que su reconocimiento le otorgaría “un status lingüístico sin precedentes”. “Reconocerla como una lengua propiamente dicha, que posee una estructura gramatical completa, compleja y distinta del español, sentaría las bases propicias para implementar políticas lingüísticas”, explicó.
Asimismo, aseguró que lo más destacable sería poder dejar de lado una perspectiva de discapacidad, normalización y reparación, “para centrarse en el aspecto lingüístico como una cuestión de derechos humanos”. También contó que esta conquista para la comunidad sorda permitiría establecer una línea de contención y acompañamiento desde las infancias.
“Hasta el momento tenemos altas expectativas de que este proyecto prospere, porque hay un fuerte acompañamiento de distintos partidos políticos”, agregó Yahel.
La realidad de las personas sordas en Argentina
A diario, las personas sordas padecen situaciones discriminatorias porque la mayoría de los lugares no están adaptados para elles. Ir al museo, tramitar algo en el banco o hacer un reclamo cuando el único medio apto es el telefónico, son algunas de las problemáticas que enfrentan. Sin embargo, estas situaciones no son hechos aislados, sino que ocurren porque casi ningún espacio cuenta con personal sordo ni con servicios de interpretación en LSA/español.
Frente a estas situaciones y ante la falta de respuestas, las asociaciones deben obrar como receptoras y en conjunto priorizar las necesidades de las demandas. “Por ejemplo, cuando existen trabas para otorgar las licencias de conducir a las personas sordas, desde la CAS tratamos de brindar soluciones a nivel país, para que regulen la normativa y contemplen este derecho”, comentó Yahel Saint Paul.
Sin embargo, sostuvo que el accionar siempre es una decisión política. “Y la falta de información nos juega en contra en muchas regiones del país”, remarcó.
La infancia, el punto de partida para la inclusión de las personas sordas
Teniendo en cuenta que en el país el debate por la inclusión es muy recurrente, la representante de la CAS opinó que para que “sea real” primero “hay que conocer la dimensión en la que se encuentra la persona sorda”. En ese sentido, explicó que es importante reconocer que no todes tienen el mismo nivel de pérdida auditiva y que pueden -o no- identificarse como personas sordas bilingües/biculturales.
Además, Saint Paul marcó un punto de partida y sostuvo que al momento de detectar a un niño sordo, lo ideal sería que la información que reciben los padres “no sea exclusivamente médica”. Al respecto, aseguró que cuando el diagnóstico recae solo en ese tipo de indicaciones, se descarta el acceso a la lengua natural que, en este caso, sería la LSA.
Por último, opinó que además de acceder a la LSA desde una temprana edad, también es importante continuar con la educación bilingüe en un entorno señante. “Y de ahí acompañar el crecimiento mediante políticas educativas que consideren a esta lengua como la primera”, agregó.