Otro acierto de la directora y autora rosarina, María Marull, creadora de esta maravillosa comedia dramática llamada, La Pilarcita. Su rica propuesta teatral es un viaje tierno y hermoso al interior del país. Inicia con la llegada, en pleno festejo popular, de una pareja a un pequeño hotel provincial manejado por dos simpáticas amigas. Así, entre un contraste entre costumbres citadinas y pueblerinas la platea irá siendo testigo de una serie de conflictos disparatados.
Con habilidad la escritora rescata una leyenda popular del interior de la provincia de Corrientes, y la traslada al escenario con dulzura y enorme delicadeza. La obra, estrenada en 2015, lleva varios años en cartelera. Se puede disfrutar todos los viernes a las 20hs, en el Camarín de las Musas, Mario Bravo 960, CABA.
La Pilarcita se convirtió en un éxito del circuito off. Esta simple pero atrapante historia de mirada profunda y gran inocencia, ya cumple su octava temporada en cartel. Una pieza de tan solo una hora de duración, que seduce por sus singulares características. Desde la sencillez, su fresca poesía y sin grandes pretensiones, no solo logra entretener, sino que emociona y comparte parte de la cultura del interior del país. Cuenta con un arco narrativo de amplio sentido estético y muy bien diseñado, que hace que el público no desvíe la atención en ningún momento.
El público pasa de la alegría a la pura emoción, la cual crece de principio a fin. Con una escenografía sin grandes lujos, pero contemporánea, y algunos elementos regionales sus creadores, Alicia Leloutre y José Escobar, transportan a la platea a la región mesopotámica. Un ambiente donde reina el calor, la humedad y los aires festivos. La iluminación, a cargo de Matías Sendón, está más que cuidada. Mientras el elenco resulta muy acertado y empático, generando que esta fábula federal resulte ultra recomendable.
Un equipo actoral en total sintonía
Si hablamos de puntos fuertes, la obra cuenta con una trama muy emocionante y de buena dinámica, donde el equipo actoral es realmente destacable. Pilar Boyle quien viene construyendo una carrera ascendente tanto como actriz como dramaturga, aquí representa de manera estupenda, y con gran calidez, a la dueña del hotel. Mercedes Moltedo está muy bien, de simpatía pura y natural, es quien suma elevada comicidad con un personaje ingenuo. Julia Catala aporta la cuota justa de drama, entre anhelos y desilusiones. Y Francisco Ruiz Barletten en un personaje pequeño, es quien se convierte en el tierno narrador de la historia. Además, propone una atmósfera encantadora al acompañar los relatos con su guitarra. Las canciones y melodías regionales están compuestas en conjunto por Julián Kartun, cantante de El Kuelgue, y la propia autora, Marull.
Pilar Zaracho, Pilarcita, de la tragedia a los milagros
La obra goza de un sinfín de emociones que van de la risa al llanto, y se basa en una popular historia litoralense de una niña de tan solo cuatro años llamada Pilar Zaracho. La protagonista fallece en 1917 al tirarse de la carreta de sus padres para rescatar su muñequita que se le había caído. Sus padres la entierran en la misma ubicación, y con el tiempo esta tragedia se convierte en un mito al relacionarse ciertos milagros en la zona. Para que estos míticos anhelos se cumplan la gente ofrecen devotas ofrendas, mayormente muñequitas que posan sobre un rústico altar construido en las cercanías del lugar.
Desde entonces, el pueblo de la localidad de Concepción del Yaguareté Corá celebra una fiesta anual que recuerda a esta niña santa. En el evento, visitantes de todo el país llegan al pueblo en busca de un milagro. A cambio, siempre dejan una muñequita.