Durante los primeros meses del año Corrientes fue víctima de la emergencia ígnea más grande de los últimos tiempos. Los incendios consumieron más del 10% de la provincia, y dejaron graves consecuencias en la flora y fauna de la región. El factor climático contribuyó a que la situación estuviera fuera de control durante varias semanas. En este contexto, dotaciones de bomberes y rescatistas de todo el país se hicieron presente para terminar con los focos.
Esta experiencia fue traumática sobre todo para quienes tenían el fuego ante sus ojos. “Fue una situación de mucha locura, de mucha desesperación y no teníamos descanso como para reponernos”, dijo Hugo Raúl Leguizamón, jefe del Cuartel de Bomberos de Bella Vista, Corrientes.
Los incendios se sintieron con más intensidad en las localidades del interior provincial, en donde se desataron distintos focos al mismo tiempo. La situación dejó al descubierto que no se tomaron las medidas necesarias y preventivas. En este sentido, los daños más significativos están relacionados con el medio ambiente y el hábitat de los animales.
“Tuvimos la suerte de que no se quemó ninguna casa ni galpón de los productores”, aseguró Leguizamón. Los incendios cobraron fuerza a partir de la situación climática, por el extremo calor y la sequía de los suelos. Las precipitaciones en esa época del año eran del 40%; sin embargo, este año solo se registraron el 10%.
El voluntariado: entrega de riesgo
Hugo Leguizamón tiene 82 años y hace 45 que es bombero voluntario en el cuartel de la localidad de Bella Vista. A lo largo de su vida se encontró con muchas situaciones límites, pero nunca como la que padeció durante los primeros meses del año.
“Nunca antes viví lo que vivimos en enero y febrero. Hemos tenido incendios muy grandes en los que trabajamos todo el día y se terminaba. Pero así, de esta magnitud, nunca”, explicó el jefe del cuartel. La situación fue crítica y por momentos los recursos humanos no daban abasto.
Uno de los episodios más desesperantes que vivió fue cuando, durante los incendios en su comunidad, se prendió fuego la autobomba estando él dentro. “Nos dio vuelta el viento. Quedamos tapados por el humo; en ese momento estaba manejando yo, y me caí a un pozo”, relató. La rueda delantera también cayó ahí “y cuando miro hacia atrás ya se estaba incendiando el camión. Las piernas no me respondían y gracias al personal hoy estoy acá, porque sino me hubiera quemado junto al camión”, comentó el bombero.
A Hugo lo trasladaron al hospital tras sufrir quemaduras en sus brazos y espalda. Fue asistido junto a otro bombero que, por la situación, sufrió un ataque de nervios “porque él creyó que yo estaba muerto”, comentó el jefe del cuartel.
La necesidad de las capacitaciones
Leguizamón se recuperó y volvió a dirigir el cuartel. Éste, después de la emergencia ígnea, sumó a diez voluntaries que actualmente se están capacitando y recibiendo instrucciones. La labor del bombere es actuar en una emergencia: una situación que demanda entrega y humanidad.
“El ser bombero se lleva en la sangre. Hay que estar, ir a solucionarle un problema a alguien y sin recibir nada a cambio”, reflexionó. Actualmente el cuartel de Bella Vista está compuesto mayoritariamente por jóvenes cadetes que se están instruyendo para acudir a los incendios.
En este sentido, Leguizamón subrayó la importancia de estar capacitades para socorrer a las personas ya que se necesita conocer el comportamiento del fuego en las distintas situaciones que se pueden presentar. “Hay que prepararse, porque no podemos mandarlos sin experiencia. Ahora los cadetes están instruidos y en el campo hay un montón de trabajos por los que se inicia, antes de ir al incendio de una vivienda, por ejemplo”, dijo.
Solidaridad y compromiso
Corrientes atravesó una situación compleja y los ojos de todo el país se posicionaron en el suelo taragüí. Se iniciaron infinitas campañas de donativos que se distribuyeron a distintos cuarteles de la provincia. Al respecto el jefe del cuartel manifestó “estamos solo con palabras de agradecimiento para la gente, porque tuvimos la colaboración de todos para comprar un camión”.
Agregó que “cuando hablamos de colaboración no hablamos solo de dinero, sino de colaboración de toda índole y eso es muy satisfactorio”. Por otra parte, reflexionó sobre la necesidad de estar preparades para una eventual situación similar.
En este sentido, según datos aportados por el Servicio Meteorológico Nacional, para el próximo trimestre (septiembre, octubre y noviembre) la región de la provincia estará definida como “estación seca” con 55% menos de precipitaciones, característica que ya se dio a principios del 2022 y potenció la emergencia.
Para finalizar, dijo que es fundamental que los campos fueran acondicionados de tal manera que no obstruya el trabajo de les bomberes. “La recomendación es que hay que tener limpio los alambrados, que tengan accesos rápidos para los bomberos y que los productores de cítricos tengan sus máquinas pulverizadoras continuamente llenas porque siempre es un alivio para nosotros”, aseguró.