Durante los vuelos a distintas partes del mundo, el Papa Francisco suele brindar conferencias de prensa. El sábado, al regresar a Roma desde Canadá, expresó a les periodistas que existe la posibilidad de renunciar al máximo cargo de la iglesia católica por problemas de salud.
La salud del Papa Francisco
En los últimos meses, sus limitaciones físicas lo llevaron a tener que desplazarse utilizando bastón, andador e incluso silla de ruedas. Los dolores en una de sus rodillas, a causa de una lesión en los ligamentos a principios de año, aún persisten. Dicha lesión lo llevó a suspender el viaje programado a África para la primera semana de julio.
Si bien podría operarse, no está entre sus primeras opciones. En julio del año pasado, el pontífice se operó de la rodilla pero la anestesia le afectó al colon y todavía arrastra algunos efectos. “No se juega con la anestesia y por eso se piensa que no es conveniente”, comentó el Papa Francisco al referirse a la operación.
Kazajistán, el próximo viaje apostólico del Papa
Para Francisco, viajar “es una manera de estar cerca de la gente y un modo de servir”, algo que por el momento seguirá haciendo. Sudán del Sur y la República Democrática del Congo son algunos de los viajes pendientes para el próximo año.
Mientras tanto, su próximo destino es Ucrania, al que reiteró que quiere ir. “Veremos lo que me encuentro cuando llegue a casa”, indicó. Tanto en la Santa Sede como en Roma evalúan las condiciones del viaje. A su vez, el pontífice confirmó que irá a Kazajistán, ya que “es un viaje tranquilo”. Allí, entre el 14 y 15 de septiembre, se realizará el VII Congreso Mundial de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales.
Canadá, un viaje de prueba
En los últimos días, Francisco estuvo una semana en Iqaluit, Canadá. Dicha visita, además de las actividades pautadas, fue un viaje de prueba. En ese marco, durante una rueda de prensa de casi una hora reconoció frente a les periodistas que ya no puede viajar con la frecuencia de antes.
En tanto, si bien remarcó que aún no piensa en jubilarse, señaló que “la puerta está abierta y es una de las opciones, pero hasta ahora no he llamado a esta puerta”. “No he pensado en esta posibilidad, pero no quiere decir que pasado mañana no lo piense”, agregó.
Dicho viaje, que supuso una “especie de prueba”, le hizo darse cuenta de que necesitaba reducir la frecuencia de los mismos. En ese sentido, a sus 85 años, Francisco manifestó: “Creo que a mi edad y con estas limitaciones, tengo que ahorrar mi energía para poder servir a la iglesia, o, por el contrario, pensar en la posibilidad de dar un paso al costado”.
Además, el Santo Padre agregó: “Este viaje fue un poco el test. En este estado no se pueden hacer viajes, hay que cambiar el estilo, quizás pagar las cuentas de los viajes pendientes”.
La renuncia como posibilidad
En 2013, su predecesor Benedicto XVI renunció a su cargo de máximo pontífice debido al deterioro de su salud tanto física como mental. En ese sentido, Francisco señaló que renunciar “no es extraño, no es una catástrofe, puedes cambiar al Papa, no hay ningún problema”. No obstante, en su viaje a Canadá se notó la dificultad del pontífice para incorporarse en su silla de ruedas debido a los dolores en su rodilla.
Condena al genocidio indígena en Canadá
Durante su estadía en Canadá, Francisco reconoció el mal trato de la Iglesia sobre los indígenas de dicho país. También los abusos que se cometieron en los internados católicos. Si bien no pronunció la palabra genocidio porque “no me vino a la mente”, señaló que en su discurso lo describió como tal. Además, pidió perdón por todo el mal causado durante décadas a los pueblos indígenas por parte de instituciones católicas.
“Condené todo ello. Secuestro, cambiar la cultura, cambiar la mentalidad, cambiar las tradiciones, cambiar una raza, digamos, toda una cultura. Sí, genocidio es una palabra técnica. No la usé porque no me vino a la mente. Pero lo he descrito, es cierto, es el genocidio”, indicó el Sumo Pontífice.