Al menos 174 personas murieron, entre ellas 17 niñes, y otras 300 resultaron heridas tras los violentos incidentes registrados en el estadio de Kanjuruhan, en la región javanesa de Malang, Indonesia, luego de un partido de fútbol entre el Arema FC y el Persebaya Surabaya. Se trata de uno de los peores desastres de la historia dentro de un estadio.
Según reportaron les autoridades el desastre se inició cuando las fuerzas de seguridad respondieron a la invasión de campo de los hinchas con el uso de gases lacrimógenos que generaron una enorme estampida humana y la muerte por asfixia de la mayoría de las víctimas.
El gobernador adjunto de la provincia, Emil Dardak, confirmó la cifra de muertos en una conferencia de prensa. Además, el número de heridos ya ronda los 300, según el portavoz de Protección Civil de la provincia, Budi Santoso, en declaraciones recogidas por la agencia DPA.
Por otra parte, el inspector general jefe de la Policía de Java Oriental, Nico Afinta, señaló que los disturbios comenzaron tras la derrota del Arema FC. Los hinchas saltaron al campo de juego con la intención de pedir explicaciones por el resultado adverso.
El presidente suspendió todo
El presidente de Indonesia, Joko Widodo, dio orden de suspender todos los partidos de la liga nacional hasta que no se aclare lo que ha definido como una «verdadera tragedia humanitaria».
«Esto no se puede repetir en el futuro. Pido a las fuerzas de seguridad, y muy especialmente a la Jefatura de Policía, que investiguen inmediatamente lo que ha ocurrido», sostuvo.
Por su parte, la Federación de Fútbol indonesia (PSSI) constituyó de manera inmediata un equipo de investigación en la ciudad de Malang. Este incidente «está manchando la cara del fútbol indonesio», consignó la liga que suspendió la competición de la liga 1 2022/2023, por el momento, durante «una semana», en tanto el Arema FC «tiene prohibido ser local por el resto de esta temporada».