Desde hace meses, empresas vinculadas al negocio de las apuestas deportivas inundaron el fútbol argentino. Sin embargo, su llegada no pasó inadvertida, puesto que desembarcó en camisetas, equipos, estadios, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y la Selección. Así, comenzó el crecimiento de Codere; BPlay; Bet365; BetWarrior y CityCenter.
Tras un paso complicado por Europa, las compañías se hacen un lugar en nuestro país con contratos muy jugosos. De hecho, Codere cerró un acuerdo muy importante con River Plate por tres años a cambio de 12 millones de dólares. Asimismo, BetWarrior es el sponsor oficial de la selección argentina y la Liga Profesional, cuya llegada se oficializó en la Finalissima frente a Italia.
El desembarco en el fútbol argentino
La gestión para el ingreso de las casas de apuestas comenzó hace algunos años. La primera aproximación fue entre Daniel Angelici, ex presidente de Boca Juniors, y una licencia de Atlántica de Juegos, asociada a PokerStars, compañía canadiense. No obstante, en 2019 se orquestó la llegada de las firmas a la Provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
Pese a ello, la aprobación se consumó en 2020, pero las licencias fueron otorgadas el año pasado. En consecuencia, comenzaron a sellar sus primeros vínculos. Codere firmó con River para aparecer en su camiseta a partir del mes pasado.
Mientras que BetWarrior hizo lo propio con AFA y la Selección, la empresa rubricó un contrato por cuatro años. La compañía promueve apuestas en el campeonato, que van desde resultados hasta córners, expulsiones o laterales.
Sin embargo, no es la única. BPlay es el sponsor principal de la camiseta de Vélez Sarsfield y Estudiantes de La Plata.
Además, se instaló como patrocinador del Estadio Uno, cancha del Pincha, y en el Country de City Bell, predio en el cual entrena el equipo. Por último, durante este año, el casino City Center firmó contrato con Newell’s y Rosario Central por una suma cercana a 40 millones de pesos.
Las sospechas detrás de cada apuesta
Más rápido que tarde comenzaron a aparecer las primeras sospechas por clubes o jugadores presuntamente involucrados en este tipo de negocios. Si bien hay varios casos complejos, el más resonante es el de Milton Leyendecker, un futbolista expulsado a los 8 minutos de comenzado un encuentro.
En un enfrentamiento entre Agropecuario y Boca por Copa Argentina, el defensor golpeó en forma violenta a Exequiel Zeballos, delantero Xeneize. Acto seguido, iniciaron las suspicacias por una expulsión tan temprana en un partido como este. Tras la salida del delantero de Boca y la confirmación de su lesión, una fractura en la parte posterior de la tibia, las dudas crecieron.
Por esta razón, desde la Fiscalía Especializada en Eventos Masivos, a cargo de la doctora Celsa Ramírez, se dio inicio a una exhaustiva revisión. Asimismo, el Cuerpo de Investigadores Judiciales del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad y la Policía Federal, acompañaron la investigación.
La hipótesis es que el futbolista haya buscado la expulsión para hacer “saltar la banca” ante quienes apostaron por una roja en el inicio del juego. Sin embargo, él desmintió estas versiones: “Es completamente descabellado”. Ahora bien, no es la primera gran sospecha registrada en el fútbol argentino.
Jugadores y equipos implicados en el juego
En 2021, Villa Dálmine, un club emplazado en la localidad bonaerense de Campana y que disputa la Primera Nacional, segunda categoría, despidió 16 futbolistas. La institución decidió cortar el contrato de profesionales del primer equipo porque eran investigados ante un posible arreglo de partido. El encuentro fue la derrota 3 a 1 frente a Barracas Central, uno de los ascendidos esa campaña.
De esta forma, la justicia de Campana comenzó una investigación y el fiscal federal, Sebastián Bringas, inició una causa penal. Esto comenzó tras las declaraciones de José Basualdo, ex futbolista del club. “El Pepe” reconoció que “se enteró que hubo una votación entre jugadores para determinar quién iba para adelante y quién para atrás”.
Por otro lado, uno de los casos más resonantes fue El Porvenir, que echó a ocho futbolistas por una situación muy similar. El equipo que milita en la Primera C, cuarta categoría, habría aceptado dinero por perder un partido. Las ofertas iban desde los 100 mil dólares por hacer un penal hasta los 300 mil dejarse hacer un gol.
En forma inmediata, la Unidad Fiscal 6 de Lanús y el Tribunal de Disciplina y de Ética de la AFA comenzaron una “averiguación de ilícito”. De hecho, el 30 de marzo pasado, el máximo ente del fútbol argentino emitió un comunicado por esta nueva causa. “La ética deportiva nos impone ser inflexibles con estos tipos de actos que empañan nuestras competiciones”, ratificó el documento.
Una rápida huida del mercado europeo
Las ligas de España e Italia suspendieron la presencia de compañías dedicadas a las apuestas deportivas en el mercado. Por esta razón, ambas competencias prohibieron la firma de contratos de patrocinios con casas de apuestas.
De hecho, en julio de 2018, el Gobierno italiano vetó la publicidad de estas marcas y cortó un mercado de 700 millones de euros.
Un par de años más tarde, España continuó este camino e impidió la continuidad de empresas vinculadas a este rubro en el país. Real Madrid, el equipo más convocante, tiene un acuerdo con Codere como su Casa de Apuesta Oficial. No obstante, su trabajo rige para los partidos del Merengue, pero en Latinoamérica por la imposición imperante en España.Aún no sucedió en otras ligas, pero la Premier League, máxima división del fútbol inglés, baraja esta posibilidad.
La presencia de firmas que fomentan las apuestas deportivas legales e ilegales, varias de ellas de origen asiático, provocarían esta decisión. Lo cierto es que hoy el fútbol de Latinoamérica se instaló como el mercado por excelencia para estas firmas.