En las comunidades indígenas del norte de nuestro país, el silencio calla no solo el dolor, sino también la impunidad. Niñas y mujeres son sometidas al abuso sexual, “chineo”, por parte de “criollos”, como los llaman los lugareños: “hombres de chaqueta, zapatos y poder”. La justicia, una vez más, mira para otro lado.
El chineo es una práctica que se pretende naturalizar y tomar como algo cultural. Se remonta a más de 500 años atrás, en la época colonial; cuando los “blancos” invadieron los territorios ancestrales, creyéndose dueños de las tierras y sus habitantes.
Desde el Movimiento de Mujeres y Diversidades Indígenas por el Buen Vivir continúan con la consigna #AboliciónDelChineoYa; para denunciar esta “práctica criminal, racista, colonial y sistémica”.
Nota al Pie dialogó con Abel Mendoza, dirigente de la Unión Autónoma de Comunidades del Pilcomayo. Acompaña a una de las víctimas, una adolescente que fue abusada en 2020, cuando tenía 15 años, cuyo agresor resultó absuelto el pasado viernes.
Lo que esconde el chineo
“La palabra chineo es una forma de protesta para pedirle a la Justicia que intervenga; o que dé lugar a la justicia comunitaria. Estamos luchando para que no exista más; sabemos que hay casos recientes mientras la Justicia está mirando para otro lado”, comenzó denunciando Mendoza.
A partir de los siete u ocho años, las niñas son abusadas sistemáticamente; también adolescentes y adultas. Pero ni ellas ni sus madres pueden hacer la denuncia. Saben que las represalias son muy grandes y temen por sus vidas. Además, aunque quisieran, muchas víctimas no hablan castellano y no reciben ningún apoyo de un traductor como para poder realizar la denuncia correspondiente.
“Estamos viviendo un atropello; un odio hacia nuestras comunidades”, señaló. Con “hombres criollos y blancos” se refieren a profesores, médicos, policías, es decir, de todas las profesiones y cargos. “Hay mujeres que sufren persecución, amenazas, por lo que si llegaran a delatar el abuso correrían peligro”, agregó.
“Todos los que tienen dinero, tienen de su lado la política, el poder”, y por eso ganan. “Ellos han amenazado a las mujeres que están calladas. El político también está a favor de los hombres que abusan; el sistema es tan grande y tan fuerte que nosotros a la par de ellos no somos fuertes; no tenemos poder”, comentó indignado.
Muchos abusos, ninguna condena
Hasta ahora no se ha logrado ninguna condena de todos los casos denunciados. Hace dos años, una adolescente de 15 años, oriunda de la comunidad La Merced, denunció haber sido abusada por Javier Luis Gómez. Desde el 2013 es docente y coordinador en el Colegio Secundario Nº 5.061 San Ignacio de Loyola. El hecho habría ocurrido en el albergue de estudiantes de Santa Victoria Este. Tras dos años esperando justicia, el pasado viernes 26 de agosto, la jueza Asusena Margarita Vásquez absolvió al acusado por “pruebas insuficientes”.
“Estuvimos esperando dos años y recién este viernes 26 fue absuelta esta persona; supuestamente, dijeron, que por falta de pruebas. Pero nosotros vimos que el Estado no acompañó a las víctimas; no contamos con profesionales como pueden ser psicólogas. Tampoco el acompañamiento de un facilitador indígena, para que esté al lado de las víctimas”, describió Mendoza.
Desde el Movimiento de Mujeres y Diversidades Indígenas por el Buen Vivir denunciaron, por un comunicado, que tanto la víctima como su mamá fueron tratadas en castellano; sin convocar a una facilitadora intercultural, necesaria por ser su lengua el wichí. “Hubo irregularidades de todo tipo, como la falta de acompañamiento y protección a la niña por haber sufrido esta aberración. La familia está recibiendo amenazas de muerte; pero no hay ningún dispositivo que les resguarde por parte de los organismos que deberían de estar interviniendo”, agregaron.
El mes pasado, Omar Cuellar, funcionario público, docente y parte del equipo del Festival Trichaco, fue denunciado. El motivo fue promocionar el evento con la foto de dos mujeres indígenas de la Amazonia desnudas.
El festival se realizó del 14 al 17 de julio en el paraje Rancho El Ñato, en Santa Victoria Este, Salta. “Hicimos la denuncia y ya declaramos; hicimos ampliación de denuncia, pero hasta la fecha no tenemos fallo a favor”, comentó Mendoza.
Campaña #AboliciónDelChineoYa
“La excusa del Estado y de la Justicia es decir que esto es una práctica cultural; ¿por qué entonces nosotros estamos pidiendo por esta niña abusada que en 2020 tenía 15 años? Cuando dicen que es por pautas culturales, es totalmente mentira. Estamos pidiendo justicia; y la Justicia busca excusas diciendo que es parte cultural, ¿Cómo puede ser eso?”, cuestionó.
A través de la campaña #AboliciónDelChineoYa buscan que, además de juzgarse como una violación, se lo juzgue también como un crimen de odio. “Estamos sufriendo el maltrato, el odio y la discriminación de parte del hombre criollo. Esto es un odio, es una matanza a nuestro pueblo; estamos volviendo a más de 500 años atrás, cuando llegaron los colonizadores”, relató.
“Hoy estamos siendo perseguidos y acorralados por el hombre blanco; consideramos que estamos volviendo a los tiempos de antes, y denunciamos que no tenemos Justicia a favor; no tenemos abogados. No tenemos respuesta ni del gobierno; ni del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI); ni del Ministerio de Mujeres”, denunció.
Para adherirse a la Campaña por la Abolición del Chineo, hacer clic acá.