El pasado miércoles se estrenó la nueva tragicomedia “Conurbano cotidiano”, escrita y dirigida por Santiago Gobernori. La misma podrá verse todos los miércoles desde las 21 en El Galpón de Guevara, (Guevara 326), CABA.
La obra, ambientada en la ciudad de Luján, cuenta con la dupla de las actrices Sabrina Zelaschi y Victoria Baldomir y el actor Nicolás Giménez. Con la cuota justa de humor; desparpajo y talento musical, estos logran una gran química en escena.
Sobre “Conurbano cotidiano”
La obra aborda la incógnita del destino de dos amigas que viven en las afueras de Capital Federal y reciben la llegada de un nuevo compañero de hogar. Por un lado, la misma se construye como una crítica al etnocentrismo de la gran ciudad y narra los conflictos juveniles y laborales de los tres jóvenes de clase media.
Por el otro, desde su inicio, el trío actoral se convierte en titiriteros y cuentan, solo con el recurso de sus manos, parte de la historia nacional. Precisamente la noche en la que el virrey Rafael de Sobremonte, luego de ir al teatro, se entera que los ingleses están a las puertas de Buenos Aires. Así, el regente manda a sacar el tesoro de la ciudad y, junto a su familia, huye con él hacia Luján. Desde esa premisa, el público se encontrará con una pieza muy bien armada, cargada de humor, dinámica y emociones.
Al entrar a la sala, el escenario está dispuesto para la representación como un estudio de radio, con grandes ventanales y el diseño de Claudio Biancuzzo. A ello, se suman algunos muebles, que se moverán de acuerdo a las acciones de los personajes que enmarcan la divertida trama.
Por ello, la obra es un show performático variado, como un mosaico artístico formado por momentos musicales, teatro moderno, biográfico y de ficción. La misma cuenta con el apoyo del programa Proteatro, la asociación civil Sagai y el Premio “S”.
Un trío de admirable expresión
La obra posee un ritmo vertiginoso que mantiene todo el tiempo a los personajes en escena. Muy bien dirigidos por Gobernori, quien permite el lucimiento del trío. A su vez, las actuaciones sacuden y entretienen a les espectadores con momentos de diálogos cotidianos, filosos y de humor ácido. Por su parte, les actores realizan, con sus movimientos, expresiones e intervenciones, un trabajo magistral.
Zelaschi y Baldomir son increíbles, con astucia e ingenio vuelven a sorprender como ya lo hicieron en su anterior obra “La verdad efímera”. A ellas se suma, en esta ocasión, Nicolás Giménez, con sus geniales intervenciones y quien se encuentra haciendo teatro del bueno.
Se trata de un elenco de jóvenes artistas en total sincronía, con entradas y salidas que dan forma a una realidad presente del conurbano. No obstante, representan así a una generación con sus costumbres, miedos, anhelos y fracasos.
Santiago Gobernori y un camino de éxitos
El joven actor y director, Santiago Gobernori, es un gran hacedor de aciertos. Junto a la dupla de actrices creó anteriormente la pieza “La verdad efímera”, hoy reafirma el excelente equipo que forma con ellas. Sus destrezas se remontan a más de 20 años, cuando comenzó su fructífera carrera en el 2001. En aquellos tiempos dirigió y escribió su primera obra “Golpe real”. Sin embargo, cada año se las arregla para presentar algún proyecto y es difícil que no termine convirtiéndose en un trabajo excepcional tanto por lo vanguardista como por su originalidad.
Además, el actor platense se ha lucido en otras obras como “Hacia donde caen las cosas”, “Bizarra”, “Bloqueo” y “La terquedad”. El año pasado, también participó de las reposiciones de “El hecho” y “Budín Inglés”, ambas obras de Mariana Chaud. Antes lo había hecho en el Teatro Nacional Cervantes con la obra escrita y dirigida por Nacho Bartolone, “La Madre del Desierto”, entre otras.
En la gran pantalla, Gobernori trabajó con artistas como Mariano Llinás, Juan Villegas, Natalia Smirnoff, Alejandro Millán y Sebastián De Caro, entre otros. Además, junto a Matías Feldman, tiene su propia escuela de teatro en el barrio porteño de Palermo, llamada Club de Teatro Defensores de Bravard. Allí, se ha dado un gran ciclo de sketches de humor denominado “Solemnes”, semillero de grandes artistas del circuito underground de la última década.