El colectivo de familiares y sobrevivientes que lucha por la memoria sobre la tragedia de Cromañón (Once, CABA), presentó un proyecto de ley. Proponen que el edificio donde murieron 194 personas sea declarado “de utilidad pública y sujeto a expropiación”. Este ya entró en la Cámara Baja de Diputados. No es la primera vez que proyectos de esta índole son propuestos; y hasta ahora ninguno ha tenido el resultado esperado.
Nota al Pie dialogó con Celeste Oyola, sobreviviente y presidenta de Coordinadora Cromañón; una de las organizaciones que llevan adelante el proyecto.
“Esto nos da mucha esperanza y muchas ganas de seguir con estos acuerdos de lo que es el universo cromañón con todas las organizaciones”, dijo. Además, resaltó: “Cromañón nos pasó a todos; como historia del país. Fue la catástrofe no-natural más grande que atravesamos. Así que en estos actos inscritos estamos escribiendo la historia que mañana queremos leer”.
A lo largo de los años fueron varios los proyectos de esta índole presentados a la legislatura porteña. Nunca dieron resultados. Sin embargo, esta vez ingresó a la Cámara Baja. Por ello, será oficializada el próximo jueves a las 16 en una actividad en el Salón de los Pasos Perdidos.
Las organizaciones convocantes son: Coordinadora Cromañón; El Camino es Cultural; Familiares de La Matanza; Movimiento Cromañón; Ni Olvido Ni Perdón; No Nos Cuenten Cromañón; Organización 30 de Diciembre; Que No Se Repita y Sin Derechos No Hay Justicia.
Un espacio para la memoria
El edificio donde ocurrió la tragedia se convirtió en un espacio con historias. Familiares y sobrevivientes se encargaron de colocar los nombres de las víctimas, dejar flores, recuerdos y mantener vivo el recuerdo para seguir exigiendo justicia por lo sucedido.
Aunque la idea de crear un “espacio para la Memoria” en el ex boliche no es nueva, fueron varias las oportunidades en las que se presentó y nunca prosperó. Las razones fueron la falta de acompañamiento del bloque oficialista que responde al Ejecutivo de la Ciudad.
“El proceso de expropiar Cromañón comenzó en 2018 cuando a Rafel Levy le devuelven la llave del lugar. Varios familiares se enteran de esto y exigen al estado que eso pase a ser un espacio de memoria. En el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires eso no tuvo avance”, explicó Celeste.
Frente a esto, las organizaciones decidieron llevarlo a Cámara Baja, donde sí contaron con el apoyo de varios bloques. De esta manera, contó con la firma de 20 diputados de diversas fuerzas políticas como el Frente de Todos; el interbloque de Juntos por el Cambio que conforman el PRO, la Coalición Cívica y la UCR; el Frente de Izquierda; Identidad Bonaerense y el Socialista, entre otros.
En detalle el proyecto plantea en su artículo primero sobre la utilidad pública y sujeto a expropiación, en los términos de la Ley 21.499; del inmueble situado en Bartolomé Mitre 3038/78, entre Ecuador y Jean Jaurés, CABA.
Además se indica que el lugar “será destinado a la creación de un espacio dedicado a la memoria de lo ocurrido el 30 de diciembre del 2004; cuando un estrago causó la muerte de al menos 194 personas y miles de heridos”.
También señala: “La edificación existente en el inmueble expropiado deberá conservar los elementos testimoniales de la masacre, que hacen a su valor histórico-cultural y configuran la memoria histórica que se debe preservar. Asimismo, se deberán garantizar las acciones de conservación preventiva, curativa y de restauración dentro del predio”.
Sobre la tragedia de Cromañón
Corría el año 2004 y les seguidores de Callejeros no se iban a perder la presentación en el boliche de Once. Bajo el mandato de Aníbal Ibarra, jefe de Gabinete porteño, murieron 194 personas; al mismo tiempo que más de 1500 resultaron heridas.
Les pibes que fueron al recital se encontraron con una situación desesperante: se prendió fuego el techo; el humo era tóxico y las puertas de salida de emergencia estaban con candado. Al poco tiempo que comenzó el recital del 30 de diciembre una bengala inició la tragedia.
Se supo después que el encargado del lugar, Omar Chabán, permitió el ingreso a más gente que la capacidad permitida. El dueño del edificio sigue siendo el mismo desde entonces: Rafel Levy, de la sociedad “Nueva Zarelux”.