Entre el 11 y 12 de noviembre de 2021, Garbarino despidió a alrededor de 4000 trabajadores en todo el país. Venían de sufrir 9 meses sin percibir su sueldo. Hoy, en el día de les empleades de comercio, quienes se desempeñaban en esa empresa siguen sin cobrar su indemnización correspondiente.
A casi un año de los despidos masivos, Nota al Pie dialogó con Gabriel Yapura. Les ex trabajadores de Garbarino de todo el país lo eligieron a principios de este mes como representante en el concurso de acreedores que transita la empresa.
Yapura se desempeñaba en la sucursal de Escobar, en la provincia de Buenos Aires. Relató a este medio cómo vivieron el proceso de despido, en qué situación se encuentran les ex trabajadores y cómo continúa la lucha.
¿Cuándo fue la última vez que percibieron sus salarios?
A nosotros nos despidieron entre el 11 y 12 de noviembre de 2021, pero a esa altura nos debían 9 meses de sueldo. Ahora se le suma la indemnización final, porque nos echaron y no nos pagaron.
La última vez que cobramos el sueldo entero fue en marzo del año pasado. Recibíamos del gobierno la ayuda de 22 mil pesos que se pagaba a empresas por el tema del Covid. Para ese entonces íbamos a trabajar (gastábamos en Sube, en transporte), pero llegó un momento que no se pudo más.
Durante el tiempo que no percibieron sus salarios, ¿contaban con los beneficios de un trabajo en blanco?
No. Por ejemplo, nos enterábamos cuando íbamos a la obra social que ya no las teníamos. Nos sacaban las prestaciones por falta de pago. En ese contexto, seis compañeros perdieron su vida.
Uno de ellos por no poder pasarse a otra obra social por tener una enfermedad preexistente (cáncer), no tenía la plata para comprar los medicamentos oncológicos y seguir su tratamiento. A otros los venció el despido, les afectó el sentimiento de pertenencia a la empresa.
Tampoco teníamos ART (Aseguradoras de Riesgos del Trabajo) ni los aportes para las jubilaciones. El problema era que nos llegaba el recibo de sueldo, en la AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos) o el ANSES (Administración Nacional de la Seguridad Social) figuraba el pago, pero no se depositaba nunca el dinero en la cuenta. A muchos padres les descontaron la cuota alimentaria de los hijos, pero nunca llegaba a los bolsillos de sus familias.
Por otra parte, como trabajadores teníamos descuentos para comprar electrodomésticos en Garbarino. Cuando nos dejaron de pagar no se abonó más nuestra cuota y se vendieron los pagarés a privados. Con el tiempo nos pusieron en el Veraz, lo que dificulta conseguir nuevos empleos.
¿Cómo es la situación actual de les despedides?
La crisis afectó a todo el país, había más de 200 sucursales dispersas en todo el territorio. En cada ciudad teníamos los mismos problemas, en el interior de Argentina la situación era más difícil por no haber tanto trabajo. Además, hay compañeros que estaban en Garbarino hace 15, 20 o 30 años, desde toda la vida. Ya al superar los 40 años de edad se torna complicado encontrar un nuevo empleo.
En cuanto al dinero adeudado, hoy nos pagan de 300 a 1000 pesos por mes en clave de indemnización. Ese monto es casi una burla a nuestra lucha.
En la actualidad, según el último informe de la Sindicatura General del Estudio Paz – Paniqui Contadores Públicos, Garbarino cuenta con cuatro sucursales en funcionamiento. En ellas trabajan 168 empleades que cobran sueldos, sin sumar a 322 personas pertenecientes a diferentes gremios que no perciben su salario.
¿Existe un proceso legal?
Garbarino entró en concurso de acreedores a principios de 2022. Tras la apelación de la empresa, se hizo un juicio en el cuál se permitió la presencia de un trabajador despedido en esa convocatoria.
Con el 97% de los votos de compañeros de todo el país, puedo decir que voy a estar sentado con los bancos, los grandes acreedores y las empresas. Y voy a luchar por el bienestar de los trabajadores que aún esperan su indemnización.
¿Y con respecto a la lucha en las calles?
Hoy íbamos a hacer una movilización en el marco del día del empleado de comercio, pero nos solidarizamos con los compañeros Sutna. Por eso marcharemos a principios de noviembre, cuando se cumpla un año de los despidos masivos.
Tenemos que luchar para ser visibles. Carlos Rosales (el actual dueño de la empresa) paga para que no tengamos difusión en los medios masivos de comunicación. Por eso tuvimos que cortar puentes y salir a la calle para que nos presten atención.
Además, con el mismo desgaste de la lucha, algunos compañeros bajaron los brazos. Otros consiguieron trabajo y no pueden perder un día para movilizarse porque son nuevos. Pero yo voy a seguir luchando para que nos den lo que nos corresponde tras una vida entera de trabajo en Garbarino.