Según indicó la Consultora Analogías, la base de apoyo del Gobierno nacional sigue en caída libre y las variables que lo explican tienden a empeorar en el corto y mediano plazo.
La débil situación económica arrastra de forma negativa la legitimidad del Frente de Todos y las perspectivas no son deseables. A su vez, los altos grados de conflictividad social en el seno del gobierno dispersan los respaldos a pocos meses del comienzo de la campaña electoral.
Frente de Todos, en picada
La conflictividad política entre los socios mayoritarios del Frente de Todos funciona como causa y como consecuencia de la mala gestión económica. El debate público entre el tándem presidencial, pero también las tensiones con Sergio Massa, diluyen el respaldo social del Gobierno.
La expresión más clara es la imagen presidencial de Alberto Fernández: el 63,4% la considera negativa y apenas un 33% positiva. Las curvas se invierten paradójicamente entre julio y agosto de 2021, coincidiendo con la difusión de la fotografía de la fiesta privada en la Residencia de Olivos.
Un presidente que supo cosechar una alta aprobación apenas se decretó el aislamiento social, preventivo y obligatorio, la perdió en apenas dos años.
Si bien, dicho estudio se realizó previo a la renuncia de Martín Guzmán, el conflicto político del frente ya venía teniendo tensos episodios, acelerados desde el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En tanto, según el análisis de la consultora, el nivel de insatisfacción con los beneficios sociales de la recuperación de la actividad económica y la inflación son los dos factores que deslegitiman al Gobierno.
Inflación: de problema de ingresos a inestabilidad macroeconómica
La baja ponderación del Gobierno nacional se explica, principalmente, por la política económica: el 69% la evalúa de modo negativo. En este sentido, la consultora divide en tres etapas la gestión.
La primera se abre con el comienzo del ASPO y finaliza en octubre de 2020, expresada por el asistencialismo del IFE y el ATP ante el parate productivo.
La segunda entre finales de 2020 y las PASO de 2021 en el que se focaliza sobre la política fiscal, la contracción monetaria y el atraso salarial.
Mientras que, la tercera es a partir del acuerdo con el FMI y la actualidad, profundizada por la crisis internacional a partir del conflicto en Ucrania.
A medida que fue cayendo la legitimidad del Gobierno, aumentó de forma proporcional la inflación. Resulta que el asunto que más preocupa a los argentinos superó una fase de problema distributivo para escalar a un factor de inestabilidad macroeconómica.
En la primera etapa, la inflación mensual fue del 2,41%. En la segunda del 3,51%. Y en la tercera del 5,26%. De esta forma, se generaron condiciones para una hiperinflación que pueda tumbar definitivamente al Gobierno.
Consultora Analogías advierte una polaridad política desequilibrada de la muestra en relación a la percepción sobre la situación económica. La casi totalidad de los 62 puntos opositores realizan una ponderación negativa sobre el estado de recuperación, pero entre los 38 puntos que se manifiestan oficialistas no hay homogeneidad.
Entre ellos, solo 11 puntos valora positivamente la situación mientras 17 puntos lo caracterizan insuficiente y los restantes 11 puntos expresan un balance negativo sobre la recuperación.
La falta de empleo e ingresos
El cuadro laboral y de ingresos afecta de la misma manera. La caída del salario real de los trabajadores registrados representa un 18% desde fines de 2016 hasta agosto de 2021, con una leve recuperación del 2% hasta la actualidad.
Si bien la generación de empleo viene creciendo con un promedio intermensual del 0,3%, ese mismo crecimiento en el sector privado expresa un 0,26% de crecimiento en esos 22 meses de recuperación. En cambio, en el caso de los registrados Monotributistas el promedio es de 0,79%.
Es este dispar ritmo de recuperación en favor de los trabajos más precarios y peor remunerados lo que incide en la valoración negativa. El 77% considera que los ingresos se están recuperando poco y nada, y tan solo el 12% cree que “mucho o bastante”. Y, en relación al empleo, el 82% evalúa que se recupera “poco y nada” contra un 15% a favor.
Tarifas, planes sociales y participación electoral
La iniciativa del Poder Ejecutivo para aplicar una segmentación socioeconómica en el pago de tarifas energéticas constituyó un eje de debate interno. El 61% de los encuestados se mostró informado y tan solo el 24% manifestó que ve “muchas o bastantes” probabilidades de que se realice de manera justa y eficaz.
En esta misma línea, el debate que abrió Cristina Fernández de Kirchner sobre la situación general de los planes sociales también tuvo un impacto social. El 64% de los encuestados manifestó estar de acuerdo con la necesidad de darle mayor transparencia a la administración de los planes.
La modalidad programática de los planes para favorecer la creación de empleo y recuperar el nivel de los ingresos de los trabajadores de la economía popular es un debate central en la sociedad.
Asimismo, consultados por las próximas elecciones presidenciales, el 30% dejó en claro que votará; otro tercio que no lo hará; el 25% probablemente y el 16,5% no lo sabe.
El pobre estado de cosas que se profundiza con el debate de palacio en el gobierno empeora cualquier expectativa. El exorbitante endeudamiento externo, el pobre desempeño del consumo privado y la dependencia con respecto al programa del FMI desalientan a las mayorías.