La inflación del mes de julio es de 7,4%, convirtiéndose así en la más alta en los últimos 20 años. Superó, de este modo, la registrada en marzo, que había sido del 6,7% y desestabilizó una economía ya dañada.
Un estudio del Instituto de Estudios de Consumo Masivo (INDECOM) indica que la inflación es considerada por la población argentina el principal problema. A su vez, el Índice Barrial de Precios (IBP) marcó que la Canasta Básica Alimentaria (CBA) en el conurbano trepó al 11%, superando ampliamente el registro del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
Inflación: la principal preocupación social
El IPC del INDEC registró una inflación mensual del 7,4%, acarreando un 71% interanual y un 46% acumulado durante el 2022. Los principales rubros de aumento fueron Recreación y Cultura con 13,2%; Equipamiento y mantenimiento del hogar con 10,3% y Restaurantes y hoteles con 9,8%. Alimentos y bebidas no alcohólicas se ubicó por debajo del promedio, en 6%.
El receso de invierno parece haber impactado en la variación mensual, ya que son los rubros relacionados al consumo de la clase media los que escalaron sobremanera. Sin embargo, en junio la inflación en alimentos había sido del 4,6% y en julio fue del 6%, aumentando casi un 33% entre cada mes.
El estudio del INDECOM marcó que el 85% de les argentines considera que la inflación es el principal problema del país. Asimismo, la falta de estabilidad fue el segundo factor. “Los consumidores observan que hay un desequilibrio total en todos los rubros”, provocando que se pierda “noción del valor de las cosas”, señala el informe.
La canasta alimentaria representa el grueso de la preocupación por la inflación; le siguen la suba de tarifas, la imposibilidad de acceder a una vivienda o auto propio, y finalmente, la dificultad para ahorrar o viajar.
Miguel Calvete, director del instituto, planteó que “está más que claro que comer hoy aparece como la principal preocupación de la mayoría de los argentinos, que tienen serios problemas para llegar a fin de mes”. También destacó que la pérdida de poder adquisitivo es una consecuencia de ello, porque los aumentos salariales “siempre corren de atrás”.
Índice de barrios populares
Por otro lado, el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI) realizó un relevamiento de los 57 productos de la Canasta Básica de Alimentos en 900 comercios del conurbano bonaerense. El Índice Barrial de Precios (IBP) del ISEPCI recaba datos exclusivamente de barrios populares. A diferencia del IPC del INDEC, el ISEPCI marcó que durante julio la inflación en alimentos fue del 11%.
De este modo, una familia de dos personas adultas y dos hijes pequeñes que en junio necesitaba $45.404 para comprar alimentos básicos, un mes más tarde precisará $50.411 para adquirir lo mismo y así no caer por debajo de la línea de indigencia. Es decir, un 11,03% más. En este sentido, la Canasta Básica Alimentaria registra una variación acumulada desde diciembre del 58%.
Según el IBP, el kg de pan escaló desde diciembre de 2021 hasta julio de 2022 de $150 a $290, un 93,33%; mientras que el kg de azúcar subió de $90 a $195, un acumulado del 116%. Durante el mismo período, las variaciones en carnicería fueron más regulares entre distintos productos: el kg de asado pasó de $670 a $1170, acumulando un 71,64%; el kg de picada de $500 a $850, un 70%; y el kg de pollo de $195 a $360, un 70%.
En cambio, verdulería fue el rubro más desbalanceado en cuanto a las variaciones: el kg de banana escaló de $150 a $220, acumulando un 46%; la docena de huevos de $140 a $300, registrando un aumento de casi el 115%; y el kg de cebolla de $60 a $170, marcando un 183%.
Necesidades políticas para abordar el problema económico
Con este panorama inflacionario y de salarios deprimidos, Calvete señaló que “la gente tiene mucha expectativa depositada en lo que pueda hacer la Secretaría de Comercio Interior”. El espacio conducido por el massista Matías Tombolini planteó que apuntará a fortalecer el programa Precios Cuidados como herramienta para neutralizar o reducir el impacto de la inflación.
El especialista reparó en “la necesidad de federalizar el acuerdo estatal, porque la iniciativa llega sólo a 4500 comercios, sobre un total de más de 150.000 puntos de venta en todo el país”.
Tombolini anunció que comenzará esta semana a reunirse con los principales actores de la cadena de formación de precios con el objetivo de relanzar el programa dentro de 45 a 60 días. Calvete lamentó la extensión del tiempo, pero lo valoró de forma positiva en caso de que incluya a más industrias y empresas regionales, que “merecen participar”.
Para concluir, Calvete consideró que es necesario generar un nuevo escenario “con políticas que incluyan herramientas para evitar la regulación permanente del Estado”, convocando a los distintos actores que expresan al pueblo. De esta manera, cree que se fortalecerá la competencia y, en consecuencia, los monopolios de alimentos se debilitarán. Además, planteó que es necesario una baja tributaria a las pymes para reducir la opresión actual, así como también reducir los impuestos sobre los insumos de producción.