Hablar de Gustavo Cerati es trasladarse inconscientemente a los 80 ́. Esta década, única e inigualable para la historia de la música nacional, es retratada como la etapa en la que surgieron muchos de los últimos grandes referentes del incipiente rock argentino.
Pero sobre todo, de la construcción musical de uno de los referentes grupales más importantes de la música en Latinoamérica y en todo el mundo, con el surgimiento del recordado trío Soda Stereo.
Es por ello, que a ocho años de su muerte (más precisamente el 4 de septiembre de 2014) Nota Al Pie ofrece una mirada más personal, a través de la visión de Andrea Álvarez, reconocida percusionista y acompañante musical del ex líder de Soda.
Una breve introducción al artista sin tantas aristas
Su nacimiento evocó el surgimiento de una estrella. El otrora músico nació un 11 de agosto de 1959 en la Ciudad de Buenos Aires. Su familia estaba compuesta por sus padres, Lilian Clark y Juan José Cerati (fallecido); y sus hermanas, Estela y Laura.
Realizó sus estudios primarios y secundarios en el colegio religioso San Roque. Además, realizó en la universidad de El Salvador, la carrera de Publicidad. En su juventud coleccionaba sombreros y guitarras. La gente que lo conoció lo recuerda como una persona detallista, generosa y algo tímida.
Sin embargo, rompió las estructuras con el saltó a la fama a mediados de 1980, cuando creó junto a Charly Alberti y Zeta Bosio, a la reconocida banda Soda Stereo. El grupo, luego de editar siete discos, se separó en 1997 con un histórico recital ofrecido en el estadio River Plate de Buenos Aires, el 20 de septiembre.
En aquella ocasión, Cerati dejó grabado para la historia la icónica frase que sería una marca registrada de la banda y de su carrera: “Gracias Totales”. La discografía completa de la banda estuvo compuesta por Soda Stereo (1984), Nada Personal (1985), Signos (1986), Doble Vida (1988), Canción Animal (1990), Dynamo (1992) y Sueño Stereo (1995).
Últimos años de su talento
En el aspecto personal, el intérprete estuvo casado en primeras nupcias con Belén Edwards. Posteriormente contraería matrimonio con Cecilia Amenábar, de cuya relación nacieron sus dos hijos: Benito (29) y Lisa (26). Estos hechos sucedieron durante su etapa en Soda.
Finalmente, el músico recorrería una importante carrera solista iniciada 1993 con Amor Amarillo. Bocanada (1999), Siempre es hoy (2002), Ahí vamos (2006) y Fuerza Natural (2009) completarán su discografía, dejando su destacada impronta personal y talento hasta sus últimos días en el escenario.
Luego de un ACV (Accidente Cerebro Vascular) acontecido en Caracas (Venezuela) el 16 de mayo de 2010, el artista de por entonces 55 años, permaneció internado en la clínica ALCLA desde octubre del 2010. Previamente había permanecido internado en el instituto Fleni, luego del accidente acontecido durante la gira internacional de Fuerza Natural.
Durante la etapa en que estuvo en coma, sus seguidores, colegas y los medios de comunicación trataron el tema con mucho respeto, otorgando mucha fuerza y ánimo a su familia, especialmente a su madre, Lilian Clark.
Finalmente, su corazón dijo basta el 4 de septiembre de 2014, y con él, partió un talento único e irrepetible para la música latinoamericana.
La Música los unió
El intérprete de “Lago en el Cielo” compartió musicalmente con grandes figuras como: Charly García, Andrés Calamaro, Mercedes Sosa, Shakira, Fito Páez, entre otros.
Además mantuvo una gran relación de amistad y de trabajo con la reconocida baterista, compositora y cantante argentina, Andrea Álvarez. En mayo del 2015 le dedicó un tema a Gustavo Cerati llamado, “Despertándote”.
La percusionista trabajó junto a Soda Stereo, luego de la gira del trío “Me Verás Volver”, en donde tocó como reemplazo de Charly Alberti en un importante evento por la Personalidad del año 2008 realizado por CAPIF.
Para conocer más sobre la figura musical y humana de Cerati, Nota Al Pie dialogó con Andrea Álvarez quien abiertamente respondió a nuestras preguntas.
¿Cómo vivís el recuerdo de Gustavo?
Pienso que él nos dejó un poco antes. Durante el coma se sintió esa ausencia y es lo que nos pasó a todos los que estábamos en un círculo cercano. Tardamos en caer en que la situación iba a ser definitiva.
Cuesta mucho pensar que no está, aunque sus canciones están todo el tiempo presentes. Antes de su muerte estuve largos períodos sin verlo. Entonces medio que eso me hace como armarme una idea, una fantasía de que en realidad está pero no lo estoy viendo.
Eso me sucede con personas allegadas y queridas pérdidas musicalmente. Lo viví antes con María Gabriela Epumer, (Luís Alberto) Spinetta, un montón de amigos más famosos y menos famosos. A veces uno los busca y no están.
¿Cuál fue el momento más importante que compartiste con Gustavo?
Todos fueron muy lindos recuerdos como cuando me fui de Soda Stereo. Al poco tiempo tenía que hacer una clínica de percusión y los músicos que me acompañaban fallaron, avisándome la noche anterior.
Estuve muy nerviosa: parte de la clínica era explicar cómo desarrollaba los arreglos de percusión acústicos y eléctricos en Soda Stereo. Llamé a Gustavo con un: “te necesito, no podés decirme que no”. Y vino con su asistente, sus equipos y fue un éxito, la gente estaba enloquecida. Eso era él.
¿Qué nos contás de tu participación en Canción Animal?
Fue hace treinta y dos años. Lo viví muy activamente porque estaba participando en la banda de ese momento. Tengo el casette que me dio Gustavo donde está el demo que grabó, casi igual a lo que fue el disco.
Recuerdo cuando hablé con él. Me dijo que iba a grabar mi aporte en el disco y es importante en un punto porque le di ideas. Pero lo más grande fue en vivo, una experiencia bárbara. En ese momento no nos dimos cuenta de la magnitud del disco. Éramos jóvenes, pero fue hermoso.
¿Cómo vivirás este próximo 4 de septiembre, cuando se cumpla un nuevo aniversario de su fallecimiento?
Para mí el único aniversario es el día de su cumpleaños: el 11 de agosto. La última vez que lo vi estaba feliz, brillando. No me acuerdo ni quiero recordar otra cosa. Gustavo, para mí, es vida.
Finalmente, ¿cómo definís a Gustavo?
Como una persona distinta, diferente, tocada por esa varita mágica que llega a muy poca gente. Amaba la música antes que nada, su mundo era eso. Lo vivía de una forma intensa y nos contagiaba.
Obvio que también amó a su familia y afectos. Era carismático como ya no hay. Lo que me encanta es que escuchando cualquier disco compuesto por él, es evidente escuchar la historia del rock n´pop mundial.