En el año 2021, el atleta Alexander Ferreyra llegó a lo más alto del podio. Este éxito se produjo luego de obtener el primer puesto en la categoría 63 kilómetros en la competencia de ultra distancia que tiene como escenario a la Villa Epecuén, Patrimonio Histórico de la Provincia de Buenos Aires.
Esta disciplina deportiva (que no es gratuita) es una de las más importantes de la zona. Aquí se vislumbra la historia de lo que fue una ciudad devastada por el agua, tras el diluvio acontecido el 10 de noviembre de 1985. Solo quedan sus ruinas de aquella vieja historia.
Corredores aficionados y profesionales participarán en la quinta edición de “Vuelta al Lago Epecuén”. La misma será el domingo 27 de noviembre a las 08h y este año tendrá un recorrido diferente al del 2021, donde la modalidad fue de 63, 23 y 14 kilómetros. En esta ocasión será 60, 21 y 10 kilómetros para lo cual hay que inscribirse previamente a través del link: https://tyr.com.ar/epecuen2022
Sobre el evento
La largada se realizará, desde la localidad de Carhué (Partido de la Municipalidad de Adolfo Alsina, Provincia de Buenos Aires) a 500 kilómetros de Buenos Aires y 10 kilómetros de Villa Epecuén donde se encuentra la laguna considerada el Mar Muerto argentino por un alto índice de salinidad y propiedades medicinales.
Los circuitos de 63, 21 y 10 kilómetros permitirán observar la Laguna de Epecuén, flamencos, rocas, arena, bosques de caldenes, suelo salino, arroyos, caminos vecinales, árboles cubierto de salitre.
Correr con la historia
El año pasado, Alexander Ferreyra y Andrea Changazzo fueron les ganadores por 63 kilómetros; Juan Carlos Cena y María Cecilia Macchia se impusieron en los 23 kilómetros; además, Cristian Cabrera y Catalina Cantini en los 14 kilómetros.
Alexander Ferreyra nació en Carhué, corre desde los siete años y en la competencia empleó un tiempo de 5 horas 13 minutos y 17 segundos para llegar a la meta.
“Correr entre las ruinas de lo que fue una villa turística fue una experiencia transformadora, es correr en medio de la historia”, afirmó el maratonista, quien con 32 años cosechó un sinfín de logros.
“A los 17 años, un profesor de gimnasia me preguntó si me gustaría participar en un triatlón que se hizo en Carhué. No sabía nadar pero me enseñó e hice mi primer triatlón”.
“Lograr 63 kilómetros me parecía una locura pero recordé que antes había hecho un Ironman, fueron 3.900 metros de nado, 180 kilómetros de bicicleta y 42 kilómetros, me lancé porque soy competitivo conmigo mismo y me enfoco siempre en ganar”, remarcó.
Su preparación le llevó cinco meses, con un plan alimenticio muy estricto. “Otra cosa fundamental que tiene que tener un corredor es el apoyo de la familia. El sacrificio no es solo de uno, es de todos y cuando llegué a la meta, recordé eso”.
Respecto al desafío de alcanzar 63 kilómetros, aseveró que sintió que era como si lo hubiese logrado en una hora, “nunca me di cuenta del tiempo, jamás miré el reloj. No es una carrera nada fácil pero sí es para disfrutarla porque el paisaje que se ve es espectacular”.
Reveló como anécdota que en su recorrido por Villa Epecuén, pasó por la construcción donde vivió su madre, actualmente solo quedaron escombros. “Los corredores que hagan 10 kilómetros, pasarán por ahí en el kilómetro 6. Eso es lo más lindo que uno se conecta con la historia y eso jamás se olvida”, sostuvo.