A medio año del inicio del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, se siguen proliferando tensiones a raíz de él. Algunos de los problemas tienen que ver con la distribución del petróleo y las intervenciones de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Este martes 31 de mayo, el Papa Francisco pidió que el conflicto cese. “Somos conscientes de que la paz no puede ser sólo el resultado de negociaciones ni una consecuencia de meros acuerdos políticos, pero es sobre todo un don pascual del Espíritu Santo”, dijo la autoridad católica.
La “amenaza” de la OTAN
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg señaló que crecerá el envío de armamento hacia Ucrania para “enviar un mensaje claro a Moscú”. También sostuvo, con un tono gracioso, que el presidente ruso Vladimir Putin “quiere menos OTAN pero tendrá más OTAN”.
Lo contradictorio recae en que el asesor de la presidencia de Ucrania, Mijailo Podoliak, acusó al organismo de “tener miedo” y ser “una alianza de Hollywood” mientras muchas personas se convierten en víctimas por el conflicto armado. “La OTAN realiza cumbres para elogiarse a sí mismos, se cuelgan medallas por algunas decisiones teóricas”, sostuvo el diplomado en una entrevista con un portal ucraniano.
El conflicto por el petróleo
Este martes, Países Bajos declaró que dejará de recibir petróleo por parte de Rusia. Cuando inició la guerra con Ucrania, Putin había dispuesto que los Estados que desearan comprar el recurso iban a tener que abonar en rublos. En Alemania y Dinamarca sucederá lo mismo desde el 1 de junio, ya que se opusieron a la medida. También se registraron algunos problemas de falta de pagos.
Según un estudio de la BBC, el gas de Rusia representa cerca del 40% de las importaciones de gas natural de la Unión Europea, convirtiéndolo en el tercer mayor productor del mundo detrás de Estados Unidos y Arabia Saudita. Esto genera que, aunque los bloques políticos decidan alejarse de la potencia asiática, rechazar el servicio que brindan los rusos implica graves problemas económicos y aumentos de precios para el resto del mundo.
Acusaciones sin pruebas contra militares rusos
La titular de la Defensoría del Pueblo de Ucrania, Liudmila Denísova, fue destituida de su puesto tras una decisión legislativa. Una de las principales razones fueron sus testimonios en los medios de comunicación donde brindó “numerosos detalles de crímenes sexuales cometidos de manera antinatural y violaciones de niños en los territorios ocupados que no pudo confirmar con evidencias”, sostuvieron en el parlamento ucraniano. Según ella, estos fueron cometidos, presuntamente, por soldados rusos.
A pesar de no haber presentado pruebas para validar sus dichos, muchos portales y programas han mostrado sus declaraciones. En algunas de ellas, habló de un caso donde un niño de 11 años “fue violado durante 10 horas, mientras que su madre, atada a una silla, tuvo que observar”.
Una aparición con intenciones confusas
Recientemente, Rusia denunció el hallazgo de un medio de transporte con carga explosiva para destruir restos humanos de las tropas ucranianas en el este del país europeo. La razón del reclamo es que, según los rusos, el plan estaría hecho para culparlos a ellos.
Al respecto, el ministro de Defensa del país que preside Putin sostuvo: “El propósito de la provocación es acusar a Rusia de destruir deliberadamente los restos de los cuerpos y evitar su traslado para transferirlo a sus familiares con el fin de salvar la ‘reputación’ política del régimen de Kiev y de Zelenski personalmente”.