La Federación Argentina LGBT convocó una concentración frente al Congreso Nacional este jueves 5 de mayo. Les manifestantes del movimiento y de Act Up Argentina exigen el consenso necesario en la Cámara de Diputados para lograr la aprobación de una ley integral de VIH, hepatitis, Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y tuberculosis.
Mientras se realizaba la concentración, dentro del Congreso debatían el proyecto y sus posibles modificaciones. La iniciativa que está en debate en la Cámara de Diputados tiene el objetivo de ampliar la perspectiva sobre estas afecciones para abordar una mirada integral, incluyendo una perspectiva social. Más de 200 instituciones y organizaciones sociales apoyaron este proyecto.
La ley vigente fue promulgada en 1990 y estableció el acceso gratuito y universal a los tratamientos para el VIH, hepatitis, ITS y tuberculosis. Sin embargo, más de 30 años después la normativa podría ser actualizada: el proyecto propone la prohibición de los tests preocupacionales, la creación de un régimen jubilatorio especial, una pensión vitalicia, entre otras acciones para mejorar la calidad de vida.
Nota al Pie entrevistó a Ariel Correa, integrante de Act Up y presente en la concentración, para conocer más sobre esta nueva ley y sus fundamentos.
¿Cuál es el origen del proyecto en tratamiento?
Estamos planteando, desde 2014, una nueva ley del VIH. La que tenemos es de los 90 y solo vino a darnos medicación. Si bien en su momento fue muy buena, pionera en toda la región, hoy por hoy tenemos la medicación, pero hay un montón de otras cosas que atraviesan a las personas que vivimos con VIH interseccionalmente. No podemos realizar un tratamiento si no tenemos una salud mental sana, si no nos brindan medicación pediátrica para los chicos que nacen con VIH, etc.
¿En qué se diferencia ley integral de VIH, hepatitis, ITS y tuberculosis de la ley vigente?
Esta ley corre el eje biomédico de la ley de 1990 para darle una perspectiva orientada en género y en derechos humanos. Buscamos que se contemple las problemáticas que atraviesan a los cuerpos gestantes, por ejemplo, como la violencia institucional y obstétrica.
¿En qué se basa la propuesta de régimen jubilatorio especial?
Las personas que tenemos VIH sufrimos de envejecimiento prematuro. Una persona con VIH que tomó medicación toda su vida, tener 50 años es como tener 60 o 65. Por lo tanto, planteamos una provisión social, una jubilación anticipada.
¿Creen que se va a aprobar la ley integral de VIH, hepatitis, ITS y tuberculosis?
Está un poco difícil. Creemos que sí, pero específicamente en el plenario de Salud y Presupuesto notamos que los diputados están muy desinformados. Hablaban de “enfermos de SIDA” cuando sabemos que la ONU (Organización de las Naciones Unidas) hace años dijo que las personas que vivimos con VIH no estamos enfermas sino que vivimos con un virus.
Nos llegaron a comparar con la lepra. Hablaron todo el tiempo de “enfermedad infecto-contagiosa”, cuando sabemos que el VIH no se contagia, sino que se transmite. Hablaron totalmente desinformados sobre la ley, no la leyeron y se van a sentar a votarla.
¿Por qué razones peligra el acuerdo de ser aprobado?
Hay tres puntos en los cuales los legisladores están en desacuerdo. En primer lugar, la prohibición de tests en los preocupacionales. En todo el mundo solamente el 7% de las personas que vivimos con VIH accede a un trabajo registrado, el resto son empleos precarizados porque hacen los tests y no los toman como empleados. O si los diagnostican en el trabajo y tienen que echar gente, a los primeros que sacan son a los que tienen VIH. Es un punto muy importante y algunos lo quieren sacar.
En segundo lugar, está la revisión previsional. Las personas con VIH no acceden a un trabajo registrado, por lo tanto no tienen aportes y no se jubilan. Por eso pedimos que sea anticipada a modo de reparación. El otro punto que algunos se niegan a votar es el artículo que indica que está prohibido despedir a gente con VIH.