El lunes pasado, en la ciudad de Los Ángeles, Estados Unidos (EEUU), comenzó oficialmente la IX Cumbre de las Américas. Un encuentro que estaba previsto que sucediera en el año 2021, pero que, a causa de la pandemia del COVID-19, se pospuso.
La instancia, que lleva nueve ediciones desde 1994, reúne a los principales Gobiernos del continente americano con el fin de discutir una agenda común para todos los países. Sin embargo, en términos geopolíticos, tiene una importancia estratégica: su relevancia reside en que sirve como termómetro para medir cómo se encuentra la relación de EEUU con América Latina y el Caribe.
Hasta el día viernes, en el foro regional los Gobiernos, sectores de la sociedad civil, actores del sector privado y 13 organizaciones internacionales que forman el Grupo de Trabajo Conjunto de Cumbres (GTCC) mantendrán diversas reuniones de trabajo.
Sin embargo, el foco está puesto en la reunión de les mandatarios de las naciones del continente y los temas que abordarán en cada uno de sus discursos. A su vez, para EEUU esta Cumbre resulta clave para contrarrestar la cada vez más creciente influencia de China en la región.
Una Cumbre con ausencias
La previa de la IX Cumbre de Las Américas estuvo marcada por la decisión unilateral de EEUU, cómo país anfitrión, de excluir de la convocatoria a Venezuela, Cuba y Nicaragua. El argumento utilizado por el Gobierno de Joe Biden, como era de esperarse, se relaciona con que en esas naciones, según la lógica estadounidense, no se respeta la democracia ni los derechos humanos.
Síntoma de la pérdida de liderazgo de EEUU en la región, a partir de la confirmación de la decisión del Gobierno norteamerico, numerosos actores latinoamericanos amenazaron con no asistir en solidaridad con los países excluidos; hecho que finalmente sucedió. El primero en anunciarlo fue el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien en reemplazo envió a su canciller, Marcelo Ebrard.
A su vez, la ausencia del presidente mexicano sumó fuerza a los reclamos que pedían la participación de todos los países del continente americano. En este sentido, Luis Arce (Bolivia) y Xiomara Castro (Honduras) se sumaron a la lista de gobernantes que no forman parte de la novena edición del encuentro regional.
Además, las críticas por las exclusiones no faltaron en aquellos países que, a pesar de la decisión estadounidense, son parte de la cumbre. Por otro lado, Lacalle Pou (Uruguay) y Giammattei (Guatemala) tampoco asistieron al evento, aunque por otros motivos: el primero por dar positivo de COVID-19 y el segundo por un reciente entredicho con la Casa Blanca.
La agenda de Alberto Fernández
Finalmente, después de evaluar la posibilidad de sumarse a la lista de jefes de Estado ausentes, el presidente argentino asistió al encuentro. El pasado miércoles, Fernandez y la delegación argentina arribaron a Estados Unidos.
En primer lugar, el presidente argentino mantuvo una reunión con el titular de General Motors Internacional, quien le anunció para el mes de julio el inicio de la producción de la nueva Chevrolet Tracker, con una inversión de 350 millones de dólares. Luego de ello, Fernandez asistió a la Ceremonia Inaugural de la Cumbre, brindada por Joe Biden como anfitrión en el Microsoft Theater.
Este jueves, a las 18:50 h (hora argentina), está previsto que Alberto Fernández brinde un discurso frente a sus pares en el Centro de Convenciones, ubicado en el centro de Los Ángeles; en lo que representa una de las instancias más importantes de la Cumbre.
En la previa, mantendrá un encuentro con el CEO de Google, Sundar Pichai; mientras que luego del discurso se reunirá con el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, luego con el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, y finalmente cenará con Biden.
El rol de Fernández en el foro
Más allá de la agenda de Fernández, esta Cumbre representa una oportunidad para posicionarse como un referente regional. En su calidad de titular pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC); el mandatario argentino tiene la responsabilidad de ser la voz de los países ausentes por la decisión estadounidense.
Desde el Gobierno indicaron que, en esa línea, Fernández reafirmará la condena a la exclusión de Venezuela, Cuba y Nicaragua y plantea la necesidad de la unidad de Latinoamérica.
Nicolas Maduro, presidente de Venezuela, dijo al respecto: “Me parece muy bien que él lleve la voz de América Latina y el Caribe a la reunión de las Américas (…) vamos a estar bien representados en la voz del presidente Alberto Fernández”. Además, agregó: “El presidente Fernández es un hombre valiente que, lo que cree, lo defiende. Y él está en contra de la exclusión”.
Aunque el escenario para Estados Unidos es mejor de lo que se esperaba hace algunas semanas, la debilidad de la Cumbre es una oportunidad para fortalecer la unidad de Latinoamérica frente al rol, siempre injerencista, de los EEUU.