El proyecto Misión Humedales de la Escuela Técnica 643 de la localidad de Roldán, provincia de Santa Fe, fue seleccionado por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE). La entidad que financiará la iniciativa dio a conocer la noticia la noche del último martes. El emprendimiento a cargo del equipo conocido como Roldan I, fue seleccionado sobre centenares de proyectos de todo el país.
En esta etapa, el equipo seleccionado recibirá el kit para la realización del satélite. Les integrantes deberán llevar a cabo el proyecto según las indicaciones de la CONAE. El primer objetivo está establecido por la Comisión; mientras que el segundo es de libre elección del equipo participante: en este caso se trata de la detección de focos de incendios forestales.
El método de observación ambiental se basa en la medición de parámetros como el nivel de monóxido de carbono, gases propios de la combustión de vegetales y partículas en suspensión. Para tal fin, el sistema posee un dispositivo para tomar y guardar imágenes durante el descenso en paracaídas y un GPS.
Por otro lado, se medirán datos como temperatura, presión atmosférica y aceleraciones durante el recorrido del aparato. Esa información se transmitirá por radiofrecuencia a una estación terrestre y las imágenes se almacenarán en una tarjeta de memoria Sandisk (SD) para ser recuperadas mediante un dispositivo GPS incorporado al dispositivo.
Misión Humedales: dos objetivos en un solo proyecto
En diálogo con Nota al Pie, el docente a cargo del proyecto Misión Humedales, Daniel Aimetta, relató cómo se definió el uso del satélite. “La cuestión medioambiental surgió por un interés de uno de los miembros del equipo que propuso la misión secundaria y rápidamente los demás la aceptaron”, relató.
Además, agregó: “Somos de la región y lo estamos viviendo constantemente; y la idea de hacer algún aporte, aunque no sea completamente práctico porque no se puede poner en marcha así nomás, nos interesó porque hay mucha gente interesada sobre el tema y la escuela también estaba interesada”.
Acerca de las formalidades de la presentación, Aimetta expresó que tenían una agenda muy estricta para la entrega del proyecto. El equipo fue capacitado por docentes de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y les otorgaron un plazo de tres semanas. “Arrancamos desde cero”, manifestó.
Las exigentes condiciones del concurso
El pasado 9 de mayo, la CONAE lanzó la competencia CANSAT (Lata Satélite) Argentina destinada a estudiantes de enseñanza media, de entre 13 y 18 años, para que desarrollen sus propios satélites. El equipo Roldan I, a cargo de la Misión Humedales,está integrado por cinco alumnos: Santiago Giacolla; Santiago Bruditti; Leopoldo Zecca; Guido Reist y Agustín Monteodorisio, cuyas edades van desde los 15 a los 17 años.
“Hubo que organizar toda una logística y organizar los tiempos de manera eficiente para llegar con los tiempos de la entrega de algo viable porque tiene muchos requerimientos técnicos para ser aprobado y a nosotros nos lo aprobaron”, señaló el docente santafesino.
Además, Daniel Aimetta detalló que el satélite tiene varios subsistemas que deben coordinarse entre sí para entregar mediciones. En este sentido, tienen que cumplir con un peso, un tamaño, un presupuesto, un plazo de entrega y una prueba de funcionamiento. “Como experiencia pedagógica y didáctica es genial”, remarcó.
CANSAT forma parte de un emprendimiento internacional impulsado por agencias espaciales: la NASA de Estados Unidos y la ESA de Europa, que en Argentina está organizada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MinCyT) y la CONAE. El certamen propone reproducir a escala el proceso por el cual se diseña, construye, prueba, lanza y opera un satélite.
No se trata de un satélite que permanece en órbita, sino que al alcanzar una altura definida comienza su descenso en paracaídas y transmite datos hacia una estación terrestre. Toda esta información será útil para medir la calidad del aire de la zona objetivo y detectar posibles amenazas de incendio.
Reflexiones sobre el regreso a la presencialidad y a la adaptación en equipo
Aimetta opinó que la virtualidad hizo estragos en la educación secundaria. Al respecto, dejó en claro que “no es lo mismo tener a los chicos en la escuela que tenerlos virtualmente porque hay una desigualdad enorme de posibilidades”.
Además, informó: “Ya tenemos una brecha muy grande con los chicos y chicas en la escuela, imaginate lo que es el contacto con la tecnología y la realidad de cada familia”.
En este sentido, el profesor añadió que “fue muy impactante el regreso a la presencialidad, sobre todo en chicos que no habían transcurrido la educación secundaria”; y agregó: “En algunos cursos me costó que me hablen, hablaba yo solo y al trabajo en equipo también, no estaban habituados”.