Ni el Coliseo, ni la Fontana di Trevi. Esta semana, la ciudad de Roma (Italia) se convirtió en noticia debido a la invasión de familias de jabalíes que recorren las calles. Les vecines de los barrios del norte de la ciudad denunciaron el hecho y decretaron «un toque de queda» nocturno.
La decisión de la comunidad se tomó como medida de protección para evitar encontrarse con los animales. En ese sentido, les vecines también denunciaron la falta de respuesta de las autoridades ante el caso.
En este contexto, las organizaciones proteccionistas informaron que los jabalíes no son especies agresivas. Sin embargo, el sitio El Debate citó que el director de la unidad de animales salvajes, Massimo Vetturi, indicó que si se sienten amenazados ellos o sus familias se defenderán.
Jabalíes en Roma
Ante la preocupación vecinal, las autoridades anunciaron una serie de medidas. Así propusieron cercar las zonas por donde se supone que los jabalíes ingresan a la ciudad. También se planteó establecer un cronograma de recolección de residuos con mayor frecuencia.
Al respecto, el sitio National Geographic informó que, en los últimos años, se evidenció con mayor frecuencia la presencia de jabalíes de los bosques aledaños a Roma.
También señalaron que cada año se realiza una «multitudinaria captura de estas especies en la finca presidencial de Castelporziano«. El sitio explicó que es «una polémica tradición en la que se capturan vivos para ofrecerlos a ganaderos quienes los procesan en sus mataderos para venderlos a la industria restaurantera».
Por otra parte, respecto de la presencia de los jabalíes en Roma, el portal indicó que se debe a «una pobre gestión de los desechos». Además, precisaron que, en realidad, los jabalíes son oriundos de África y que fue el humano el que los introdujo en zonas de Europa, América y Oceanía.
Los carpinchos de Nordelta
El año pasado en Argentina ocurrió un caso similar. Una población de carpinchos arribó a la zona de Nordelta, en el norte de Buenos Aires. En su momento, hubo debates y polémicas respecto de la presencia de esta especie. Existieron quienes los defendieron y quienes manifestaron preocupación respecto de los inconvenientes que pudieran ocasionar.
Sin embargo, en esta oportunidad también surgió el interrogante respecto de quién invadió a quién. Cabe señalar que, de acuerdo a una investigación de National Geographic, Nordelta fue construida en uno de los humedales del río Paraná. La zona se constituye como el hogar de una amplia variedad de especies animales de ecosistemas húmedos cuya presencia data de millones de años atrás.
Al respecto, el estudio del sitio citado recordó: «En 2000, sin embargo, el megaproyecto de construcción de este barrio vino a cambiar el panorama. Campos de fútbol y golf, centros educativos y al menos 31 barrios nuevos se han construido a lo largo de 21 años, en los 16 kilómetros cuadrados que comprende Nordelta».
En este contexto, la población de carpinchos tuvo que adaptarse a las modificaciones que supuso la presencia de los humanos en los ambientes naturales que habitan. Los roedores más grandes del mundo comenzaron a convivir con los humanos. Además, se caracterizan por ser una especie social que solo se defiende si se sienten amenazados.
La presencia de los mismos suscitó opiniones en contra por parte de les habitantes de la zona. Sin embargo, organizaciones proteccionistas subrayaron el derecho de los carpinchos a ocupar el territorio debido a que históricamente les pertenece naturalmente.