El pasado jueves falleció la reina Isabel II del Reino Unido tras 70 años en su puesto como monarca absoluta de la corona, además de otros catorce estados independientes integrantes de la Mancomunidad de Naciones. Ejemplos de ello son países tales como Australia, Canadá y Nueva Zelanda, quienes comparten lazos históricos con la monarquía.
Sin embargo, esto no significa que la monarquía británica llegó a su fin, sino que la tradicional institución sigue vigente. Tras siglos de imperialismo y colonización, y después de dos Guerras Mundiales, en Occidente predominan los gobiernos democráticos. Pero aún hay países que mantienen diferentes tipos de monarquías.
En el caso británico, el foco se pone sobre el nuevo rey Carlos III. El descendiente de Isabel II es quién ahora ocupa el trono. De él dependerá la permanencia de la institución. Actualmente, son diez las monarquías parlamentarias que existen en Europa: Reino Unido, España, Luxemburgo, Suecia, Bélgica, Países Bajos, Noruega, Dinamarca, Mónaco y Liechtenstein.
Sin embargo, la británica es la más famosa y una de las más influyentes históricamente. ¿Qué resistencias genera y cómo logra mantenerse en el poder? Nota Al Pie buscará responder este cuestionamiento.
La palabra de la primera ministra
«Estoy en contra de la idea de que las personas pueden nacer para gobernar», decía Liz Truss en 1994. Ampliando ese concepto, criticaba la visión «de que las personas, debido a la familia en que nacen, pueden ser el jefe de Estado de nuestro país. Creo que eso es vergonzoso».
Por entonces, la flamante primera ministra de Inglaterra opinaba en contra de la monarquía ante la cadena ITV News, cuando militaba en el partido laborista a sus 19 años. En los últimos días, sus dichos reflotaron tras su asunción en el cargo al que renunció el polémico Boris Jhonson.
«Nosotros, los demócratas liberales, creemos en las oportunidades para todos, creemos en la justicia y el sentido común”, completaba hace 28 años. Sin embargo, este año asumió como primera ministra por el partido Conservador.
Y el último acto público de la Reina Isabel II fue recibir a Liz Truss, días antes de su fallecimiento. Sobre la asunción del Rey Carlos III, Truss afirmó: «Todos nosotros en esta Cámara lo apoyaremos mientras lleva a nuestro país hacia una nueva era de esperanza y progreso”.
Y con un cambio de conceptos explícito, al menos en las palabras, cerró su idea manifestando “la Corona perdura, nuestra nación perdura. Y en ese espíritu, digo: ‘Dios salve al rey’”.
Voces a favor y en contra
De acuerdo a las encuestas de opinión de Ipsos Mori, el apoyo del público británico a la instauración de una república era del 18% en 1969. En 2021, ese porcentaje se mantenía. La encuestadora la describió como «la tendencia más estable que hemos medido jamás».
La monarquía en el Reino Unido es constitucional. En la vida cotidiana, esto significa que más allá de la existencia de les monarcas, las decisiones de gobierno las toma le primer ministre y el Parlamento. Por eso, la monarquía tiene una representación que roza lo sagrado.
Esto se puede deber a su vinculación a la Iglesia anglicana. Les reyes siguieron llevando los títulos de Defensores de la Fe y Gobernadores de la Iglesia de Inglaterra. Y también, ante su actitud impasible ante los vaivenes de la política. La reina Isabel II no dejaba conocer su opinión, aún ante temas que involucran a su propia familia.
Pero no todo está sedimentado. Escocia, integrante del Reino Unido, hace tiempo que aboga por su total independencia. El próximo referéndum en el país para conocer la opinión del pueblo sobre el tema se realizará en noviembre de 2023. Será un sacudón que cuestionará, otra vez, la estabilidad de la monarquía.