La campaña política llevada a cabo en Brasil mantiene en vilo a les ciudadades por reiterados episodios de violencia consumada en homicidios a seguidores de Lula Da Silva. Los hechos responden a las diferencias políticas y los discursos de odio emitidos por Jair Bolsonaro desde el inicio de su gobierno.
Hasta el momento, se registraron 214 casos durante la primera mitad de este año. Les brasileñes viven en medio de un clima tenso y con miedo a represalias de ciudadanes partidarios de Bolsonaro.
Persecución por pensar diferente
Brasil se encuentra en la última semana de campaña para las elecciones que se darán este domingo. En ese marco, el día lunes las autoridades reportaron el asesinato de un seguidor del Partido de los Trabajadores (PT). La víctima, de nombre Antonio Lima de 39 años, fue apuñalado en un bar en el noreste de Brasil, ubicado en la región metropolitana de Fortaleza.
El hecho se habría iniciado por parte del atacante, identificado como Edmilson Freira da Silva de 59 años, cuando preguntó “quién votaría a Lula”. En medio de una discusión política, acuchilló a Lima.
El caso reciente se suma a una serie de acontecimientos ocurridos por los mismos motivos, ser seguidor del dirigente de izquierda.
El 9 de septiembre, en el estado de Mato Grosso también sucedió un homicidio propiciado por un activista bolsonarista. Mató a un simpatizante de Lula en medio de intentos de decapitarlo con un hacha. El homicida se encuentra detenido.
En julio de este año, se registró otro caso en Foz do Iguazú, ciudad fronteriza con la provincia de Misiones. Marcelo Arruda, dirigente del Partido de los Trabajadores, festejaba su cumpleaños con una remera que tenía la cara de Lula. Debido a eso, fue asesinado a tiros por el policía Jorge Guaranho que irrumpió con su arma en la fiesta con un grito a favor de Bolsonaro.
También sucedió en Río Grande do Sul, que tiene frontera con nuestro país. En este caso, murió un productor rural partidario de Bolsonaro tras chocar su camioneta cuando escapaba de la policía. La fuga se dió después de chocar de forma intencional otro auto que tenía adhesivos de Lula y que era conducido por una concejala del PT.
¿Qué opinan Bolsonaro y Lula sobre los casos de violencia?
Durante el debate presidencial, Bolsonaro minimizó los casos de violencia política y sostuvo que “no tiene responsabilidades” por lo sucedido en el país.
A diferencia de Bolsonaro, Lula condenó “la violencia política porque alguien tiene una remera roja” que identifica a su partido.
A su vez, acusó a Bolsonaro de fomentar la violencia de la mano de facilitar la compra de armamento. Según el líder, “habría beneficiado al narcotráfico y el crimen organizado”.
“No podemos tener una guerra, Brasil no tiene guerra con nadie y no podemos tener peleas entre nosotros”, sostuvo Lula. El Líder del PT usa chaleco antibalas desde el inicio de la campaña luego de que dos de sus actos fueran centro de ataques.
Especialistas analizan la violencia y las elecciones en Brasil
Varios analistas sostienen que la violencia electoral que se está dando en Brasil es inédita desde el fin de la dictadura de 1989.
“Este incremento de la violencia se debe específicamente al surgimiento de una figura política que tenía este modo de pensar extremista y que dio voz a una parte de la población brasileña sobre las cuestiones violentas y autoritarias”, dijo a Télam, la politóloga peruano-brasileña, Yasmin Calmet.
Según Calmet, en el país hermano se registra desde 2013 el incremento de la violencia política. Las primeras manifestaciones de esa ola violenta fueron cuando nacieron las protestas en contra de Dilma Rousseff, que era presidenta por entonces.
“Una vez que surge Bolsonaro como candidato oficial para las elecciones de 2018, esto empezó a crecer y se tornó un boom en la política. Amenazar, agredir físicamente y verbalmente se volvió una práctica política que es la de su estilo”, afirmó la analista.
El Observatorio de Violencia Política y Electoral de la Universidad Federal de Río de Janeiro brindó datos sobre el tema. Según el informe, desde que Bolsonaro asumió en enero de 2019, los casos de violencia política se incrementaron 335% en el país; con un total de 1.209, de los cuales 214 se produjeron en el primer semestre de este año.