Brian Azzarello, mítico escritor de DC (Lex Luthor Man of Steel, Wonder Woman New 52), se ha unido a la mano del artista Alex Maleev para jugar un rato con el Suicide Squad. Con un equipo casi renovado por completo (Harley Quinn se mantiene), se enfrentarán contra la mente criminal más grande de Gotham: Joker. Con Red Hood a la cabeza, buscarán explorar los peores traumas.
Cuando Brian Azzarello toma un personaje, lo estudia en profundidad. Busca trabajar desde la psique y los demonios internos en lo posible. Mediante este estilo logró las consagradas Lex Luthor: Man of Steel (2005), Joker (2009) y Batman: Damned (2019) siempre con Lee Bermejo (Batman Noël). En 2011 escribió dos tercios de la etapa de New 52 de Wonder Woman.
Alex Maleev ha trabajado en Marvel Comics, ilustrando por lo general historias de Brian Michael Bendis. En DC Comics ha trabajado mayormente ilustrando a Batman para diversos autores.
Suicide Squad: nuevo equipo, nueva misión
Jason Todd está preso. Él ha vivido, ha muerto, ha vuelto a la vida. Ahora, mientras paga su condena por ser el vigilante conocido como Red Hood, es reclutado por Amanda Waller para ser el líder de la Task Force X. El equipo de asalto, que realiza misiones de extremo peligro a cambio de una reducción de condena, tiene una nueva misión en mente: el Joker.
Waller enviará a Todd a Gotham junto con un grupo conformado por algunos criminales normales, algunos metahumanos y la infaltable Harley Quinn a Gotham. Joker al parecer está siendo financiado por fuerzas rusas para esparcir el caos por la ciudad. Claro que Waller no les dará toda la información, por lo que nuestres protagonistas no saben con qué se encontrarán.
Jason deberá aprender a liderar, tal cual lo hace Batman, pero con el remordimiento latente de haber sido asesinado previamente por Joker. Harley Quinn por otro lado, aún debe terminar de superar su relación con el príncipe payaso del crimen. El factor inesperado, es que Joker tiene a un agente dentro de Belle Reeve, informandole sobre los movimientos de Waller.
Las vidas de todos los miembros de este escuadrón estarán en peligro doble: por un lado, Joker, y por otro, una amenaza aún mayor que no se verán venir.
Suicide Squad: manteniendo el ritmo, pero construyendo sobre el pasado
Las historias de Suicide Squad se caracterizan por ser irreverentes, cómicas y provistas de una buena dosis de acción. En esta oportunidad, Azzarello opta por buscar analizar a los personajes.
Y si bien la acción y la comedia se hacen presentes, no lo hacen al nivel que les lectores de este equipo acostumbran. En esta narrativa hay más fantasmas que en una casa embrujada, y no de los que salen a asustar.
Jason Todd fue asesinado por Joker durante los eventos de “Una Muerte en la Familia”, hecho acontecido gracias a los votos de los fans. Cuando revivió tomó el alias de Red Hood (nombre que usaba Joker antes de ser el conocido payaso) para molestar a Batman, y para dar un mensaje a las pandillas. Jason nunca tuvo problemas con matar, lo que le trajo aparejada la desaprobación del encapotado.
Harley Quinn tuvo una relación abusiva con Joker, quien la utilizaba prácticamente en toda ocasión. Ella estaba profundamente enamorada del psicópata, pero esto llegó a su fin durante el evento Tierra de Nadie a finales de la década de 1990. Desde entonces ha intentado superar al payaso asesino, pero nunca terminó su proceso.
Azarello elige caracterizar a Joker aquí como el protagonista de La Naranja Mecánica (libro que fue adaptado al cine por Stanley Kubrick en 1971). Esta elección acentúa el aspecto psicópata del personaje. El humor estará presente, pero los pasados traumas del villano con Jason y Harley tomarán importante protagonismo.
Azzarello parece arriesgarse a lo grande manejando el concepto de violencia de género, haciendo que Harley haga un baile erótico para él. A Jason lo manipula desde el existencialismo, y sus razones para matarlo en primer lugar. Esta decisión puede hacer que les lectores se alejen un poco del disfrute de una lectura tradicional de este equipo.
El trabajo visual
Alex Maleev se luce en las caracterizaciones y composiciones que narran la acción estática. Los tiroteos y diálogos son plasmados con gran solidez. Donde hace aguas es en las escenas de acción. La anatomía de los personajes se siente dura al momento de leer los enfrentamientos cuerpo a cuerpo. Esto llama la atención, considerando que tiene experiencia previa con Batman.
Las composiciones de Maleev buscan asemejar un producto audiovisual, y lo logran esporádicamente. Sin embargo, hay momentos en los que parece que guionista y dibujante no terminan de conectarse. Esto hace que la lectura se vuelva un poco pesada, algo que, en las historias del Escuadrón Suicida, no debería suceder.
En Argentina los tres números que conforman este arco fueron publicados de forma reciente por la editorial Ovnipress en un tomo integral.