El pasado martes 14, el gobierno de Boris Johnson ordenó la deportación de migrantes que llegaron por rutas irregulares. Pese a la decisión, la querella de abogados de grupos de derechos humanos y activistas habían presentado un recurso de apelaciones en la corte para frenar dicha decisión que fue negada. Por lo tanto, el primer ministro británico ratificó su posición ante la situación de les migrantes. El vuelo estaba previsto para que salga desde una base de las fuerzas aéreas al suroeste de Inglaterra hacia un refugio en Ruanda, en donde acogen a personas que buscan asilo.
Johnson aseguró: «No vamos a sentirnos disuadidos o avergonzados de ninguna manera por algunas de las críticas que se han dirigido a esta política. Vamos a seguir adelante y cumplir».
Políticas desconcertantes
Sin embargo, ante la toma de estas decisiones, tanto opositores políticos como activistas, organizaciones benéficas y líderes religiosos se manifestaron en contra de las políticas del actual ministro.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, calificó dicho plan de deportación como catastrófico. En tanto, les líderes religiosos británicos acusaron el mismo tema como “inmoral y vergonzoso”.
El acuerdo con Ruanda
El acuerdo entre la administración del ministro con Ruanda fue de 120 millones de libras esterlinas –un equivalente a 148 millones de dólares- para el envío de inmigrantes que llegan al Reino Unido, cruzando el Canal de la Mancha mediante botes pequeños desde diversos puntos de Europa.
Les migrantes intentan escapar de zonas como las de África y Oriente Medio, como Afganistán, Siria, Irán e Irak, en donde viven situaciones inhumanas. Uno de los puntos importantes es que 130 personas fueron notificadas con avisos de deportación y solo 37 tuvieron el viaje programado para el martes pasado.
Según el gobierno británico, dicha decisión tiene como objetivo destruir las redes de contrabando de personas . Asimismo, busca detener el flujo de migrantes que arriesgan sus vidas en los cruces del Canal.
Dichos y cuestionamientos
Por otro lado, el primer ministro expresó que “los traficantes de personas están abusando de los vulnerables. Convierten el Canal en un cementerio acuático con hombres, mujeres y niños ahogándose en botes no aptos para navegar y asfixiándose en camiones refrigerados”.
El director Ejecutivo del Consejo de Refugiados, Enver Salomón, manifestó que esta política atenta contra un principio británico clave; el de conceder una audiencia justa para les migrantes. Ahora, el Tribunal Supremo británico deberá decidir antes de fin de año, sobre la situación de todes les migrantes que fueron notificados.