Llegarán a Buenos Aires para confluir allí este sábado 22 de mayo en el marco del Día global contra el terricidio y presentarán sus reclamos ante el Congreso de la Nación.
Desde distintos puntos del país; en el Sur, las mujeres mapuches; y en el Noroeste, las mujeres qom y diaguitas, piden que el terricidio se declare delito de lesa naturaleza y de lesa humanidad.
Qué es el terricidio
Entre los reclamos que manifiestan se encuentra el terricidio como una forma de exterminio que se manifiesta a lo largo y ancho del territorio del país. Incluyeron la falta de agua, la contaminación y explotación de los recursos naturales, por parte de las empresas mineras por ejemplo. Además de la fumigación ilegal con agrotóxicos, los incendios forestales, las prácticas que arrasan la tierra y afectan la salud y la vida.
También repudian las violencias que padecen las mujeres y niñas de las comunidades. Denuncian que en los distintos territorios, sufren la violencia patriarcal, entre otras múltiples violencias que padecen y son invisibilizadas.
En este sentido, una de las consignas que presentan es “basta de chineo”. En alusión a los ataques sexuales que sufren mujeres y niñas de las comunidades por parte de la población “no indígena” y que quedan muchas veces en la impunidad.
Las mujeres «caminan para sanar»
Desde el Sur, las mujeres mapuches partieron desde Puel Willimapu, en la localidad chubutense de Corcovado. Esa columna recorrió las ciudades de Esquel, El Maitén, El Bolsón, Epuyen, Dina Huapi, Villa La Angostura, Comallo, Ingeniero Jacobacci, Sierra Colorada, Ramos Mejía, y llegaba a Las Grutas, en Río Negro.
Por su parte, desde el Norte argentino partieron desde la ciudad de Roque Sáenz Peña, Chaco, mujeres y niñas qom y diaguitas.
En su recorrido pasaron por ciudades y localidades de Quitillipi, Resistencia, Santa Fe, Paraná, Cayasta y Rosario. Otros grupos se organizaron para salir desde Tartagal, Salta y Córdoba.
El Colectivo de Actrices Argentinas sumó su voz al reclamo de las mujeres indígenas por el buen vivir para gritar más fuerte contra el terricidio.