Sasha Barrionuevo, mujer trans de Mar del Plata, murió detenida en la alcaidía 44 del Complejo Carcelario de Batán, donde se le negó atención médica. Tenía 38 años y pasó su último año y medio de vida presa. Sufrió y denunció golpizas, pero la acusaron de ser una simuladora. Falleció en el hospital, casi en paralelo con la firma de su liberación.
Sasha falleció el 20 de julio en el Hospital Interzonal General de Agudos Dr. Oscar Alende. Primero la aislaron por tuberculosis, pero luego los estudios dieron negativo. Estuvo internada diez días donde el deterioro fue total, hasta su fallecimiento.
Su familia denunció que, en el último tiempo presa, había bajado más de 30 kilos, estaba perdiendo la visión y casi no tenía movilidad. Sin embargo, hasta los días previos a su muerte no consultaron un médico extramuros, ni tuvo interconsultas.
Ante ese panorama, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó un hábeas corpus y pidió que se indague sobre su muerte. Ahora, el caso es investigado por la Fiscalía 10 de Mar del Plata, especializada en delitos contra la administración pública.
La historia de Sasha Barrionuevo
Sasha comenzó su transición alrededor de los 13 años. Al principio se ocultaba de sus padres, pero cuando se enteraron, la aceptaron. Antes de ser detenida, pasaba todos los domingos en la casa de su hermana Romina, la mamá de cinco de sus 35 sobrines. Era una tía muy presente.
Como sucede con muchas mujeres trans, Sasha no encontró otra fuente de ingresos que la prostitución. Durante mucho tiempo tuvo que lidiar con el maltrato policial en las calles de Mar del Plata. Ella quería dejarlo y vivir de una pensión por discapacidad que nunca obtuvo.
En 2021 cayó detenida por tenencia de droga, que según su hermana era para consumo personal. En diciembre del mismo año, se comunicó con la Comisión Provincial por la Memoria porque había sido golpeada por el Servicio Penitenciario. Allí denunció un golpe en la cabeza y comenzó con problemas en un ojo, pero nunca vio a un oftalmólogo.
Sasha no es la única
La tortura vinculada a la desatención de la salud de las personas detenidas fue registrada y denunciada por la CPM en informes anuales desde 2004. En las cárceles bonaerenses es generalizada y sistemática: alcanza a todas las personas detenidas y se replica con lógicas y modalidades regulares.
En los 9 años de vigencia del Registro Nacional de Casos de Tortura y/o Malos tratos (RNCT), se registraron 2.700 hechos de falta o deficiente asistencia de la salud en el ámbito de la provincia de Buenos Aires, que conforman una práctica penitenciario-sanitaria violatoria de los derechos humanos.
Enfermarse en la cárcel abre una perspectiva difícil para las personas detenidas dado que las expectativas de vida son menores que afuera. Esto se refleja en el último informe disponible, de 2017, donde el 66% de las personas fallecidas por desatención de la salud tenía menos de 55 años y el 40% era menor de 45. Además, una de cada cuatro era menor de 35 años.
Un caso similar al de Sasha ocurrió en Los Hornos, Lucho Ávila tenía 25 años y llevaba preso 2 años y 6 meses. Era un varón trans pero se encontraba en una cárcel de mujeres. Estaba procesado sin condena ni expectativa de juicio por un presunto delito de tenencia de drogas. Sufría ataques de pánico y tras ser castigado en una práctica conocida como “buzón”, no recibió atención médica y se suicidó.
¿Cuál es la situación de las personas trans?
Según el primer relevamiento de Condiciones de Vida de la población trans/travesti de la provincia de Buenos Aires; coordinado por Alan Otto Prieto en 2019, las condiciones en las que vive la población privada de su libertad son “realmente alarmantes”.
El 69% de la población encuestada no tiene acceso al trabajo dentro de las unidades penitenciarias; y aunque el 85% expresa el deseo de completar los estudios, solo el 14,3% tiene acceso a la educación estando privada de su libertad.
Para las personas trans-travestis detenidas la exclusión no comenzó en prisión. Según la Fundación Huésped y Asociación de Travestis Transexuales y Transgénero de Argentina (ATTTA), más del 70% de las personas trans en nuestro país no ha terminado el secundario, resultado de la exclusión y la estigmatización. A esto, se suma la expulsión temprana de estas personas de su hogar y la violencia ejercida en este.
Del mismo modo, el informe “La revolución de las mariposas” revela que casi el 90% de quienes tienen entre 18 y 29 años está en situación de prostitución o se considera trabajadores sexual.