Luego de reunirse con Alberto Fernandez en el marco del G7, instancia donde se discutió la Cuestión Malvinas, Boris Johnson comparó la Guerra de Malvinas con el conflicto Rusia – Ucrania. Las declaraciones fueron en una rueda de prensa, en la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Madrid.
En este sentido, según el mandatario britanico, en el conflicto Rusia-Ucrania lo que se pone en juego es el principio de autodeterminación de los pueblos. Johnson indicó no sólo que “ese era el principio que estaba en juego en Malvinas” sino que, a su vez, la disputa “se decidió de manera decisiva” en 1982. Además, el primer ministro del Reino Unido sostuvo que con Fernandez “existe un tema en particular en el que simplemente no tenemos opiniones compatibles”.
Errores conceptuales, desprecio por el Derecho Internacional y colonialismo.
Guillermo Carmona, actual secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur en la Cancillería Argentina, manifestó que la comparación de Johnson está plagada de “errores conceptuales”. Además agregó que expresa “desprecio por el Derecho Internacional”. De esta manera, el funcionario argentino indicó: “Parecido a Ucrania fue la invasión británica a Malvinas de 1833”. También destacó que la usurpación de las islas es una vulneración de la integridad territorial argentina.
Para Carmona, el segundo error conceptual se encuentra en el argumento del principio de autodeterminación de los pueblos; porque en Ucrania es la razón que utilizan los separatistas de la región de Donetsk. “La comunidad internacional se ha expresado por la no aplicación de ese principio para Malvinas”, sostuvo el secretario argentino. Por otro lado, Carmona puntualizó en que es un error considerar que el resultado de una guerra otorga derechos. “Aceptar tal criterio implicaría la consagración de la barbarie como regla del derecho internacional”, expresó.
En esa línea, el ex diputado nacional indicó: “Johnson desconoce las 10 resoluciones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas y casi 40 del Comité de Descolonización sobre Malvinas”. También afirmó que el primer ministro britanico “desconoce que la semana pasada Naciones Unidas, a través del Comité de Descolonización, instó al Reino Unido a retomar las negociaciones”.
“Johnson ha avalado una vez más que el Reino Unido no compareciese ante el Comité de Descolonización en ninguno de los 10 casos que lo tienen como potencia colonial. Entre ellos, Malvinas”, sostuvo Carmona. Según el secretario, este hecho expresa el desprecio de Johnson por el Derecho Internacional.
El funcionario recordó la deportación de refugiados a Ruanda o la violación del protocolo de Irlanda del Norte como ejemplos de la falta de respeto a las reglas de juego internacionales por parte del Reino Unido.
Malvinas y el principio de autodeterminación de los pueblos
El principio de autodeterminación es uno de los argumentos que históricamente el Reino Unido ha utilizado para mantener a las Islas Malvinas como un enclave colonial. Paradójicamente, es el mismo principio que fue clave para el proceso de descolonización del Imperio Británico. Principalmente en el continente africano, durante el siglo XX.
Este principio se refiere al derecho de un pueblo, con una clara identidad nacional, a constituirse en Estado. De esta forma, puede garantizar su propio sistema político, económico o cultural de manera propia, sin injerencias externas. Sin embargo, como ha sido denunciado en reiteradas oportunidades por el Estado argentino, no es aplicable a la cuestión Malvinas.
Con la ocupación por la fuerza de las islas en 1833, el Reino Unido no solo violó la integridad territorial argentina, sino que a su vez reemplazó a la población originaria de las islas. Estos dos factores hacen que el derecho a la autodeterminación de los pueblos no sea aplicable.
Casi la totalidad de la comunidad internacional reconoce el reclamo argentino por las Islas Malvinas. Reclamo cuyo fundamento es la no aplicación del principio de autodeterminación. Mientras tanto, el Reino Unido se aísla en su posición colonialista; con la OTAN como respaldo militar y con su rol de privilegio en el Consejo de Seguridad de la ONU.