En febrero de 2021, luego de que falleciera el dueño de la Clínica San Andrés de la localidad bonaerense de Caseros (partido de Tres de Febrero) les trabajadores del lugar quedaron a la deriva. Les herederes del Dr. Suracchi nunca se hicieron cargo del establecimiento ni dieron respuesta concreta al personal.
Además, rechazaron cada una de las propuestas de negociación que les fueron presentadas y que podrían haber sido un respiro para quienes trabajan ahí. La negativa familiar ante el futuro de la fuente de trabajo de 144 personas obligó a que estas se organizaran y conformaran una cooperativa de trabajo.
En este sentido, les trabajadores comenzaron los trámites ante el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) y la Dirección Provincial de Acción Cooperativa (DIPAC); y en marzo de este año fue notificada su aceptación. De esta manera, actualmente la cooperativa cuenta con matrícula tanto nacional, como provincial.
“La idea es reabrir la clínica pero de a poco, porque no nos da el cuero”, comentó la delegada Alicia Rey en diálogo con Nota al Pie. El establecimiento quedó equipado pero sin pacientes, luego de que todes fueran derivades a otros centros de salud.
La lucha por recuperar la fuente de trabajo
El objetivo concreto de les trabajadores de la ex Clínica San Andrés es poder continuar con sus puestos de trabajo. Sin embargo, el problema principal radica en que, como nadie de la familia Suracchi se hizo cargo de nada, no hubo despidos ni mucho menos indemnizaciones.
Además, hasta hace poco tiempo les trabajadores figuraban como actives en los registros de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES). En ese sentido, Alicia, que se desempeñaba como instrumentadora quirúrgica, contó que debieron iniciar judicialmente un pedido de quiebra.
De a poco y cansades por la situación, algunes decidieron buscar otras alternativas laborales. Sin embargo, otres conformaron esta cooperativa de salud e insisten en abrir nuevamente las puertas del lugar.
Según comentó Alicia Rey, la clínica cuenta con 15 consultorios y 60 camas de internación en piso; 12 camas en terapia intensiva y otras diez en la unidad de terapia intermedia. También hay un tomógrafo; un generador de oxígeno; rayos; laboratorios, entre otros.
Respecto a los insumos y los espacios, la delegada aseguró que primero pretenden abrir los 15 consultorios y los servicios de tomografía; laboratorio y rayos. Luego continuarán con la tercerización de algún otro servicio.
La organización y un proyecto de ley
En cuanto al afrontamiento de los gastos que implica el mantenimiento del lugar, Alicia expresó: “Desde que cerró la clínica muchas organizaciones sociales, partidos políticos y la comunidad, nos ayudaron”. Sin embargo, destacó que al principio “fue durísimo” porque no esperaban el trágico desenlace.
“Hasta el día de hoy, pacientes que se atendían en nuestra clínica pasan y nos preguntan cuándo abrimos y nos dan mucha fuerza”, contó Alicia.
Con respecto al dinero que fueron recaudando, la delegada comentó que en primera instancia lo utilizaban para comprar comida a las familias de trabajadores o para que carguen la tarjeta SUBE, por ejemplo. También señaló que el 89% del personal son mujeres, la mayoría cabeza de familia.
Además, con la finalidad de revertir la situación y poder asegurar el trabajo que llevan adelante, la Cooperativa de Trabajadores de Salud Unidos presentó hace dos meses el proyecto de ley para la expropiación. Y, si bien la iniciativa ya ingresó a la comisión correspondiente de la Cámara de Diputados de la Provincia, aún no hay fecha para que pueda ser debatida.
En ese sentido, Alicia Rey remarcó que es urgente que dicho proyecto se discuta porque si no la clínica corre riesgo de ser desalojada. “Nosotros lo que queremos es trabajar tranquilos y ante todo recuperar la dignidad”, sostuvo la representante de la Cooperativa.